thomaas-hinojosa Thomaas Hinojosa

Hace 80 años empezaron a aparecer misteriosos portales alrededor del mundo, estos destruían y consumían todo lo que estuviera a su alrededor. Sin embargo, una vez que desaparecían dejaban una singular energía a su paso, la cual tenía la capacidad de mejorar y evolucionar todo lo que tocara desde cosas minúsculas como células o moléculas hasta organismos más grandes como animales, plantas y.....humanos.


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#traveling #superhero #hero #powers #academy #agents
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Prólogo

Una lúgubre y sombría fábrica se encontraba en medio de las montañas, sus pasillos eran oscuros y sus rincones estaban llenos de polvo. Hace mucho en esta fábrica se dedicaban a construir coches, pero después de que la compañía que los hacia se declarara en bancarrota quedo abandonada y ahora no es más que un lugar en donde los animales de los alrededores hacen sus nidos, o eso es lo que la gente cree. Debajo de esta fábrica uno de los criminales más buscados del país había construido su base, le dicen "XI" aunque realmente nadie sabe su nombre real. XI se dedica a construir y vender armas ilegales o experimentales de Kinesis por todo el mundo y a su negocio siempre le ha ido bien, de hecho, demasiado bien tanto que termino llamando la atención de los Gifters, pero siempre que los Gifters lograban localizarlo XI siempre lograba escapar aumentando mucho más su fama.

Si tu estuvieras cerca de esta fábrica en un día normal lo más probable es que solo hallas escuchado el chirriar de las máquinas y alguna que otra voz de los trabajadores por aquí o por allá. Sin embargo, hoy es diferente, en la tranquila noche montañosa se pueden escuchar claramente los sonidos que hacen las balas al impactar contra algo.

Los Gifters al fin habían logrado capturar a XI con las manos en la masa, en un principio la batalla había sido completamente unilateral, los mercenarios que XI había contratado para protegerse poco pudieron hacer contra los experimentados Gifters, no importo que tipo de Gifts (poderes) hayan utilizado, ellos terminaron derrotados. Sus cuerpos se encontraban tirados en el suelo con las suficientes heridas como para pensar a simple vista que poco les faltaba para morir. Los Gifters arrasaron con todo, dejaron a la mayoría de trabajadores lesionados o desmayados, parecía que esta vez los Gifters lograrían completar su misión y capturar a XI con éxito. Es decir, ¿porque no lo harían? Los Gifters son considerados la fuerza policíaca más grande del mundo, las personas más valientes, los guardianes del día a día, los más poderosos. Pero el escenario que ahora se mostraba en la sala central de la fábrica era muy diferente a lo que uno esperaría, 3 de los 5 agentes que fueron a la misión se hallaban ahora desperdigados por el piso. Sus rostros estaban totalmente demacrados por lo que parecía ser pedazos de diamantes, las chaquetas y botas de sus trajes que normalmente eran negras se habían vuelto de un intenso color rojo por la sangre que brotaba de sus cuerpos. Los otros 2 se encontraban completamente paralizados, antes de que se dieran cuenta sus compañeros habían muerto, ni siquiera tuvieron oportunidad de defenderse.

-Esto es lo mejor que los Gifters pudieron traer? Pensé que eran más serios con este tipo de asuntos.

Cuando escucharon esa voz que provenía de las sombras los dos agentes se estremecieron y grandes gotas de sudor empezaron a caer por sus rostros.

Aunque la mayor sorpresa vino cuando el ser que había producido esa cavernosa voz fue saliendo poco a poco de la oscuridad. En primera instancia era obvio suponer que el ser no es un humano o por lo menos ya no lo es más, su antropomórfico cuerpo era demasiado alto y su anatomía era realmente extraña. Cuando se acercó más a los agentes estos pudieron confirmar que su piel estaba hecha completamente de diamantes, dándole un aspecto verdoso a todo su cuerpo. El extraño ser movió su poligonal cabeza para observar su alrededor.

-Yo también debería tomarme esto más en serio, los tipos que contrate al final no sirvieron para nada.

Después de que dijo eso los agentes se dieron cuenta de que el que estaba enfrente suyo era nada más ni nada menos que el mismo XI. Sabían que tenían que capturarlo cuanto antes, pero por alguna razón no podían mover ningún musculo. Sentían como si XI los atravesara con la mirada incluso sin que este tenga glóbulos oculares.

-Bueno, podría interrogarlos o convertirlos en rehenes, pero sinceramente eso no me sirve de nada así que...!Mueran!

XI convirtió sus dedos en grandes pinchos de diamante, extendió sus brazos al frente y al siguiente instante miles de pequeños diamantes salieron disparados.

El sentido de alerta de los 2 agentes se activó, pasaron de estar completamente inmóviles a moverse como nunca lo habían hecho en toda su vida, eran conscientes de que si cometían algún error morirían.

Los diamantes eran tantos y tan fuertes que en un momento la fábrica se llenó de estos, destruían las paredes, el piso y cualquier cosa que se ponga en frente.

A pesar de que los diamante iban más rápido de lo que el ojo humano pudiera procesar los Gifters eran capaces de esquivarlos, no habían entrenado 7 años en la academia por nada. Hace unos segundos no podían ni reaccionar, pero ahora lo único en que podían pensar es en vencer al enemigo en frente suyo, por lo menos tenían que vengar a sus compañeras caídos.

-Mmm por lo menos ustedes son mejores que los otros, pero eso no es suficiente.

XI dio una patada al suelo y genero una hilera de diamantes que destruyo todo el cemento, esta se extendió por toda la fábrica obligando a los Gifters a dividirse. Uno fue a la izquierda y otro a la derecha, dándose cuenta de que el de la izquierda era un blanco más fácil XI se dirigió hacia él, a pesar de ser bastante grande XI se movía extremadamente rápido, cuando llego enfrente del Gifter transformo su mano en una ancha espada de diamante y se dispuso a cortarle el cuello al agente, sin embargo XI no es el único con un poder especial, antes de que la espada le llegara a rozar, el agente creo un escudo de energía a su alrededor que fue capaz de bloquearla completamente.

Mientras tanto el otro agente vio que su compañero estaba en problemas y era consciente de que tenía que ayudarlo, el problema es que no sabía cómo. Normalmente cuando los Gifters van a una misión, primero analizan a su enemigo y después elaboran varios planes para contrarrestarlo con éxito, pero hoy es diferente, en la planificación de la misión apenas si les dijeron quién era XI y lo que hacía, no conocían ni sus poderes ni su apariencia. Por lo tanto, no sabía una buena forma de luchar contra él, probablemente si le disparaba, la bala se rompería o rebotaría, tampoco podía hacerle daño con su espada pues estaba demasiado lejos y a diferencia de su amigo él no tenía poderes. Lo único que se le ocurrió en el momento fue utilizar una ballesta que la mayoría de Gifters tiene, la ballesta es capaz de explotar cuando hace contacto con algo y por eso casi no se usa, es muy peligrosa pues puede hacerte daño a ti y a tus compañeros. Pero en esta situación de extremo peligro se vio obligado a utilizarla, saco la ballesta que colgaba de su espalda y se dispuso a apretar el gatillo.

XI movía violentamente su brazo tratando de destruir el escudo de energía el cual ya estaba a punto de ceder, el pobre agente estaba acorralado pues una vez que su escudo se rompiera no tendría a donde huir. Esperaba que su compañero lo salvara y cuando vio que este estaba a punto de disparar a XI con la ballesta explosiva se alegró, conocía muy bien el poder de esa arma y ni alguien como XI podría soportar todo el daño. La flecha salió disparada y estaba a punto de golpear a XI, pero este ni siquiera trato de esquivarla, lo único que hizo fue mover rápidamente su mano.

Al instante siguiente una pared enorme de diamantes se creó entre XI y la flecha, esta destruyo a su paso la mitad de la fábrica. Finalmente, la flecha impacto contra el gran muro haciéndole solo unos cuantos rasguños. La pared había dividió completamente a los Gifters, no podían ni verse. Finalmente, el escudo cedió y la tez del agente se volvió completamente blanca. El agente trato de huir, pero de poco le sirvió pues XI de un rápido golpe con su espada le corto la pierna por la mitad, un dolor indescriptible le traspaso el cuerpo y grito como nunca lo había hecho en su vida, sin embargo, apretó los dientes y siguió tratando de escapar arrastrándose por el suelo.

XI lo observo como si no fuese más que una sucia rata inmunda, no tuvo ningún tipo de misericordia y hundió su espada en el pecho del agente, este dio un último suspiro antes de que sus ojos se volvieran blancos y muriera desangrado.

Mientras tanto el otro agente, aun extrañado por la poca cantidad de daño que la flecha había causado al muro, se acercó a este para poder encontrar alguna forma de romperlo. En cuanto lo toco, de la nada se formó un hueco por donde podía caber su cabeza. Al mirar lo que pasaba detrás del muro se quedó inmóvil, vio horrorizado como su amigo había sido completamente destrozado por los pedazos de diamante. Trato de decir algo, pero en cuanto abrió su boca para hablar, varios diamantes se incrustaron en su cuello de una manera tan veloz que ni los vio venir.

Trato de sacárselos rápidamente, pero en cuanto lo hizo se dio cuenta de que fue un gran error, los diamantes se incrustaron tan profundo en su cuello que al sacarlos la sangre se desbordo a chorros por las heridas, el agente agarro su cuello para intentar parar la hemorragia, pero de poco le sirvió pues segundos después su cuerpo cayó al suelo sin vida.

Los 5 experimentados Gifters habían sido completamente derrotados por solo una persona. Con otro movimiento de mano XI hizo que el gran muro de diamantes desapareciera como si nunca hubiera existido después con un gesto de asco trato de limpiarse la sangre que le había caído en la ropa.

En ese instante la gran puerta trasera del almacén se abrió haciendo un ruido espantoso, de su interior salió un hombre que aparentaba tener unos 60 años, su cabello y barba blanca eran una prueba de ello. Sus ojos marrones tenían grandes ojeras y la mayoría de sus dientes eran de un oscuro color amarillento. Llevaba una sucia bata blanca de laboratorio además de unos zapatos claramente desgastados. Todo esto combinado con sus lentes pasados de moda, lo hacían ver como un vagabundo de tercera edad.

Este se acercó sin ningún tipo de miedo a XI incluso después de haber visto los cadáveres de los Gifters mutilados en el suelo.

-Se que odias a los Gifters, pero creo que te pasaste un poco, como se supone que construyamos las armas si prácticamente haz destruido toda la fábrica.

-Eso ya no importa Ed, de todas maneras, tenemos que irnos de aquí. Empaca todas tus cosas y diles lo mismo a los que sobrevivieron.

- ¡Espera, que!! No podemos irnos de aquí, recién me acabo de instalar y todos los proyectos que solo puedo hacer en esta fábrica se perderán.

-No lo entiendes Ed, los Gifters nos han localizado solo es cuestión de tiempo para que manden otra panda de agentes a interceptarnos.

-Pero si corte todas sus comunicaciones con la base central en el momento en el que entraron aquí, es imposible que sepan en donde estamos.

-Hace 40 años la tecnología de los Gifters ya era implacable, no me quiero ni imaginar de lo que es capaz de hacer ahora. Solo por precaución deberíamos irnos de este lugar ya.

-Entonces si los Gifters son tan buenos como dices no les costara nada que nos vuelvan a encontrar, que harás cuando eso pase, ¿volver a huir?

XI comenzó a caminar hacia la salida sin embargo se volvió unos instantes para ver el cuerpo de los agentes

-No, en ese caso volveré a hacer lo mismo que hice hoy. Al fin y al cabo, ellos destruyeron mi vida porque yo no podría destruir la de ellos.

Ed ya llevaba años trabajando con XI, pero en ese instante fue la primera vez que lo vio hacer una sonrisa y por alguna razón esta le produjo un escalofrió de terror que le recorrió el cuerpo.

Él sabía que el Gifter que se enfrentara con XI en un futuro tendría grandes problemas para salir con vida...demasiado de hecho.

8 de Agosto de 2017 a las 16:13 0 Reporte Insertar Seguir historia
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