axel-melgarejo1625109491 Axel Melgarejo

una tranquila mañana de invierno, el Comandante Alex Ferix junto a su mejor amiga Lady Lisa Steiner, la reconocida Tormenta Roja, reciben la visita de un Bodeguero en desgracia que les pide ayuda para poder salvar su negocio de un rival económico. Lo que iniciara como un simple caso de sabotaje se transformara en una emergencia a nivel nacional cuando el misterioso bombardero no solo amenace las bodegas del señor Candel sino que expanda sus ataques a todo Karioke ¿Podrán Alex y Lisa detenerlo?


Crimen No para niños menores de 13.
Cuento corto
1
848 VISITAS
Completado
tiempo de lectura
AA Compartir

AMENAZA DE BOMBA

Uno supondría que tras lo ocurrido con el Conde Mort, la población no volvería a oír sobre amenazas de bombas u otros actos que causaran el terror en nuestra hermosa isla; pero ¡Ay! Los pobladores de Karioke son como los niños, aun tienen mucho que aprender. Nuestro más emocionante caso, hasta el momento, se dio a inicios del invierno de 1881 cuando una bodega explotó en mil pedazos y el dueño de la misma nos pidió que investigásemos.

Aquella mañana nublada comenzó con el exquisito sonido del violín de Lady Lisa. Siendo una autentica pianista, violinista y compositora, he de admitir que me llenó de alegría el ver como ella tocaba, con una gran maestría, las melodías de Johann Strauss. El fuego de la chimenea estaba prendido produciendo un relajante sonido al quemarse la madera y la felicidad que emanaba aquella sensación pacifica era imposible de describir. Repentinamente, Lady Lisa, dejó de tocar el violín y miró hacia la ventana, ese día llevaba su hermoso vestido rojo, debió de estar viendo la ventana por unos quince minutos, desviando cada cinco segundos su mirada hacia el reloj de madera que teníamos en aquella habitación, pasado los quince minutos se alejó de la ventana con paso veloz haciendo que su silueta se viese más elegante de lo que podía imaginar.

- Por favor, Comandante, podría abrir la puerta antes de que nuestro cliente golpee en ella, no hace mucho que acabé de pasarle el barniz y no deseo que las manos rudas de un bodeguero raspen el hermoso acabado- me pidió Lady Lisa adentrándose en su cuarto

- ¿A dónde vas Lisa?- le pregunté incorporándome del sofá en dirección a la puerta

- A cambiarme Alex, no deseo que mi cliente me vea vestida así. Posiblemente creerá que soy una frágil muchacha jugando a ser un hombre antes que una profesional con entrenamiento militar junto a la rudeza necesaria para desempeñar la tarea que me pedirá realizar- tras explicar lo sucedido, cerró la puerta de su cuarto disponiéndose a cambiarse

Abrí la puerta en el momento justo en que nuestro cliente iba a golpear en ella. Por desgracia, al sentirme un poco confundido por el modo de pensar de Lady Lisa, no me percaté del puño que se dirigía a donde estaba mi cabeza y, al darme vuelta, recibí un coscorrón accidental en mi frente. Nuestro cliente, un hombre regordete con un bigote grueso blanco, sombrero de copa marrón y un traje gris con una corbata negra que resaltaba su camisa blanca, se puso las manos sobre la mejilla y su expresión se tornó en una de sorpresa.

- ¡Ay mi cabeza!- gemí de dolor sobándome mi frente tras recibir aquel golpe accidental

- ¡Oh cielos! ¡Lo siento mucho joven! ¿Se encuentra bien? no quería golpearlo sino tocar a la puerta- se disculpó aquel ancianito tomando mi brazo, con sus duras manos, en señal de preocupación

- Sí, estoy bien- me quejé dolorido- yo tuve la culpa, debí de fijarme antes de abrir la puerta

- Supongo que usted debe ser el asistente de Lady Lisa, el Comandante Alexander Ferix ¿Cierto?- adivinó nuestro cliente y, con una sonrisa, asentí con la cabeza

- El mismo que calza y viste- añadí haciéndome a un lado, ofreciéndole entrar con mi brazo izquierdo extendido hacia un costado- ahora, por favor, estimado caballero. Entre que Lady Lisa lo está esperando

- Muchas gracias joven- sonrió aquel hombre adentrándose a nuestra oficina

Cuando se sentó en la silla, me acomodé en mi sofá preguntándole:

- Mientras Lady Lisa se prepara para recibirlo ¿podría decirme el motivo de su visita acelerando el proceso del caso?

- Pues vera yo soy…

- El Señor Candel, propietario de las bodegas Candel y asumo que el motivo de su visita está relacionada con el trágico evento que sucedió ayer a la noche cuando una de sus bodegas tuvo una fuga de gas y explotó- le respondió Lady Lisa saliendo de su cuarto con su chaqueta roja, pantalón blanco con unas botas de tacón que le llegaban hasta las rodillas, una camisa blanca junto a un pañuelo en el cuello con bordes delicados. Llevaba un periódico en su mano, cubierta por un guante blanco, que tiró a la mesa del escritorio- al menos eso es lo que el periódico de la mañana nos informa; pero estoy segura de que usted sabe algo que los periodistas no ¿verdad?

- Podría decirse- asintió Candel, tomando aquel periódico y abriéndolo con intenciones de buscar la noticia que contaba los eventos de la noche anterior- en realidad lo ocurrido anoche no fue un accidente sino un intento de sabotaje.

Acomodándose en su asiento procedió de forma rápida a explicarnos su problema:

. . .

Anoche perdí un edificio muy importante debido a que este tenía, en su interior, varias botellas de vino envasadas y listas para ser transportadas a los restaurants más importantes de Karioke, afortunadamente no hubo pérdida de vidas humanas; pero si de una inversión que superaba el medio millón de Korales. Aunque las noticias y la policía aseguraban que la causa de esa explosión fue por una fuga de gas, me he negado a creerlo debido a que a las horas que ocurrió la explosión no hay nadie trabajando, el puesto del guardia de seguridad se encuentra demasiado lejos del lugar de la explosión y, en vista de que él aun está vivo, me da a entender que la explosión no se dio por culpa de su cerilla de fósforos al querer encender un cigarrillo (y créanme que ese hombre fuma mucho al punto de parecer una chimenea). Sin embargo, hace unas semanas atrás, tuvimos un infortunado incidente con el señor Sabelo propietario de las bodegas Sabelo, como usted habrá de saberlo Lady Steiner, las empresas bodegueras tienen que pelear constantemente por mantener su posición en el mercado, siendo los dueños de las empresas rivales nuestra mayor preocupación a la hora de vender y producir debido a que son capaces de lo que sea con tal de mantenerse en el mercado. Hace unas semanas atrás Sabelo vino a mi oficina con un papel que tenía los informes sobre las últimas ventas en el mercado.

- Señor Candel- me saludó aquel hombre de alta estatura con cabello negro corto y rostro frio como la piedra- es un gusto verlo, espero que no le moleste que lo visite sin tener una cita previa

- Me encuentro más sorprendido que molesto en realidad- le contesté bajando el bolígrafo con el cual me encontraba apuntando los pedidos de esa semana- pero, por favor, dígame, ¿A qué se debe el honor de su visita?

- Supongo que ya leyó esto señor Candel- me contestó Sabelo dándome aquel informe que tenía en la mano, sin esperar a que lo leyera, él, procedió a explicarme la situación- las ventas de este último mes favorecen a mi bodega mientras que la suya continua en la misma situación en la que se encontraba desde Enero de este año

- Es cierto- afirme con tranquilidad- pero todavía puedo levantarme

- Tristemente eso no es verdad y usted lo sabe- me contestó con frialdad Sabelo caminando por mi oficina viendo todo a su alrededor- mis competidores están ganando terreno también y usted se queda muy atrás debido a la poca calidad que le coloca a su producto

- ¡Si considera que el medio tradicional de crear vino es de poca calidad entonces me temo que usted no sabe nada de este negocio y absolutamente nada de cómo hacer un vino fino!- le respondí sintiéndome exaltado, casi insultado por las insinuaciones de ese sujeto

- Por favor señor Candel, no se enoje. Tiene que afrontar la realidad- me contestó Sabelo tomando una botella de vino que tenía guardada en una estantería- y esta dice que los pobladores de Karioke prefieren beber un vino de calidad hecho por una aséptica maquina procesadora antes que por un maloliente pie humano

- Aun si ese fuera el caso- lo confronté levantándome de mi asiento y dirigiéndome a donde él estaba quitándole la botella de sus manos- es mi decisión el cómo se hará el vino en esa bodega

- Eso puede cambiar también- continuó Sabelo con su frio discurso alejándose unos centímetros de mi persona

- ¡¿Cómo dice?!- pregunté exaltado

- Por favor no me malentienda, vine aquí como un amigo- sin perder tiempo me encaró mirándome directamente a los ojos diciendo- señor Candel, quiero que sepa que estoy interesado en comprar su bodega. Ponga usted el precio, nada será alto para mi

- ¡¿Desea que venda mi bodega?!- pregunté sorprendido

- Es algo que nos conviene a ambos. Si usted cede su bodega a mi persona, yo podré sacarla del estado en el que se encuentra y usted podrá vivir tranquilo el resto de su vida. En caso de no hacerlo tanto mi bodega como las bodegas rivales lo reducirán en cuestión de semanas pudiendo acabar en la bancarrota- me explicó con tranquilidad Sabelo

- ¡Podrá usted tener razón!- le contesté conteniendo mis deseos de golpearlo- pero si he de caer ¡Entonces lo hare de pie! ¡Peleando hasta el final y no traicionando, como si fuese un judas, a mis hombres, mis ideales y mucho menos mis sueños junto al legado de mis ancestros cuando fundaron este lugar hace años atrás!

- ¡Por favor sea usted razonable, esto no lo llevara a ningún lado!- me pidió Sabelo molesto, mostrando un poco de emoción en todo nuestro encuentro

- ¡Lo soy!- finalicé con una verdadera euforia- mi respuesta final es esta: ¡la bodega no se vende y peleare por ella hasta las últimas consecuencias! Creo que usted ya sabe dónde queda la salida

- Bien… intenté darle una salida benéfica a ambos; pero si desea convertir esto en una masacre entonces que así sea, que gane el mejor hombre, señor Candel, buenos días- sin añadir nada mas, Sabelo se retiró por la puerta de entrada y me quedé parado en mi oficina intentando tranquilizar mis nervios por al menos una hora.

Pasadas esas semanas, mis esfuerzos por mejorar mis ventas eran saboteados una y otra vez por un hombre de Sabelo que estaba infiltrado en la bodega: botellas rotas, ratas que aparecían de la noche a la mañana en las piletas y ahora esta explosión en una de mis bodegas, Lady Lisa Steiner, le pido ayuda para resolver este caso y exponer a Sabelo delante de la sociedad como la inmunda rata que es ¿Acepta mi caso?

. . .

Tras pensárselo mucho, Lady Lisa, asintió con su cabeza y le contestó

- Señor Candel, gustosamente aceptare el caso, exponiendo a ese malhechor como realmente es- Candel se levantó en señal de agradecimiento y tras pasarle un cheque con una generosa cantidad de dinero escrita en él, le dio la mano cerrando el negocio

- Muchas gracias Lady Steiner, sé que con usted mis problemas habrán desaparecido- tras decir aquello, Candel, se retiró del local

Lady Lisa miró el cheque por un momento y lo rompió en pedazos, sorprendiéndome al punto de exclamar:

- ¡¿Por qué hiciste eso, Lisa?!

- Él necesitara ese dinero más que nosotros. Esto no es un caso de competición Alex, es algo más complejo que eso; pero no puedo estar segura del todo hasta no ir a donde se produjo el incidente- marchando con rapidez a la puerta, añadió- este tampoco es el caso de Candel, Comandante, y, a menos que me equivoque, es posible que las explosiones se repitan convirtiéndose en el caso de toda Karioke si no doy con el bombardero cuanto antes

Sorprendido; pero también extrañado, ante tal deducción, decidí seguirla solo para saber de que estaba hablando y para asegurarme de que no tuviésemos a otro Conde Mort acechándonos otra vez.

Los escombros eran enormes y claramente justificaban la idea de que si alguien hubiese estado cerca cuando el lugar explotó, definitivamente estaría muerto. No parecía haber mucho que buscar en aquel desastroso sitio; pero la roja silueta de Lady Lisa se encontraba paseando por el lugar, agachándose cada cinco segundos para revisar el suelo, levantando pequeños escombros de la pared, tirándolos a un lado antes de continuar con la investigación. Sintiéndome sorprendido ante su peculiar forma de actuar no pude evitar preguntarle:

- ¿Y, precisamente, qué es lo que estamos buscando, Lisa?

- Indicios- me contestó ella con tranquilidad

- ¿Indicios de qué?- volví a preguntar

- Indicios de pólvora- me respondió continuando con la búsqueda

- ¿Piensas que podrás encontrarlos en este sitio?- señalé observando las ruinas- Lisa, es claro que este sitio fue destruido por medio de un cartucho de dinamita o varios. No es necesario perder el tiempo buscando restos de pólvora de algo que ya sabemos que se usó

- ¡Lo encontré!- exclamó Lady Lisa con alegría quitando varios escombros del suelo, aquella actitud me molestó porque parecía estar desoyéndome a propósito; pero al llegar a donde ella se encontraba me quedé estupefacto al corroborar que no solo se trataba de una marca de pólvora sino de algo más. Levantándose del suelo, Lady Lisa, me dio un pedazo de madera quemada con restos de pólvora a su alrededor y me dijo- nunca juzgues un libro por su portada Comandante, el bombardero no ha usado un cartucho de dinamita sino un barril de pólvora

- ¿Eso significa…?

- Que posee varios explosivos y medios para destruir otras edificaciones- finalizó Lady Lisa dirigiéndose hacia la salida

- ¡Lo que prueba la culpabilidad de Sabelo!- afirmé con decisión

- Al contrario, prueba su inocencia en este caso- me contradijo Lady Lisa alejándose de a poco. Teniendo que salir de mi estado de shock al oír eso, me acerqué a ella protestando

- Lisa, Sabelo tiene dinero para poder comprar un barril de pólvora y colocarlo en la bodega a mitad de la noche. Tiene el móvil perfecto para hacer volar por los aires la bodega y su discusión con Candel da muestras de que no tendrá escrúpulos a la hora de hundir a la competencia

- ¿Y por qué razón, un hombre rico como Sabelo, compraría un barril de pólvora para destruir una bodega que ansia poseer con ansias? ¿Por qué se pondría el cartel de culpable en el cuello al hacer un acto tan obvio de sabotaje? Su móvil es ganar dinero con esta edificación, si la vuela por los aires no podrá comprarla, siendo ese su verdadero objetivo. Se expone a una severa investigación policial que no le conviene y la discusión con Candel solo daba muestras de que aquel hombre es un estratega brillante en los negocios antes que un matón impulsivo amateur de la mafia. Romper algunas botellas y poner ratas muertas en las piletas llenas de vino es algo que haría un profesional a la hora de querer perjudicar a una empresa pequeña, es sutil, efectivo y logra su objetivo. Volar un edificio por los aires es todo lo opuesto. Sabelo puede ser un mierda; pero es inocente en este caso

- ¿Y si no fue él entonces quien?- le pregunté contrariado

- Eso es lo que deseo saber antes de que…- el sonido de una explosión nos tomó por sorpresa y, a lo lejos, vimos una enorme nube de humo, los ojos azules de Lady Lisa se agrandaron, tomándose la mejilla con su mano cubierta por un guante blanco, susurró- demasiado tarde

La explosión había ocurrido en las destilerías pertenecientes a Sabelo, todas y cada una de las destilerías fueron destruidas en la enorme explosión. Cuando llegamos al lugar del crimen, los bomberos junto a la policía, estaban evacuando la zona. Muchos médicos de la cruz roja retiraban cadáveres de los restos de la destilería, entre los muertos se encontraba Sabelo. Lady Lisa, al ver el cadáver de aquel hombre, dijo:

- Una movida muy arriesgada solo para comprar una pequeña bodega

- El señor Sabelo había venido de visita para ver cómo funcionaba sus destilerías- nos contó Kulieri acercándose a nosotros- supongo que estuvo en mal momento y en mal lugar

- Nunca mejor dicho- le respondió Lady Lisa- Comisario, necesito que de una orden de alerta para todos los negocios de Karioke, temo que haya un loco suelto

- ¿Qué le hace pensar eso?- le preguntó Kulieri, siendo la misma pregunta que tenía en mi cabeza en ese momento

- Es una corazonada- nos contestó Lady Lisa- pero si realmente desea saber la respuesta, esta se encuentra en los edificios abandonados que fueron destruidos esta semana

- ¿Se refiere a las obras de remodelación de la ciudad de Karioke?- nos preguntó Kulieri sorprendido- han estado en planificación desde el año pasado, no veo motivo para sospechar que esto esté relacionado

Aquellas obras a las que Lady Lisa y Kulieri se referían eran parte del plan de renovación de Karioke: un sector de la ciudad se encontraba abandonado y con estructuras antiguas cuyo único origen se remonta a las épocas del imperio Romano. Siendo unas casas pequeñas, con pocas ventanas, hechas de barro que el gobierno de Karioke deseaba destruir cuanto antes para poner, en su lugar, nuevas edificaciones, algunas de ellas con fines industriales. Se habían comprado varios barriles con pólvora junto a cartuchos de dinamita con el fin de destruir aquellas estructuras antiguas.

- Por supuesto que no, de no ser por el hecho de que gran parte de las explosiones ocurrieron antes de lo programado y algunas de ellas en zonas lejanas al sitio programado- continuó Lady Lisa dispuesta a continuar camino

- ¡¿Eso quiere decir que hay otro lunático similar a Mort atacando otra vez?!- preguntó asustado Kulieri

- Mucho peor- le respondió Lisa dándole la espalda y mirándolo de reojo- Mort solo lo hacía por diversión y deseos de lucrar un poco; pero algo me dice que este sujeto lo hace por inercia, porque desea ver toda Karioke arder

Como si hubiese sido una confirmación a sus dichos, una nueva explosión se escucho en pleno centro de Karioke. Sin nada más que añadir, Lady Lisa, tomó uno de los carros de la policía y agitó las riendas de los caballos en dirección a donde estaba el incendio.

- ¡Demonios!- exclamé al ver como ella se apresuraba a detener al bombardero.

Sabiendo que ella necesitaría mi ayuda, tomé el caballo de uno de los oficiales prestado y la seguí al lugar de los hechos.

Esta vez era el hotel Spritz el cual estaba en llamas. Los bomberos no podrían llegar a tiempo y había muchas personas atrapadas en aquel edificio. Sin pensárselo dos veces siquiera, mi temeraria amiga, se apeó de un salto del carro y, corriendo, se adentró al hotel. Bajándome de mi corcel, traté de seguirla; pero una explosión en la puerta me hizo dar un salto hacia atrás cayendo al suelo. Temiendo lo peor solo pude gritar

- ¡LISAAA!- las ventanas explotaron debido a la presión del aire dentro del edificio. Intentando levantarme pude ver, al lado del hotel, una marca que me impresiono bastante

Se trataba de la imagen de un enorme cuervo negro pintado con la misma pólvora, aquella pintura estaba en la pared del edificio de al lado que, al recibir un poco de fuego, se incendió mostrando la imagen de un cuervo llameante. Aunque aquella imagen dantesca me era impresionante, el dolor al creer que Lady Lisa había fallecido me impidió hacer una deducción siquiera.

Arrodillándome sobre la calle, bajé mi cabeza y empecé a sollozar debido al dolor que sentía en mi corazón. Las lagrimas corrían por mi rostro; pero, antes de poder continuar con mi llanto, oí el sonido de otra ventana romperse de forma tan abrupta que no pude evitar levantar mi cabeza viendo como, en un costado del edificio, las personas huían por el roto ventanal y, saliendo por la puerta principal, la silueta de Lady Lisa apareció de apoco con una mirada severa junto a una expresión de alegría por haber salvado a esas personas. Mirándome con detenimiento, me dijo de forma cariñosa

- ¿Por qué tardaste tanto?

No le respondí nada, solo me arrojé a sus brazos y rompí a llorar sobre su regazo. Ella me acaricio la cabeza diciendo

- Tranquilo Alex, todo terminó y me encuentro bien, sabes que soy una mujer difícil de matar- sin añadir nada más me contuvo por unos minutos, tras calmarme un poco me separé de ella preguntándole

- ¿Cómo lograste salir?

- La explosión tomó por sorpresa a todos los huéspedes quienes emprendieron la huida en el mismo momento en que me adentré al edificio, supuse que la salida podría bloquearse debido al fuego y si me dirigía a un lugar que no estuviese en llamas, estas me tomarían por sorpresa. En un incendio lo más importante siempre es buscar vías alternativas de escape, sea cual sea el medio. Por fortuna el Spritz posee muchos ventanales a su alrededor, dirigí a las personas a donde estaba uno de esos ventanales y lo rompí

- ¿Y por qué motivo volviste a donde estaba la puerta principal?- le pregunté largando todavía algunos sollozos

- Por esto- me respondió Lady Lisa mostrándome una sortija de oro- es la prueba que necesitaba para dar con el bombardero

- Lisa, también tengo algo que mostrarte- le conté señalando la imagen del cuervo en llamas- ¡Mira!

- Vaya, quien lo diría- susurró Lady Lisa al ver aquella imagen- un adorador de Mirder en mi ciudad… ¡Pues no en mi guardia amigo!

- ¿Quién es Mirder?- pregunté sorprendido

- Un viejo dios pagano que representaba la muerte junto al caos- me contestó Lady Lisa subiéndose al caballo- se dice que su culto se remonta a las épocas de los Celtas y que todos sus seguidores son personas caóticas que buscan complacer a su dios por medio del caos y la muerte

- ¿Ya habías combatido antes a este tipo de personas?- le pregunté subiéndome también al caballo

- Hace años atrás- me respondió mirando con ira aquella imagen en la pared- en el desierto de Norte América, cuando aún era una jovencita de unos quince años. Solo que no era un fanático sino varios bajo el mando de un autentico monstruo

Sin perder tiempo jaló las riendas del caballo dirigiéndose a un lugar en específico. Las explosiones comenzaron a producirse en varias partes de Karioke, demasiados edificios al mismo tiempo y sin que pudiéramos hacer nada para salvar a sus ocupantes.

- ¿A donde vamos Lisa?- le pregunté asustado al oír las explosiones constantes junto a las imágenes de los cuervos llameantes aparecer en varias paredes cercanas a los incendios

- Al único lugar que no está en llamas en este momento y donde podré dar con el desgraciado antes de que cumpla con su objetivo- me respondió Lady Lisa dirigiéndose al centro de la ciudad- el palacio de Karioke

La casa gubernamental de Karioke se encontraba sumamente protegida aquel día; pero los constantes ataques confundieron al personal, al punto de que el bombardero pudo entrar con su cargamento sin ser notado. Cuando Lady Lisa apareció algunos granaderos nos apuntaron con sus fusiles; pero ella detuvo el caballo gritando:

- ¡Vengo en nombre de la ley, el bombardero atacara este edificio en cuestión de minutos!

- ¿Cómo sabes eso?- preguntamos todos al unísono

- ¡No hay tiempo para explicaciones!- gritó Lady Lisa- asumo que ustedes saben quién soy ¿verdad?

- Si y esto no es trabajo para una policía de fin de semana sino para un ejército altamente bien entrenado- nos dijo la familiar voz del general Zalieri, aquel alto, de cabello canoso, y experimentado general añadió- le agradecemos la preocupación Lady Lisa; pero nosotros nos encargaremos de esto así que…

- ¿Han recibido un cargamento recientemente?- les preguntó Lady Lisa molesta, era claro que no pensaba perder el tiempo con aquellas discusiones sobre quien tenía el sable más largo

- Pues… ¡Mierda!- exclamó Zalieri aterrorizado- ¡recibimos un barril lleno de botellas de vino proveniente de…!

- La bodega Candel supongo- le respondió Lisa haciendo el caballo hacia atrás y, sin previo aviso, hizo cabalgar al caballo hasta que le ordenó saltar por la cerca de entrada sin que los demás pudiesen hacer nada al respecto- síganme si quieren conservar este edificio antes de que arda como los demás

Como era de esperar, Lady Lisa, logró una persecución contra nosotros en pos de un bien mayor. Aun subidos al caballo, nos adentramos al esplendoroso Palacio de Karioke. Los soldados corrían con sus fusiles en mano dispuestos a defender al presidente de Karioke cuando un sujeto, que portaba un rifle de repetición, los atacó por sorpresa. Apareciendo a sus espaldas, Lady Lisa, le dijo:

- Supongo que el trabajar como guardia de seguridad doce horas seguidas tiene sus beneficios ¿cierto señor Starley?

- ¡Tú!- exclamó aquel hombre de cabellera negra que llevaba un traje castaño con el logo de la bodega Caster en su espalda- ¡no des un paso más o volare todo en pedazos!

Apuntando con su rifle a donde estaban los barriles con pólvora, guardados en la bodega del edificio, gritó:

- ¡Apártense!

- De todos modos lo harás- le respondió Lady Lisa sin dejar de apuntarlo con su arma- he de admitir que has sido un caso muy emocionante; pero para nada difícil. Siendo un simple guardia de seguridad con el turno nocturno podías pasear libremente por la bodega sin que nadie te cuestionara nada, sin embargo, hace unos meses atrás, leí que varios barriles con pólvora habían sido robados y el único que había visto a los ladrones fue usted: señor Maximilian Starley, proveniente de Inglaterra y cuyo trabajo anterior a las bodegas Candel fue ser el guardia de seguridad del galpón donde se encontraban los barriles de pólvora preparados para la remodelación de la ciudad. Admito haber sospechado de usted en un principio y tras recibir la visita de su jefe Candel, quien nos dijo que el guardia de seguridad era el único empleado que quedaba en las noches, logré conectar varios cabos sueltos: primero practicó con las casas abandonadas que estaban destinadas a ser destruidas. Después hizo explotar una casa abandonada que se encontraba fuera de la zona programada y, finalmente, destruyó una bodega aprovechando la disputa que había entre los señores Candel y Sabelo. Al sentirse seguro de que nadie sabía lo que hacía y que tampoco sospechaban de usted, procedió a cumplir con su misión en esta ciudad. La única sorpresa aquí es que sea un adorador al Dios Mirder; pero lo demás lo pude relacionar con rapidez. Por cierto…

Sin previo aviso le lanzó el anillo dorado distrayéndolo un solo momento

- No debería perder su anillo de bodas, su esposa se enojara mucho si lo vuelve a extraviar – sin previo aviso le disparo al brazo haciéndolo soltar el arma, los Granaderos lo fusilaron sin siquiera dar un grito de advertencia acabando con la amenaza- aunque ahora debería llamarla su viuda

- ¿Por qué?- pregunté dolorido al ver como aquel hombre había muerto de esa manera. Aquello me había parecido terrible aun sabiendo que él fue el causante de varios destrozos en la ciudad de Karioke

- Era un peligro el dejarlo vivir, mejor muerto a que volviese a colocar un explosivo en otro lado- agitando las riendas del caballo emprendimos la retirada

- ¡Esperé!- nos pidió el general Zalieri- Lady Steiner hay alguien que quiere hablar con usted

El presidente de Karioke se acercó a nosotros con una sonrisa en el rostro dispuesto a condecorarnos

- Supongo que usted debe ser la famosa Tormenta Roja ¿verdad?- nos preguntó aquel hombre con un tono ceremonial

- En efecto- asintió ella

- Permítame condecorarla por su acto de valor

- No hará falta señor presidente- le respondió Lady Lisa dándole la espalda- solo hice mi trabajo. Si quiere agradecerme de corazón entonces ayude al señor Candel quien se encuentra en un dilema económico, quizás recomendando su bodega y promocionándola pueda hacer un cambio

- Lo haré, no se preocupe. Mañana todos querrán comprar del mejor vino que he tomado en mi vida- nos prometió el presidente viéndonos partir- ¿en serio que no desea una condecoración?

- Lo siento señor Presidente; pero no puedo aceptarla- continuó Lady Lisa alejándose lo más que podía del mandatario de nuestra nación

- ¿Por qué razón, Lisa?- le pregunté sintiéndome extrañado ante esa repentina actitud suya

- Porque voté por el otro sujeto- me confesó en voz baja agitando las riendas emprendiendo la retirada

De más esta decir que la bodega Candel se convirtió en la más famosa de toda Karioke al día siguiente e incluso en los periódicos se hizo mención de como el heroico señor Candel salvó a toda la ciudad al pedirle ayuda a la mejor detective de toda la isla: la heroica Tormenta Roja.

FIN

17 de Agosto de 2021 a las 14:21 0 Reporte Insertar Seguir historia
0
Fin

Conoce al autor

Comenta algo

Publica!
No hay comentarios aún. ¡Conviértete en el primero en decir algo!
~