mira lo que hice para tí Seguir historia

terminó la pelea.
me siento a sangrar en el viejo banco.
con el alma casi igual de abatida
que mi rostro.
tres costillas rotas y unos pocos
pesos en el bolsillo.
me iré a beber.
iré a calmar mis fantasmas,
a alimentar mis penas.

hay un mensaje de voz en el teléfono.
es la mujer que conocí el otro día,
la que me enamora mientras se
mete con otros hombres.
la llamo.
– ¿qué necesitas, gatita?
– ¿vendrás a follarme esta noche?
cuelgo.

me dirijo hacia la vinateria.
me voy fumando uno sin filtro,
dice mi madre que de estos fumaba
mi abuelo.

llego.
– don Lencho, un litro de mezcal.
– ¿otra vez?
otra vez.

entrando al callejón de los muertos,
le doy un trago enorme directo
de la garrafa.
me trae calor y calma,
como la chica que me enamora
mientras otros se la follan.

me acerco a mi puente,
donde me veía con mi amigo
Daniel de adolescentes.
tal vez hoy me atreva.
pero recuerdo que en el infierno
mo habrán vinaterias abiertas
las 24 siete.

bebo.
tal vez me deje morir como el abuelo,
con la pierna amputada, ciego,
sin trabajo, jodido por los del sindicato.
tal vez me deje enredar por la chica que
me enamora.

¿cuál muerte será peor?
al final, será muerte por amor.