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El alma del espejo

Fue una noche de verano, cuando todo acabo para mí, observe atrapada en el espejo como mi sombra había ocupado mi lugar, de haberlo sabido, hubiera cambiado mi actitud y mis pensamientos antes de terminar en pedazos en el piso de mi habitación

Fue a la edad de 16 años cuando la pesadilla comenzó, Anelise era mi nombre, vivía en la ciudad de Portland Oregón, tenía una vida simple y común, escuela, familia, amigos, todo lo perdí en la noche de la víspera de mi cumpleaños 17 cuando me regalaron un espejo extraño

Esa mañana desperté a las 7 de la mañana como de costumbre cuando la alarma estaba sonando con fuerza

— Anelisse ¿ya estás despierta? — pregunto mi madre, quien de costumbre cada mañana me llamaba

—si mamá, ya bajo ahora mismo — le respondí aún con sueño y abrazando la almohada

Estando lista para ir a la escuela, baje las caleras para ir al comedor y desayunar con mi familia

— ¡Feliz cumpleaños! — gritaron todos al mismo tiempo en el comedor que se encontraba decorado con globos y letreros de “Feliz cumpleaños Anelise” , mi familia portaba sombreros festivos, mi hermano y mi padre soplaban sus cornetas

— no era necesario tanta decoración — les dije en un tono algo molesto

— vamos cariño, es solo una vez al año— decía mi padre sonriendo mientras me daba un cálido abrazo

— si aguafiestas, solo disfruta el día —dijo mi hermano menor Jordi para después soplarme al oído un espantasuegras, desayunamos y corte el pastel de chocolate que mamá preparo para luego irme a la escuela

En la escuela me esperaban mis mejores amigos Leah y Kalim

— ¡feliz cumpleaños amiga! —decía Leah al darme un abrazo y un beso en mi mejilla

— oye reina del drama, ¡feliz cumple! — exclamo mi amigo Kalim alborotando mi cabello

— ¡oye! No soy una niña sabes — exclame mientras intentaba apartar la mano de Kalim de mi cabeza, los tres nos dirigimos a nuestra aula de clases, estaba por empezar la clase de Álgebra, la materia que menos me agrada, durante la clase, Leah me paso un papel doblado— en el descanso te daremos una sorpresa —decía la nota, no podía imaginar que era aquello que me iba a dar, pero eso fue el inicio de mi pesadilla

En la cafetería durante el descanso me reuní con Leah y Kalim

— ¿lista para tu sorpresa? — me pregunto Leah con una sonrisa en su rostro de igual forma sonrió Kalim mientras tomaba un par de vegetales de su almuerzo

— sí, claro, ¿de qué se trata? — Leah saco de su bolso un paquete adornado y entregándomelo en mis manos

— te va a encantar, pensé en ti cuando lo compré — sonreí de manera nerviosa cuando al abrirlo vi que era un espejo de mano antiguo con relieve en la parte posterior

— vaya, es hermoso, ¿dónde lo consiguieron? — pregunte mientras miraba más a fondo el objeto

— sabemos que te gustan los objetos antiguos, fuimos a una tienda de antigüedades y ahí estaba —contaba Kalim para luego tomar un sorbo de su bebida de uva, yo aún contemplaba el espejo que tenía en mis manos, sin saber lo que estaba por suceder

Esa noche después de terminar los deberes escolares toma nuevamente el espejo observándolo una vez más para dejarlo al lado de mi cama y disponerme a darme un baño, mientras estaba en la ducha comencé a escuchar leves vibraciones que venían de mi habitación, no lo tome en cuenta ya que creí que era Jordi y el alto volumen de su música, su habitación estaba junto al mío y era continuo aquel ruido, al salir del baño en bata y con el cabello en toalla tome nuevamente aquel espejo para observar mi rostro en busca de imperfecciones

— perfecta como siempre querida Anelise — me dije dirigiéndome al reflejo, pero juro que vi a mi reflejo esbozar una leve sonrisa, al principio fue un susto pero pensé que había sido mi imaginación, que yo misma había sonreído sin darme cuenta, deje de lado el espejo, me coloque la pijama y en poco tiempo me encontraba dormida

A la mañana siguiente desperté cansada, como si no tuviera energía, a pesar de haber dormido toda la noche sin interrupciones, Jordi llamo a la habitación

— oye ¿ya te despertaste? — me levante de la cama y le abrí la puerta

— ¿Qué quieres Jordi? Es sábado y son las 8 de la mañana —dije malhumorada a lo que mi hermano solo rio ligeramente

—¿lo olvidaste verdad? Ya son vacaciones de verano e iremos a Los Ángeles — era verdad, había olvidado que iniciaban las vacaciones escolares, mi hermano me observo con inquietud

— sí que eres olvidadiza, apresúrate y arregla tus cosas, tienes suerte de que mamá me mandara a llamarte —Jordi volvió a su habitación y yo me puse a empacar mis cosas rápidamente, por alguna razón decidí empacar aquel espejo

Estábamos en el aeropuerto en el área de espera para tomar el vuelo a Los Ángeles, estaba leyendo mi libro favorito mientras nos llamaba para el abordaje, pero me sentía incomoda, como si alguien estuviera observándome, miraba a mi alrededor con desconfianza, estaba segura de que me miraban atentamente y con un sentimiento de odio

— hija — me sobresalte al instante en que mama me llamo, ella me miro preocupada

— ¿Qué pasa, te encuentras bien? — respire profundo y le mostré una sonrisa

— si mamá, solamente me asustaste — mamá me sonrió cálidamente y me acaricia la cabeza

—ya veo, lo siento cariño, iré por una bebida, le traeré aperitivos a tu papá y hermano —me puse pensativo un segundo

— una bebida de manzana estaría bien mamá —mamá me sonrió nuevamente y se retira de mi lado, aquella sensación se había ido en ese momento

Durante la estadía en Los Ángeles nos hospedamos en DisneyLand, no era precisamente una idea para mis vacaciones

— ¿de verdad estaremos en Disneyland? — exclame algo molesta

—¿Qué tiene de malo hija? — preguntaba mi padre mirándome con seriedad

— Jordi y yo ya no somos unos niños papá, ¿esta fue tu mejor idea para unas vacaciones de verano? —replique y observe a mi hermano en busca de apoyo

— habla por ti aguafiestas, a mí me encanta la idea, además no todo es para niños — observe enfada a Jordi y resople

— traidor, deberías estar de mi lado —Jordi se levantó de su sitio y me acaricia la cabeza mientras me sonreía cínicamente, tome mi maleta y empecé a desempacar con enfado, tome mi espejo y lo deje en la mesa que estaba junto a mi cama, pero un escalofrió recorrió mi cuerpo, volviendo a sentir aquella sensación de sentirme observada, mire a mi alrededor y pude ver un tocador con espejo frente a las camas, lentamente camine hacia el observando fijamente y fue tal mi susto cuando Jordi llego por detrás

— ¡idiota! Me asustaste —Jordi reía a carcajadas mientras le tiraba una almohada a su cabeza

Horas después nos encontrábamos paseando por el parque de atracciones, mi hermano parecía un niño de 8 años que se emocionaba por cada atracción a la que se subía con mi padre, yo en cambio prefería probar las golosinas y aperitivos en forma del famoso ratón junto a mi madre, por un instante me separe de mamá para ir por unas palomitas de maíz

—hola, unas palomitas grandes por favor — le pedí al vendedor

—si claro, con gusto —mientras preparaba mi pedido, note en la vitrina que mi reflejo se veía diferente, mi yo reflejada parecía sonreír con malicia

—señorita, su pedido —exclamo el vendedor que me miraba extrañado

—lo siento, estaba distraída —toma las palomitas y le pague al vendedor, me retire unos metros del lugar pensando en aquel reflejo

En la última noche había tomado un baño y estaba colocándome el pijama, en un instante en que mire el espejo del tocador, la imagen fue más clara, mi reflejo estaba observándome atentamente, en ese momento no sabía que pensar o que decir, estaba segura de que era mi imaginación, pero también que era real

—tan perfecta como siempre, ¿no Anelise? — en ese instante me levante de la cama y di un grito aterrador que puso en alerta a mis padres

—¿Qué pasa hija? —me pregunto papá mientras me abrazaba con fuerza

— el espejo, mi…mi reflejo me hablo— dije asustada y temblorosa mientras que Jordi movia el mueble para inspeccionar

— no hay nada Anelise, seguro pensaste que tu reflejo te llamaba — me dijo mi hermano observándome fijamente, yo negué con mi cabeza aquel comentario

—no, no…estoy segura de lo que vi— papá me levanto sin dejar de abrazarme

—está bien cariño, no te preocupes, mañana volvemos a casa

Esa noche me costó conciliar el sueño, estaba abrumada y confundida al respecto, al día siguiente llegamos a casa, me sentía más segura y tranquila

— Anelise, tenemos que hablar un momento —dijo mi padre en un tono serio

—¿Qué pasa papá? —papá dio un fuerte suspiro y miro a mamá con preocupación

—hija, no estamos seguros de lo que paso a noche, pero sabemos lo molesta que estabas porque ese viaje no era lo que esperabas — di un resoplido y mire enfada a papá

— ¿acaso crees que yo lo invente para vengarme? —hubo un momento incomodo de silencio hasta que fue interrumpido por Jordi

—creemos que fue un motivo —di un golpe en la mesa con la mano empuñada

—no lo invente , al principio si me molesto la idea, pero me acomode al plan, y no vayan a decir que estoy loca — me retire del comedor y me fui directa a mi habitación siendo observada por mis padres y mi hermano

En mi habitación solamente caminaba en círculos pensando en aquello que vi la noche anterior

— no puede ser posible, no tiene sentido alguno que los reflejos se muevan por si solos— pensé buscando una respuesta lógica a la situación

— todo tiene que estar en mi cabeza — dije segura de mi misma dando un profundo suspiro

— no querida, no está en tu cabeza —escuche una voz decirlo, yo mire a todas partes buscando su origen

—acércate, tu sabes en donde estoy —temerosa y temblando de miedo dirijo la mirada hacia el espejo que me habían regalado en mi cumpleaños, me acerco lentamente y lo sujeto con fuerza para mirarme en el reflejo, era yo misma con una sonrisa extensa el rostro

—perfecta como siempre…¿verdad Anelise? — en ese momento perdí completamente el conocimiento

Lentamente fui recuperando mi conciencia, el lugar era oscuro y frio, no veía nada a los alrededores

—¿Qué es esto? ¿Dónde estoy? —me incorporé y empecé a caminar por todos lados sin llegar a ningún lugar

— no hagas tanto escándalo querida ¿acaso no es obvio? Te encuentras dentro del espejo — me di la vuelta y me observe tras el cristal del dicho objeto

—no, esto tiene que ser un sueño —exclame a la que se hallaba frente a mí

—lástima que no lo es, ahora si estas perfecta —decía riéndose a carcajadas mientras que yo lloraba amargamente

— ¡déjame salir, te lo suplico! — implore golpeando esa área intentando liberarme, aquella persona se puso pensativa por unos sendos y me mira seriamente

— No, no quiero —deja caer el espejo al suelo, lo último que vi, fue mi propio pie venir hacia mí y escuchar el crujido de los cristales quebrándose, fue un 7 de Agosto cuando todo esto ocurrió

26 de Noviembre de 2021 a las 15:59 0 Reporte Insertar Seguir historia
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