yisha_alin Yisha Alin

Cuando Min Yoongi es arrestado por un crimen que no cometió, está decidido a acabar con el hombre responsable de su tortura. Pero estar huyendo hace que sea difícil demostrar su inocencia. Él no sólo está luchando por limpiar su nombre, sino por demostrarle a Park Jimin que están destinados a estar juntos. Jimin se niega a ceder ante sus deseos en lo que respecta a Min. Aunque el hombre es un sueño húmedo caminando, a Jimin se le enseñó que los vampiros no se aparean fuera de su raza. Es una lección perforada en él desde su renacimiento. Cuando posters de se busca aparecen y ambos tienen que correr por sus vidas, Jimin aprende que luchar contra la atracción que siente por Min es inútil. ¿Pueden los dos limpiar sus nombres y los conceptos erróneos enseñados a Jimin, o el Ministerio de Asuntos Paranormal los Condenará a ambos a una sentencia de muerte antes de que Jimin descubra lo que significa ronronear para un shifter pantera? Autoras: SG & LH Libro #2 "Phanta City" Yoonmin +18


Fanfiction Vampiros Sólo para mayores de 21 (adultos).

#jimin #yoongi #yoonmin #shifter #fugitivos
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Capítulo 1

Jimin pegó una pequeña sonrisa de felicidad en su rostro mientras se apoyaba en la pared trasera del gran salón de baile y contempló la celebración. Estaba feliz por Jungkook y Taehyung. La alegría en sus rostros mientras habían completado su ceremonia de emparejamiento hizo que valiera la pena todo lo que habían pasado para llegar a este punto.

Jimin sabía que había hecho un hermoso trabajo con la decoración de la ceremonia. Cientos de luces blancas brillaban en el techo, dando a todo el lugar un ambiente de ensueño. Incluso había una mesa de estilo bufet a un lado de la sala, amontonada con comida humana. Un bar de sangre estaba colocado cerca de aquellos con colmillos.

Una gran luna colgaba sobre el altar en el escenario en un extremo de la sala de baile. Una vez que la ceremonia real se había completado, el altar había sido empujado hacia atrás para dejar espacio a la banda en vivo, Blood and Roses.

Con la recepción en pleno apogeo, Jimin estaba intentando seguir siendo feliz por sus amigos, pero se arrancaría las orejas y se sacaría los ojos si tenía que escuchar a otro sentimental vampiro sobre lo linda que era la feliz pareja, él iba estacar a alguien en su corazón.

Amaba una buena fiesta. Incluso disfrutó ayudar a sus amigos a celebrar su apareamiento. Y si alguien merecía su apoyo, era su líder de aquelarre el Conde Jeon Jungkook y el compañero humano del hombre, Taehyung.

Jimin odiaba pretender que estaba feliz cuando no lo estaba.

Miró hacia su copa, haciendo girar la cosecha carmesí alrededor de su copa de champán. Él podía pensar en un centenar de lugares diferentes donde preferiría estar.

Cuando volvió a mirar hacia arriba, un destello dorado oscuro llamó su atención. Sabiendo que era una muy, muy mala idea, pero incapaz de no mirar, Jimin giró su cabeza hasta que sus ojos se encontraron con los profundos ojos ámbar dorado que brillaban con diversión mientras le devolvían la mirada.

Los latidos de su corazón comenzaron a golpear más rápido y más rápido hasta que pensó que podría desmayarse por la sangre corriendo a través de su sistema. Trató de apartar la mirada, para romper la conexión que podía sentir, pero era incapaz de hacer otra cosa que mirar al hombre que lo había estado persiguiendo en sus sueños desde hacía unas semanas.

Min Yoongi, sin lugar a dudas el hombre más malditamente sexy que alguna vez respiró. Y el hombre más molesto que vivió nunca. Era la pesadilla de la existencia de Jimin, alguien que anhelaba más que un late de sangre de Starbloods.

Y él era un shifter pantera.

Justamente eso hacía que estuviera fuera de los límites. Sabía en lo profundo de sus huesos que Yoongi era fruta prohibida. A pesar de que su líder de aquelarre perdió la cabeza y tomó un compañero humano, Jimin sabía que eso no se hacía. Él no era tan estúpido como para ir contra un sistema que estaba en vigor desde la creación de los vampiros.

Todavía estaba pateándose por ceder a su necesidad de festejar en el Boom-Boom Room. Si tan sólo se hubiera sentado en el reservado con Taehyung y esperado a que el Conde Jeon viniera a buscarlos, habría estado a salvo.

Pero no, él tenía que perder su mente y decidir que emborracharse y bailar era una mejor opción. Bueno, para ser honesto, si se hubiera detenido allí, probablemente habría simplemente despertado con una fuerte resaca.

Eran los ojos, esos ojos profundos dorado-ámbar, que lo miraban como si fuera lo más parecido a la hierba gatera. Eso fue lo que lo metió en esto. Había echado un vistazo a esos ojos lujuriosos y perdido su poco sentido común, invitando a la pantera a colarse en su habitación en la casa del aquelarre.

Y entonces él había besado los labios exuberantes que iban con los ojos, y luego la línea de músculos, el abdomen ondulado, los muslos fuertes y esa deliciosa polla que todavía hacía doler a Jimin cuando pensaba en cómo se sentía empujando en su trasero.

Los ojos ámbar brillaron cuando Jimin gruñó y se alejó. Yoongi sabía exactamente lo que estaba pensando. El hombre tenía una especie de influencia antinatural sobre él y maldito si Jimin podía encontrar la manera de detenerlo. Incluso había pensado en ir a Glitter Glow Park y pedirle a un hada que rompiera el hechizo que Yoongi había colocado en él.

Sólo que no había sido capaz de llegar hasta el final.

Jimin agarró otra copa de champán de un camarero que pasaba y la sustituyó por la vacía. Él tragó todo el contenido de la copa de un buen trago y rápidamente agarró otra antes de que el camarero pudiera alejarse.

Agarraría la bandeja entera si pensara que podía salirse con la suya. El Crimson Cristal era una de las mejores sangres que había probado nunca. Lástima que la maldita cosa era tan cara. Cincuenta mil dólares por caja, una caja que solo contenía seis botellas, el champán era demasiado costoso para desperdiciarlo.

Jimin gimió cuando su amigo Lee Taemin se deslizó junto a él y chocó hombros.

―Hey, Taemin. —Miró al otro lado del hombre, el lado vacío ―¿Sin cita?

Taemin se encogió de hombros. ―Conozco a todo el mundo aquí.

―¿Y?

La cara de Taemin se sonrojó. ―Nada, sólo que conozco a todo el mundo aquí. Estoy más interesado en encontrar a alguien nuevo.

Te refieres a alguien que no ha oído tus frases para ligar tontas. Jimin casi dijo sus pensamientos en voz alta. Sólo los buenos modales, el aborrecimiento a hacer a su amigo sentirse mal y el insuficiente alcohol mantuvieron su boca cerrada.

―Bueno, buena suerte con eso.

―¿Quién necesita suerte? —Taemin esbozó una gran sonrisa ―Tengo encanto.

No lo tenía, pero hasta ahora, nadie había tenido el valor de decirle al vampiro que sus frases para ligar apestaban. Taemin era un tipo grande. Decirle que tenía una mejor oportunidad de anotar algunos traseros si mantenía su gran bocota cerrada simplemente no parecía estar en el mejor interés de Jimin. Prefería que su cabeza estuviera unida a sus hombros.

Por supuesto, si Taemin se quedara allí con la boca cerrada, él tendría suficientes chicos merodeando por todas partes para mantenerlo ocupado por un mes. Él era un hombre impresionante... justo hasta que abría la boca.

Jimin comenzó a mirar alrededor por otro camarero. Estaba demasiado sobrio para esta mierda. ―Necesito más champán.

―Correcto, —Taemin resopló ―porque la última vez que te pusiste animadísimamente borracho funcionó tan bien para ti.

―¡Cállate! —Jimin gruñó, su piel enrojeciéndose de un rojo intenso, lo que no era demasiado difícil de hacer teniendo en cuenta lo pálida que era su piel naturalmente ―Pensé que acordamos nunca hablar de eso otra vez.

La única persona que tuvo para verterle su corazón aquella noche tenía que ser el que tiene la boca más grande de todo el aquelarre. ¿Qué clase de idiota era?

―No. —Taemin empujó su copa de champán hacia Jimin ―Aceptaste nunca hablar de ello de nuevo. Yo acepté no decirte lo idiota que eres.

Jimin frunció el ceño. ―Vaya, gracias.

―Sí, no hay problema.

Jimin fulminó con la mirada a Taemin. ―¿Por qué somos amigos?

La risa de Taemin los rodeó, atrayendo más de una mirada de aquellos que estaban cerca.

―Porque tú me adoras.

―No, no lo hago.

Los ojos rojos de Taemin brillaron mientras inclinaba la cabeza y la apoyó en el hombro delgado de Jimin, agitando sus pestañas salvajemente. ―Sí, lo haces.

Jimin rodó sus ojos mientras giraba su cabeza, la sonrisa amenazando curvar sus labios lo fastidió casi tanto como la risa que estaba tratando de abrirse camino en la cara de Taemin. ―Eres incorregible.

Las largas pestañas de Taemin revolotearon de nuevo. ―Pero soy lindo.

Jimin soltó una risita. No, no podía reírse de la sonrisa tonta de cachorrito en el rostro de Taemin. Cómo un hombre de su talla podía hacerse ver tan poco amenazante estaba más allá de Jimin. O tal vez era sólo él. Taemin era su mejor amigo.

―Oh, él es más lindo que yo. —Taemin estaba de pie con la espalda recta y alejándose antes de que Jimin incluso pudiera averiguar de quién el vampiro estaba hablando.

Jimin se quedó ahí y observó a Taemin trabajar su magia, y luego observó a la lindura rodar sus ojos y alejarse. Y esa era la magia de Lee Taemin, lo que obtenía cada maldita vez.

―Nunca será capaz de satisfacerte como yo puedo.

La garganta de Jimin se engrosó con un jadeo mientras las palabras ásperas fueron ronroneadas en su oído. Cómo había logrado colarse Yoongi detrás de él. Había sido hiperconsciente de la pantera desde que llegó a la fiesta.

―Vete. —Jimin gruñó entre dientes mientras trataba de ver si alguien estaba mirando en su dirección. No quería que nadie supiera que él conocía a Min Yoongi, por no hablar de que había dormido con el chico.

―Bésame primero.

―¡No!

El cálido aliento sopló a través del lado de su cuello. Sintió un ligero tirón en un mechón de su cabello negro como la tinta. Un cuerpo caliente se presionó tan cerca detrás de él que Jimin podía sentir la erección dura de Yoongi presionando contra su trasero.

Casi se derritió en el suelo cuando el deseo se apoderó de él.

―No voy a besarte.

―Quieres, hermoso. Sabes que lo haces.

Dioses, sí, él quería. Él no admitiría eso nunca a Yoongi o a cualquier otra persona. Ni siquiera lo admitía ante sí mismo. Pero trataba muy duro de no mentirse cuando podía evitarlo. Él quería a Yoongi. Él lo quería tanto que no le importaría si el hombre lo desnudaba y lo follaba allí mismo, en el salón de baile.

Simplemente no podía ceder a sus deseos. Una vez había sido suficiente.

―¡Vete! —Jimin siseó de nuevo.

―Quieres que me vaya... entonces dame un beso.

Jimin no confiaba en Yoongi. Demonios, él no confiaba en sí mismo. Saltó hacia adelante y caminó tan rápido como pudo mientras trataba de parecer que no estaba corriendo lejos. No fue una tarea fácil. No ayudaba que la profunda risa de Yoongi lo siguiera a cada paso. La maldita pantera sabía que él estaba corriendo.

Odiaba a las panteras.

En serio.

Jimin encontró un lugar para esConderse al otro lado de la habitación, cerca de las puertas del patio abiertas. Se dijo que no estaba escondido, pero si retrocedía dentro de las cortinas más de lo que ya estaba, desaparecería en ellas.

Una pequeña sonrisa curvó las comisuras de sus labios. Desaparecer no era una mala idea. Si no necesitara dirigir la limpieza cuando esta fiesta hubiera terminado, él desaparecería.

―¿Ocultándote, cariño?

Jimin dio un salto y se dio la vuelta, el Carmesí Cristal salpicó su mano. ―Maldita sea, Yoongi. —le espetó mientras sacudía el champan de su mano.

―Yo podría lamerlo.

El corazón de Jimin saltó a su garganta al recordar lo bien que se sentía tener a Yoongi lamiéndolo. Esa era una cosa sobre dormir con un shifter gato que nunca superaría. El hombre tenía una lengua que podría hacer que incluso el hombre más macho cayera de rodillas y pidiera misericordia.

―Vete. —Jimin espetó con los dientes apretados mientras miraba al hombre casualmente apoyado contra los ventanales, sus gruesos y musculosos brazos cruzados sobre el ancho pecho.

Yoongi simplemente le lanzó un beso.

Jimin apretó sus dientes y se apartó, el anduvo con paso majestuoso fuera de la habitación. Una vez más, podía escuchar la risa profunda de Yoongi tras él como un acosador. Si no fuera por el hecho de que no quería responder a las pregunta que surgirían, echaría a la maldita pantera afuera sobre su trasero peludo.

Justo cuando salió mas allá de las puertas que conducían fuera del salón de baile, fue agarrado y presionado en las sombras de un hueco junto al pasillo. Cálido aliento sopló sobre su rostro. Un cuerpo aún más caliente lo presionó contra la pared.

Esa era otra cosa que Jimin había aprendido en su única noche de indiscreción. Las panteras eran calientes. Para un vampiro que siempre estaba frío, era como presionar su cuerpo contra un horno vivo.

Era glorioso.

Yoongi capturó sus labios, robó todos los pensamientos de la cabeza de Jimin junto con el aliento de sus pulmones. Él gimió dentro del beso cuando el espeso aroma sensual de Yoongi llenó todos los poros de su cuerpo. El beso fue brutal, aplastante, Jimin podía saborear el sabor metálico de la sangre en su boca.

Yoongi agarró la camisa de Jimin y un sonido animal retumbó en su garganta mientras intentaba tirar de él más cerca. Lo estaba marcando, haciendo su reclamación, Jimin estaba tan excitado que estaba a punto de estallar en sus pantalones.

―Así es gatito, —Yoongi gruñó en su oído ―ronronea para mí.

―¡Jódete!

―Tan gráfico. —Yoongi rió entre dientes en la boca de Jimin mientras lo besaba. Él gimió cuando la mano de Yoongi se envolvió alrededor de su cuello mientras su pulgar lo acariciaba detrás de su oreja. Yoongi gruñó cuando su lengua trazó a lo largo del labio inferior de Jimin, haciendo temblar todo su cuerpo con necesidad ―Sométete, Jimin.

Jimin tragó el nudo en su garganta seca.

¿Debería?

¿Podría?

¡Diablos, sí!

―¡Necesito piel. —la voz de Yoongi era tensa, casi como si estuviera igual de desesperado como estaba Jimin por sentir sus pieles juntas.

Los besos de Yoongi se hicieron más exigentes, más salvajes. Jimin se deleitaba con su pasión, contuvo su aliento mientras la sexy pantera lo besaba aún más profundo.

Se movió contra Yoongi cuando sintió al hombre tirando de su ropa y un sonido animal retumbaba profundamente en su garganta. Jimin estaba desesperado por sentir la grande y gruesa polla de Yoongi en su trasero y al diablo con todo el que pudiera atraparlos.

Una vez que Yoongi tuvo su camisa abierta, comenzó a trabajar en los pantalones de Jimin que se quedó ahí y permitió que la pantera lo desnudara. Los movimientos de Yoongi eran salvajes, implacables, y desafiaban a Jimin a interferir.

Jimin no era estúpido. Él quería al magnífico shifter.

Yoongi cayó de rodillas y lo tomó girándolo de cara a la pared. Gritó cuando sintió un dedo rodear sobre su agujero. Sintió una ligera presión y luego el dedo que se hundió profundamente.

Jimin jadeaba fuertemente, queriendo sentir más pero necesitando un minuto para ajustarse. No estaba seguro de si gritar o empujar hacia atrás sobre la invasión. Gritó cuando Yoongi añadió un segundo dedo.

Cuando la mano de Yoongi comenzó a moverse, se mordió el labio para ahogar su grito de placer. Su corazón parecía correr con cada punto que Yoongi tocaba. No sabía que su cuerpo era tan sensible a las caricias de Yoongi hasta que sucedió, y entonces sólo podía rogar por más.

―Yoongi, por favor.

Levantó la vista y su pulso latió más rápidamente con la intensidad que podía ver en los ojos de su amante. Yoongi parecía tener ojos sólo para él. Jimin tenía que creer que era verdad. La necesidad reflejada en los ojos de Yoongi no podía ser fingida.

No había manera.

Yoongi volteo a Jimin y sus labios cubrieron su boca con un hambre lo que le hizo derretirse contra el hombre. Su beso fue sorprendentemente amable a pesar de la fuerte dureza de los labios de Yoongi. Jimin gimió, entregándose libremente a la pasión y a la necesidad que sentía.

Un dolor caliente creció en la garganta de Jimin. Necesitaba más que un beso. Necesitaba sentir el cuerpo de Yoongi presionado contra el suyo, sentir la piel desnuda del hombre. Yoongi de repente apartó la boca de Jimin y lo miró.

Sus ojos se cerraron cuando comenzaron al mismo tiempo a respirar agitados. La respiración de Jimin tartamudeó en su pecho. La cercanía de sus cuerpos era como una droga, sumergiéndolo en una euforia apasionada.

Yoongi comenzó a empujar sus dedos dentro y fuera del trasero apretado de Jimin de nuevo. Sus sentidos saltaron y un delicioso estremecimiento calentó su cuerpo. Gimió de nuevo cuando la otra mano de Yoongi se deslizó por sus muslos y luego por encima de su trasero. Sus dedos masajearon las nalgas de Jimin, haciéndolo jadear pesadamente por la necesidad.

Él quería.

Él quería desesperadamente.

Dio respiraciones profundas y desiguales mordiéndose con fuerza en el labio inferior mientras gemía. Las sensaciones barrieron a través de Jimin, zumbando a través de su mente, sus sentidos explotaron de lujuria hasta que pensó que se volvería loco.

Su cuerpo se arqueó contra la pantera cuando Yoongi lo acarició, cada centímetro estaba hipersensible y ávido de su toque. Jimin no podía acercarse lo suficiente, no podía tener a Yoongi lo suficientemente apretado. Estaba desesperado, una espiral de necesidad se apretó dentro de él.

Yoongi se echó hacia atrás mordisqueándole el hombro y sacando los dedos dentro de él. Jimin se estremeció cuando agarró su trasero y lo levantó, separando sus nalgas antes de alinear su polla. Inhaló bruscamente al sentir la gran polla de Yoongi entrar.

Gimió el nombre de Yoongi cuando la pantera se abrió paso entre sus músculos apretados, estirándolo mientras su polla comenzó a coger ritmo. Se retorció debajo de Yoongi, luchando para aceptar la amplia anchura de carne masculina empalándolo.

Un delgado hilo comenzó a formarse entre ellos a cada centímetro que entraba. Jimin había anhelado a alguien por más tiempo del que podía recordar. Se sintió especial, apreciado. Se sintió querido.

―Más, Yoongi. —susurró mientras empujaba contra Yoongi ―Quiero más.

¡Quería todo!

Yoongi comenzó a moverse más rápido, más fuerte. Una de sus manos se apretó alrededor del muslo de Jimin. La otra cogió un puñado del pelo en la nuca e inclinó su cabeza hacia atrás, exponiendo su garganta.

Los dientes de Yoongi aferraron la piel expuesta y Jimin se volvió loco. La combinación de la polla golpeando en su trasero y los dientes en su garganta fue suficiente para enviar sus sentidos a girar sin control.

―Respira, gatito.

Jimin rió. ―No puedo.

Yoongi sonrió y comenzó a moverse mucho más rápido. Jimin apenas tuvo tiempo de tomar una respiración profunda antes de que Yoongi se estrellara duro y profundo dentro de él.

El olor de la sangre llenaba el aire y Jimin se dio cuenta de que sus garras se habían extendido e incluso ahora excavaban en la piel blanca de Yoongi. Esto pareció aumentar la excitación de ambos, empujándolos juntos y fusionando sus almas.

Los dedos de Yoongi acariciaron sobre el rostro de Jimin, capturando sus labios lentamente. Él se abrió, degustándolo con pasión mientras la lengua de Yoongi barría a través de su boca, haciéndolo querer cosas que pensaba que nunca le permitirían tener.

Jimin estiró sus manos, alcanzando tentativamente y agarrando los hombros de Yoongi, sujetándolos firmemente mientras abría más la boca, haciendo todo lo posible por sentirlo en caso de que nunca volviera a ocurrir.

Se quedó sin aliento cuando una de las manos de Yoongi agarró sus caderas y lo levantó más alto conduciendo su polla de nuevo en el agujero hinchado de Jimin. Yoongi gruñó mientras sus caderas se movían más rápido, su polla rozándose sobre las terminaciones nerviosas sensibles. Jimin nunca había sentido algo así mientras golpeaba contra Yoongi.

El sudor corría por el cuerpo de Yoongi mientras él empujaba en Jimin y luego se puso rígido, su cabeza cayó hacia atrás mientras rugía. Jimin podía sentir el pulso de la polla de su pareja con su liberación mientras yacía allí tratando desesperadamente de recuperar el aliento. Los tiros calientes de esperma calentaron a Jimin de adentro hacia afuera, marcándolo para todo el mundo como tomado.

Yoongi cayó hacia adelante, presionando a Jimin contra la pared mientras golpeaba su agujero unas cuantas veces más antes de desacelerar y finalmente parar. Se dejó caer contra Jimin, la cara pegada en su garganta. Sus manos frotaban de arriba abajo los costados de Jimin. Él murmuró algo pero fue amortiguado.

Jimin tragó con fuerza, de repente sintiéndose expuesto. Estaban en un hueco. Cualquiera podría haber pasado y verlos.

Jimin estaba a punto de ahogarse en la vergüenza.

Una conmoción cerca de las puertas delanteras le llamó la atención lejos de su incómodo predicamento. Cuando las voces comenzaron a incrementar el volumen, Jimin lanzó una mirada de pesar a Yoongi luego rápidamente enderezó su ropa y subió sus pantalones y salió corriendo para ver qué era todo el alboroto.

Se pasó la mano por el pelo, esperando que no se viera como si hubiera estado haciéndolo en la esquina... incluso si hubiera estado haciéndolo en la esquina. Eso fue estrictamente entre él y Yoongi.

―¿Hay algún problema aquí? —Jimin preguntó mientras se apresuró hasta los hombres en la entrada. Se puso rígido claramente cuando todos los ojos se voltearon hacia él y se dio cuenta de que se enfrentaba a cuatro guardias armados del Ministerio de Asuntos Paranormales y un matón vestido con un traje negro.

El chico de traje sacó una tableta, miró por un momento, luego envió una mirada evaluadora a Jimin. ―¿Usted es Jimin, asistente del Conde Jeon Jungkook y uno de sus miembros del aquelarre?

―Sí, señor. —Jimin tragó saliva, arrastrándose sobre sus puntillas mientras trataba de ver lo que había en la tableta. ¿Qué sabían sobre él?

―Necesito ver su lista de invitados.

Jimin parpadeó confundido. ―¿Mi lista de invitados? ¿Hay alguien en específico que estén buscando?

―Sí. —El hombrecillo miró su tablet de nuevo ―Necesito hablar con un shifter pantera llamado Min Yoongi.

―¿M–in Yoongi?

―Sí. —El hombre frío, con el ceño calculador no admitía discusión ―Ahora.

―Umm, sí, señor. —Jimin frunció el ceño mientras trataba de empujar su miedo a un lado y tirar dos células cerebrales juntas ―Déjeme ver si puedo encontrarlo.

Jimin se giró y se encontró frente a un muy amplio pecho. Sus hombros cayeron antes de que él incluso tomara su primera inhalación del embriagador aroma de Yoongi. ¿No podría el hombre continuar permaneciendo oculto en las sombras? ¿Tuvo que elegir mostrarse ahora?

Yoongi agarró los brazos de Jimin y lo estabilizó, mirando fijamente a los ojos de Jimin durante tanto tiempo que casi se olvidó de respirar. Un innegable magnetismo estaba construyéndose entre ellos, pero tal atracción sería peligrosa para ambos.

Jimin estaba empezando a preguntarse si le importaba.

Parecía que una eternidad pasó antes de que Yoongi levantara la mirada y mirara por encima de la cabeza de Jimin. ―Yo soy Min Yoongi.

―Por favor, venga con nosotros, señor. —dijo el matón del traje.

―¿Puedo preguntar por qué?

―Usted está bajo arresto, Sr. Min.

El miedo pasó a través de Jimin. Sus ojos se agrandaron cuando se volteo y vio a un guardia armado esposar a Yoongi. ―Espera, bajo arresto ¿por qué?

El chico arqueó su ceja de manera altanera, pero miró a su tablet de nuevo. ―El Sr. Min está detenido bajo sospecha de un robo en la Phanta Custom Jeweler la noche del 15 de Septiembre.

―¿Detenido o arrestado? —Jimin preguntó para darse un momento para pensar. Su mente daba vueltas con el conocimiento de que Yoongi estaba siendo arrestado por algo que se supone él había hecho la noche que estuvieron juntos.

―Detenido por ahora. Si él es capaz de proporcionar una coartada para la noche en cuestión, será puesto en libertad. Si no, será detenido hasta el momento en que pueda ir ante un juez.

Jimin palideció, lo cual no era una tarea fácil teniendo en cuenta que él era naturalmente pálido. Nadie nunca se presentó ante un juez y salió libre. El Ministerio de Asuntos Paranormales no era conocido por su benevolencia.

Jimin tragó saliva. ¿Una coartada?

Buscó a Yoongi con los ojos, asustado de decir algo sobre la noche que habían pasado en los brazos del otro y asustado de no hacerlo. Si le daba a Yoongi una coartada, todo el mundo sabría que había dormido con el gato. Si no lo hacía, el hombre iba a ser llevado.

¿Qué se suponía que debía hacer?

Los ojos dorados-ámbar de Yoongi no le dieron nada. No había ninguna demanda en esas profundidades de oro para que Jimin dijera la verdad. No había nada que le dijera que mantuviera la boca cerrada. No había nada. Yoongi podría haber sido de piedra. La única cosa que le confirmó que estaba vivo era el tic constante en la mandíbula de Yoongi.

―Estoy listo. —dijo Yoongi, sus ojos nunca dejando la cara de Jimin hasta que fue apartado y escoltado hacia la puerta principal por los cuatro grandes guardias armados. Él no miró hacia atrás.

Jimin se quedó allí y vio como Yoongi fue llevado fuera de la casa. Caminó hasta el borde del marco de la puerta, con el corazón desapareciendo en la oscuridad junto con Yoongi.

―¿Jimin? —Jungkook llamó ―¿Hay algún problema?

―No. —respondió Jimin mientras el dolor en su pecho se intensificó ―No hay ningún problema.


Yisha

28 de Agosto de 2021 a las 00:21 1 Reporte Insertar Seguir historia
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PR Paola Rojas
Uf comenzó hoy pero...
January 27, 2024, 15:50
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