De un Tritón a su Amante Seguir historia

Mi Querido:

Había traído utopía cuando me sumergí en el exterior y te vi lanzandome rocas porque pensaste que era un perro. Me juraste que sería solo una diplomacia cuando yo no tuviera más esa forma y mejor me pareciera a uno de los tuyos. No lo había creido posible, pero yuxtapuse sobre juramentos sagrados cada una de las razones por las que acepté y estoy aquí escribiendo esto despues de cuando hablamos de esa sustancia humana que se implanta en todos ustedes, que se conjuga y se manifiesta en forma de la visión que cuando intento tocare se retrae a otra dimensión, por eso se me trata como un delfín, psicótico, y yo no por eso justifico nada, sino por las peleas y la discriminación, es que todo confuso y me mantuvo en vilo por la completa anatura impersonal de este lado del mundo, algo que ni siquiera propio de algo vil se me perjura el resto de la eternidad como carente de percepción por no haberlo visualizado.

Utopía me jura el concepto que describe la posibilidad del paraíso en la mar donde la prima porción de la justicia son los que tocan la arena sin morir, y el infinito vacío de mi estomago ya juró por cuenta propia a nuestra Reina Aterradora Oceanía, pero estoy siguiendo tus nuevos ideales mixtos, esos que yo sé que podrías llevar allá... juntos tu yo, cuando vuelva, haremos algo bueno que termine esta guerra.

Aunque sus caderas ya chocaron con los riscos, sus espinas se deformaron en la superficie pero su voluntad se mantiene sempiterna como el origen de todos nosotros, especies, nuestros mundos, no sé porque pueda estar buscando Oceanía después de la masacre (donde te juré traerte conmigo algún día), la desesperada energía desenfrenada, extrema, de la antigüedad humana terrestre sigue malinterpretando las intenciones de Oceanía como una declaración de guerra, pero esa vez, donde nos besamos... estábamos estrechando nuestras diferencias una vez más.

Te juro que aunque mis intenciones primas eran tan egoístas...

No estoy seguro de cómo es que mi devoción enfermiza me hizo meter los pies debajo de la arena y a sentarme a observar. Te prometo que te voy a extrañar.

Tu idea plutónica tan arraigada a querer fusionar nuestros mundos estaba buscando algo nunca antes visto, pero esos desertores intentan traer de regreso a los falsos ídolos que justiciarían su traición a mi Reina Aterradora. Ella muerta ya es y todo sería desovado de la esperanza de justicia sino hubiese aceptado partir a reconstruir y reorganizarenos. Yo lleno de consumismo individual que... se mezcla en mi mente entre la sensación de la danza marina y una nueva estrella explotando... Creo que estoy lo que llamas asustado, aterrado, me tiemblan mis espinas.

Así que te diré que haré despues de la reconstrucción para que no te angusties de mi ausencia, sino para que me desees lo mejor.

Estaré esperando el contacto con el misticeto místico, el mismo que vimos en esa noche en los arrabales del acantilado, desnudos, el mismo que solamente se esconde de la inminente y extrusiva guerra que brota de esta tierra soñando con el lugar más oscuro y profundo. Cuando lo encuentre y lo convenza de que nos auxilie, volveré y seré dramatico, como un actor.

No es algo normal a los puntos éticos de una naturaleza completamente social y pacifica que es dependiente de sí misma y de las demás capas malditas de su naturaleza creer que se nos puede llamar como una cosa impura por nacimiento sólo porque no somos como ustedes... solamente imaginando la humanidad de tu pueblo por medio de la visión que utopía aún sigue implantando en nosotros no prometeré nada porque suena estúpido, pero porque otro de esos conceptos que me enseñas se vuelve a yuxtaponer sobre un juramento sagrado.

Lo voy a romper.

Prometo volver.

Mi amado, Oceanía ya está llamando con su caracol y solo me levanté para poder terminar de redactar la promesa de la vida hacía ti, porque eres etéreo a ojos míos y no necesitas ser un gigante, siempre has estado a los hombros de muchos. Prometo dejarte en esta vida solo despues de volver y llevarte conmigo a Atlántica, no porque no sea pacífico, indico o austral, sino porque el primer hogar siempre estará ahí para mí.

Y lo será para ti.

-Te amo