c-rodz Celi Rodz

Aquí comienza la primera de tres micro historias inspiradas en una tragedia ocurrida en España hace cuarenta años. Que también incluye refencias de música de la época; en esta oportunidad al talentoso Miguel Bosé, sin duda, uno de los artistas más grandes de España. Una historia de romance y pasión con música. Porque, ¿quién vive, ama y sufre, sin música de fondo?


Historias de vida Todo público.

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"Como Un Lobo"

INTRODUCCIÓN

Tres historias de romance, misterio y crimen, inspiradas en una tragedia real, ocurrida en España hace casi cuarenta años, y que aún hoy, tiene repercusiones terribles. No son historias reales; son micro historias para documentarse y entretenerse, ya que incluye información y vídeos de tres artistas musicales que causaron furor en la década de los ochenta, con el fin de llegar a los más jóvenes. Pues, es la gente joven el presente y el futuro del mundo.

★Dedicada a las miles de víctimas del envenenamiento masivo con aceite de colza, en 1981. Que tanto han sufrido y que tanto apoyo siguen necesitando para sobrellevar los diferentes padecimientos que los aquejan. ★

Celi Rodz Landaeta (11 de Abril del 2021)


Era el 1 de mayo de 1981, cuando el niño Jaime Vaquero moría en una ambulancia que lo trasladaba desde su casa en el barrio de Torrepista de Torrejón de Ardoz, de Madrid, hasta el Hospital de La Paz.

Fue la primera víctima de la que sería la mayor intoxicación alimentaria de la historia de Europa, una intoxicación que dejó más de 20.000 afectados y casi cinco mil muertos.


El 10 de junio, el Gobierno demostró la relación de la epidemia con la ingesta de aceite de colza desnaturalizado con anilina para uso industrial y posteriormente refinado fraudulentamente con objeto de venderlo como alimento. Ese mismo día, el ejecutivo alertó en la prensa del consumo de aceites sin marca vendidos en garrafas de cinco litros. Este aceite adulterado se vendió en garrafas de plástico, y sin marca, sin haber pasado por el registro nacional de Sanidad. Inmediatamente se aceleró la investigación para localizar puntos de venta de aceite en condiciones ilegales, resultado de la cual fue la incautación, en el barrio de los Pajarillos, de 8.760 litros de aceite procedente de Alcorcón y que se distribuía en Valladolid, Palencia, León y Zamora.


El primer juicio, conocido como el “juicio de los aceiteros”, se celebró en 1987. Un total de 38 empresarios de la industria del aceite fueron acusados y enjuiciados por envenenamiento masivo. El grupo había introducido el aceite de colza desde Francia, cuya importación estaba prohibida para evitar que compitiera con el de oliva, mucho más caro. Los empresarios lo mezclaron con anilina para que se catalogara como aceite industrial, una vez en el país, lo pusieron a la venta. El Estado se declaró responsable civil subsidiario y los afectados recibieron ayudas económicas en forma de prestaciones e indemnizaciones. Hace ya cuarenta años y continúa teniendo secuelas...


"COMO UN LOBO"


Klein... cavaba un profundo hueco para su rosal. Debía ser el mejor y más hermoso de todos; en la empinada colina donde tenía su gran casa con un bello jardín y vista a una parte de la ciudad.


A veces guardamos secretos debajo de hermosas y calmadas fachadas. Rosas... ¿Quién dudaría de la belleza de una rosa, de su pureza y de su noble origen... ?



En la clase de matemáticas , el profesor Martín Lucero, hombre tosco pero amable, de cuarenta y dos años de edad, siempre bien vestido, bien perfumado con un extraño pero perceptible aroma a fragancia costosa y alcohol, sustancia en la que muchos ahogan sus penas, tratando de olvidar aquello que no pueden cambiar. De cejas arqueadas y ojos pardos; el tipo de hombre de mirada profunda que no necesita hablar para expresar sus sentimientos. Algunos, intensos y eternos...


Profesor de física, química y matemáticas, explicaba a sus alumnos más allá del pensum educativo, la sucesión de Fibonacci. Creía firmemente que lo tradicional no era suficiente, que las mentes jóvenes necesitaban más información porque sus cerebros eran unas esponjas y justo en la adolescencia, un ímpetu rebelde, con conocimientos y bien orientados, podrían dar como resultado brillantes alumnos. Y él sería responsable de ese despertar.


—La sucesión de Fibonacci se caracteriza por que cada número consecutivo en la misma es igual a la suma de las dos cifras anteriores, ejemplo: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144... Y aunque parezca tratarse de una simple curiosidad, esta secuencia tiene múltiples aplicaciones en diversas áreas e incluso en los patrones de la naturaleza como las ramas de los árboles o la disposición de las hojas en los tallos de las plantas.


Fernanda y Nacho estudiaban juntos el último año de la escuela antes de entrar a la universidad. Eran novios desde los catorce años de edad, ahora ambos tenían diecinueve. Nacho era el alumno más destacado de su grupo y el pupilo del profesor Martín. Amaba las matemáticas y especialmente la clase de química, que veía con su profesor favorito, y en la que practicaban ecuaciones y sustancias inventadas a veces por ellos mismos, obsesionados con la idea de hacer algún aporte importante a la humanidad o al menos a la comunidad.


Fernanda parecía estar algo molesta con esa amistad y con el hecho de que Nacho pasara más tiempo con el profesor que con ella. Y es que ambos trabajaban en una fórmula de sanación integral para el cuerpo humano, a base de extracto de plantas y flores. Más de dos años le habían tomado los estudios iniciales requeridos para que el ministerio de salud de España pudiera aceptarlo para ser probado y posteriormente distribuido en farmacias y botánicas. Olsan-12 era el nombre con el que tramitaron los permisos y patente del medicamento que prometía sanar desde una simple gripe, hasta problemas de salud más complejos como los producidos tras un derrame cerebral, parálisis facial o corporal, incluso la epilepsia, problemas de piel. Así como la reducción de tumores malignos.



Enfrentaban la oposición de la comunidad médica que no aceptaban el invento creado por un profesor de escuela y un simple alumno, sin título en medicina que avalara sus estudios. Pero Martín Lucero era un brillante químico, aparte de ser hijo de uno de los mejores médicos infectólogos de la ciudad de Madrid, y de quien obtuvo apoyo para el proceso y elaboración de la fórmula. Muchas oposiciones los obligaron a repetir pruebas, cambiar dosis, incluso el nombre; hasta que al fin, en enero de 1981, comenzó a distribuirse al público en dos presentaciones: extracto en gotas y jarabe.


—¡Mi amor! Entiende... Podremos casarnos incluso antes de terminar la universidad, si queremos, si tú quieres...


—Claro que quiero a Nacho, pero no entiendo que pases tantas horas con Martín. Casi nunca estás en tu casa, siempre con él.


—¿Te parece poco en lo que trabajamos? Con suerte ayudaremos mucho a la cantidad de personas enfermas en el país, y hasta ganaremos dinero, probablemente el suficiente para vivir tranquilos. Porque Olsan-12 es realmente efectivo, ¡todos querrán tenerlo en sus casas!


—Está bien, trataré de no molestarte tanto con el asunto del profesor. Pero por favor, al menos prométeme que no nos volverá a interrumpir nuestro tiempo juntos, cada vez que salimos te llama para algo y ya no lo soporto...


—¡Prometido! —Nacho sonriente, levantaba su mano derecha en gesto de promesa seria.


—¿Por qué Olsan-12?, ¿por qué ese nombre?


—Pues, Olsan era el nombre escogido para su hijo, el que murió junto con su esposa, cuando apenas ella estaba embarazada. Y 12, porque once fueron los intentos fallidos y el doce, el triunfador. —explicaba cariñosamente el chico más dulce que cualquier chica podría soñar.


Fernanda era una jovencita muy hermosa, de largos cabellos negros, ensortijados y voluptuoso cuerpo de guitarra que quitaba el sueño a más de uno en su barrio. José Ignacio, conocido como Nacho, también era bastante guapo; alto, rubio, de finos rasgos pero varonil. Las chicas morían por él, pero el joven solo tenía ojos para su adorada Fernanda.


Sin mayor apoyo de medios de comunicación, Olsan-12 pronto estuvo en seis de cada diez viviendas en Madrid y otras ciudades del país. Nacho y Martín, lo distribuían ellos mismos, cada tarde después de clases, también iban de casa en casa con pequeñas muestras, dejando sus tarjetas de presentación para posteriores pedidos, los cuales hacían luego de sanar rápidamente de casi toda dolencia, y en tiempo record, tras la ingesta del medicamento.


El futuro se veía brillante y próspero para la joven pareja que ya iban a entrar en la universidad y en un par de años más se casarían.


—Fernanda, amor... —extendiendo un ramo de rosas amarillas, amarradas con una cinta de raso azul y un recipiente de plástico con varios dulces y conservas caseras dentro. —Mamá te mandó más de tus favoritas, hizo muchas conservas con la garrafa de aceite de oliva que compró en oferta.


—Gracias mi querido, pero solo comeré una esta vez. No me siento bien.


—¿Es por lo del hijo de la vecina? Pobre Jaime...


—Eso me tiene demasiado deprimida, era solo un niño y ni siquiera saben qué le pasó. Pero no, no es eso... Tengo el estómago descompuesto, creo que algo me cayó mal.


—¿No me digas que las conservas que te traje ayer?


—No creo... Solo comí dos, las otras se las comió mi mamá. Debe ser la impresión de lo ocurrido a Jaime, si, debe ser eso.


—Mi vida, ¿y si estás embarazada? —abrió mucho los ojos y su rostro solo reflejaba felicidad. Le daré todo a ese bebé y a mi futura esposilla, mira que ya estamos ganando buen dinerillo. Tendremos que adelantar la boda entonces.


Fernanda no había pensado en esa posibilidad, de pronto su rostro no se veía tan feliz...

—No lo creo amor, digo, siempre nos cuidamos...


—A veces eso falla, el caso es que yo estaré muy feliz de ser positivo, aunque entiendo que te retrase un poco los estudios. Ya verás que todo estará bien, me tienes a mí.



Era el mes de mayo de 1981. De la noche a la mañana, toda la dicha, planes y alegrías, se vinieron al piso. Tras la muerte del pequeño Jaime, comenzó a morir gente en varias ciudades, intoxicados todos, nadie sabía que lo causaba. En la primera semana del mes también falleció la mamá de Fernanda, el papá de Nacho, este último llegó grave en el hospital, no despertaba del estado de coma en el que cayó sin mayor explicación.

Fernanda estaba desesperada, acusaba al profesor Martín de haberlo llevado a ese estado.


—¡Tú!, ¡quién sabe que le diste a probar esta vez! Lo has tenido como tu conejillo de indias porque lo odias, lo odias... —gritaba, lloraba y lo golpeaba en su pecho con los puños cerrados. La tristeza por la gravedad de Nacho, la cegaba.


Martin, comprensivo, dolido, trataba de calmar a la chica.

—Cálmate, entiendo que estás confundida, la muerte de tu madre y ahora Nacho grave. Yo no lo odio, debería... Pero no. Es como mi hijo, le he tomado mucho cariño. Seguro él si me odiaría de saber que hemos sido amantes por más de un año...


—Mientes... Desde que te dejé hace un par de meses, nunca me lo has perdonado. Te has vengado manteniéndolo alejado de mí, y ahora, ahora... ¿Qué le diste?, ¡Dime!


—Nada... Pero si te hace feliz, creo que es probable que vaya a la cárcel, a menos hasta que se aclare lo que está ocurriendo. Me culpan, nos culpan, también a Nacho, de las intoxicaciones que están matando a la gente.


—¡Oh por Dios! —ahogó un grito horrorizada. —Eso es imposible, mamá jamás tomó Olsan-12, se intoxicó y murió igual que muchos.


—Tu testimonio ayudará, pero ya me enviaron la citación. —con un gesto le mostraba un telegrama sobre la mesa. —Aunque preferiría que descansaras, en tu estado es peligroso y ya has sufrido mucho en tan pocos días.


—¿Cómo lo sabes?


—Nacho corrió a darme la noticia, el mismo día que se sintió mal, yo lo llevé a urgencias. Él no sospecha que ese hijo es mío...


—¡Calla! Nadie puede saberlo. Yo solo quería una aventura, y la última vez solo intentaba hacerte entender que lo nuestro ya no podría ser.


—En mis brazos... Pero lo sabía, cuando al final de tanta pasión solo querías salir corriendo para verlo a él. Al menos me queda la felicidad de saber que tendrás un hijo mío, porque no nos cuidamos nunca, es mío, lo sé. Y no podrás hacer que renuncie a él, es muy importante para mí.



Una semana más tarde, José Ignacio "Nacho", moría en el Hospital de la Paz, a los veinte años de edad, cumplidos en estado de coma.

Martín Lucero era acusado por vecinos, alumnos y profesores. Todos lo veían como el responsable de las intoxicaciones masivas en España, alegaban que lo causaba el Olsan-12, luego de que su principal enemigo, el doctor Carlos Iglesias, lo acusara en un programa de radio, convenientemente preparado para ese fin, sacar del medio a Lucero y a su medicina milagrosa.


Matín estaba destruído, desesperado, su querido alumno y socio estaba muerto. Mucha gente muriendo a su alrededor, la mujer que amaba lo despreciaba, y ahora, iría preso de por vida... ¿Pero qué estaba ocurriendo?, ¿acaso era cierto que su medicina estaba matando gente?. Sabía que no, pues él mismo la usó cuando sintió los efectos de lo que parecía ser una intoxicación, y sanó a las pocas horas. Pero nadie quería escucharlo... Una cosa si era cierta, la combinación del Olsan-12, con ciertas sustancias, provocaba efectos secundarios...



Solo unos días estuvo Martín en prisión, pronto saldría a la luz la verdad. Pero ya el daño estaba hecho, Olsan-12 había sido retirado de las farmacias y arrojado en las basuras de los hogares. Pese a las disculpas públicas, se había sembrado la duda en los españoles, preferían no utilizarlo, era muy reciente y horrible todo lo que estaba ocurriendo a causa del aceite de colza desnaturalizado con anilina para uso industrial y refinado fraudulentamente para consumo humano. El dolor, el horror y la desconfianza, estaban a la orden del día en el país.


Fernanda había dado a luz un varón que ya tenía siete años de edad. Se mudó a Francia apenas nació, intentaba escapar de Martín, temiendo que este la despojara de su hijo. Pero él la amaba y a su hijo mucho más, los cuidaría aunque no pudiera estar nunca con ellos, los vigilaría y protegería en la distancia, como un lobo... oculto tras las sombras de la noche, cuando nadie podía verlo y huir despavoridos ante el horror que representaba aquel hombre deforme de rostro y cuerpo demasiado velludo con colmillos de lobo.


La ingesta del Olsan-12, con la anilina que contenía el aceite que intoxicó y mató a miles, mezclado con el wisky que bebía a diario, dio como resultado un efecto pavoroso en el noble y brillante profesor Martín Lucero; la deformación de su rostro y cuerpo, con la aparición de excesivo vello corporal. Martín se había convertido en lo más parecido a un hombre lobo. No mataba gente, ni chupaba sangre, solo era una víctima más de la intoxicación de 1981, de una forma terrible, como muchos otros que presentaron diversos síntomas y patologías.


Martín Lucero era ahora muy rico tras la indemnización recibida por la demanda que ganó por difamación, daños y perjuicios en contra del estado y del médico Carlos Iglesias. Dinero que compartía con su amada Fernanda y su hijo, aunque ella creyera, porque él lo quiso así, que era dinero que recibía del gobierno por haber sido su madre, una de las pocas víctimas en obtener ese beneficio para sus hijos sobrevivientes. Fernanda era hija única. Nunca sabría que se trataba de Martín Lucero, nunca sabría que él la seguía a todas partes y que permanecía frente a su casa, oculto tras los arbustos cada noche hasta un poco antes del amanecer, solo para ver sus siluetas detrás de las cortinas, cuando despertaban en medio de la madrugada para ir al baño o por algún mal sueño. Nunca sabría que nadie la amaría más que él, que la seguiría para toda la vida, como un lobo...


Marzo de 1989...

Sobre la mesa del comedor, un disco recibido con un moño rojo de regalo, como otros tantos que aparecían sin nombre de destinatario, en la puerta de la vivienda. Miguel Bosé... Estaba de moda ese año, sonaba mucho en la radio.

Fernanda no hablaba al respecto, en el fondo sabía que se trataba de Martín; el único que la seguiría hasta el fin del mundo...


—¿Allô? —del otro lado, la secretaria del pediatra Andrei Dubois, llamaba para confirmar datos del niño para la consulta, ante la aparición de extraños síntomas. —Tiene un solo apellido, el mío. Su padre murió cuando yo estaba en embarazo. Mi hijo se llama Denisse, su nombre es Denisse...

★Fin★



Miguel Bosé - Como Un Lobo: Se lanzó por primera vez como single en 1988. La canción fue escrita por Miguel Bosé, G. Vanni, C. D'Onofrio, P. Costa, M. Tazzi y M. Ogletree, y fue incluido en el álbum de estudio XXX de Bose de 1987.

Bosé es músico, cantautor y actor español.

Aparte de la nacionalidad panameña, cuenta también con las nacionalidades española, italiana y colombiana. Además de cantar, ha incursionado en obras literarias, como presentador y jurado en televisión, y se ha involucrado en la actuación.


Ver video clip:


https://youtu.be/oxUR79rlpbs


14 de Marzo de 2023 a las 20:57 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

Conoce al autor

Celi Rodz Soy productora y locutora de radio, podcaster, lectora apasionada, crítico musical, amante de la buena música. Proteccionista de animales, creadora y diseñadora de ideas y proyectos. Gloria In Excelsis Deo

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