snwtch 𝐋𝐨𝐫𝐢𝐞 𝐑

❝Respiro hondo tratando de controlar todo aquello que tenía revuelto y lo oprimía desde que había tomado la decisión, y juntando toda su fuerza de voluntad, empezó a empacar sus cosas que se encontraban mezcladas con las de él.❞ ⇝ OS zsww ⇝ POV Wang Yibo ⇝ romance/ light angst


Fanfiction Celebridades Sólo para mayores de 18.

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Give Up

A oscuras y solo con la ayuda de su mano busco a tientas el interruptor que se encontraba en algún lugar al lado de la puerta, una vez que lo encontró y pudo iluminar la entrada del departamento, sin mirar delante, dejo sus zapatos a un lado y entro. Avanzo casi a oscuras, solo iluminado por la luz de la entrada, tratando de ignorar los recuerdos de todo lo que vivió en ese departamento.

Con la mirada gacha y seguro que se encontraba solo, se dirigió a donde se encontraba la habitación principal. Sintió algo rozando sus piernas y, en otras circunstancias hubiera saltado del susto, pero con todo lo que cargaba en el pecho, dudaba que aún existiera algo en el mundo que pudiera asustarlo. Desde el piso, un par de ojos amarillos lo miraban como si lo estuvieran juzgando.

Omitió a la gata y abrió la puerta de la que aún era también su habitación y, sin poder mirar a la cama, fue directo al armario. Cogió una de las maletas que estaban en la parte alta y la abrió en el piso. Sabía que como estaba actuando, bien podía ser calificado como uno de los actos más cobardes que cometería en la vida, pero realmente se sentía tan cansado de todo, de insistir y pelear por algo que, sabía, nunca le sería dado.

Respiro hondo tratando de controlar todo aquello que tenía revuelto y lo oprimía desde que había tomado la decisión, y juntando toda su fuerza de voluntad, empezó a empacar sus cosas que se encontraban mezcladas con las de él. Mientras determinaba qué camisa era suya y cual no, maldijo la hora en la que pensaron que tener las cosas así mezcladas, sería divertido. Quizás, si hubieran sido ordenados desde un inicio, ahora no se encontraría tratando de no llorar al recordar cómo se había hecho esa mancha roja en la casaca de jean que tanto él amaba.

Soltó la prenda mientras cerraba los ojos y trataba de desterrar aquellos pequeños fragmentos de ellos dos riendo y jugando alrededor de ese estudio que había alquilado para él. Pensó que ahora no podía darse el lujo de recordar como habían hecho el amor, rodeados de pinturas y lienzos, no podía y menos ahora que no tenía mucho tiempo.

Habiendo ya empacado su última prenda, mientras cerraba el armario se dio cuenta de que ahora este se veía mucho más vacío de lo que había estado hace un rato, y no pudo evitar preguntarse si quizás él notaria el cambio y descubriría que se había ido de su vida. El vibrar en su bolsillo lo saco de sus pensamientos, y con el temor de que sea el portero avisándole que Zhan estaba subiendo y él tuviera que huir dejando la mitad de sus cosas detrás, lo reviso. Pero solo era un recordatorio de que tenía que realizar el check-in para aquel vuelo que salía en tres horas.

Suspiro escaneando el resto de la habitación, decidiendo cuál sería el siguiente lugar que asaltaría, el ver la cama blanca y vacía omitió todos los recuerdos que se le arremolinaban casi maliciosamente, haciéndole recordar que en otra época él había sido feliz ahí.

Sin dar más vueltas, se dirigió a la que hasta el momento era su mesa de noche. Sobre ella, y enmarcada, había una foto de ellos dos. Recordaba que se la habían tomado hace dos meses, en esa escapada que ambos habían sabido organizar tan concienzudamente. El verse retratado ahí, con una sonrisa tan grande mientras era abrazado por él desde atrás, se preguntó si alguna vez Xiao Zhan había sentido algo por él, si algo de lo que habían vivido durante esos seis meses fue real o si al final solo fue un capricho y él fue tan estúpido que mal interpreto todo.

Pero, ¿realmente había sido tan estúpido? Sinceramente, ¿Cómo podía serlo cuando sus besos se sentían tan reales; sus abrazos, cálidos; sus palabras, sinceras? ¿Cómo podría si quiera pensar que algo andaba mal cuando mientras hacían el amor se sentía caer en el lugar correcto en todo el mundo? Pero a pesar de todo lo que Zhan pudiera demostrar, nunca le había dicho que lo quería o amaba. Nunca, ni si quiera en el momento más íntimo que pudieran compartir.

En un inicio no le tomo importancia, después de todo su madre siempre le había dicho que un acto valía más que mil palabras, y Zhan era un hombre de acciones. Además, había suspirado por él durante tanto tiempo que el que ahora estuvieran juntos, se sentía casi como un sueño hecho realidad, y él era feliz.

O eso creía.

Poco a poco, la inseguridad generada por ese silencio de su parte, empezó a inundarlo y no falto mucho para que aquel pequeño monstruo de ojos verdes lo empezara a acechar, al verlo reír con otras personas, abrazarlas y oírlo decir que las quería. A veces solo bastaba una mirada prolongada en alguien, para que esa noche se generara una pelea liderada por sus celos.

Y es que, ¿Cómo no sentirlos si Zhan ni si quiera había insistido en dar a conocer su relación? No pedía un anuncio por todo lo alto, pero ¿era mucho pedir compartir esta información con sus amigos más cercanos o compañeros de trabajo?

Siempre era lo mismo, largas horas llenas de reclamos por parte de ambos, frases sarcásticas, lanzándose en la cara actitudes y acciones que habían tenido con alguien ajeno a ellos. Podían pasar tranquilamente cinco horas discutiendo, antes que alguno se cansara y decidiera regresar a la “normalidad” haciendo el amor y nunca más tocando el tema.

Esa extraña normalidad en la que había aprendido a vivir, donde cada día se dejaban un poco más de piel en aquella relación que no sabía a dónde iría a parar, hasta la noche anterior. Quizás fue debido a que era la primera vez que discutían por teléfono, pero se sintió tan diferente a cualquiera que hubieran podido tener hasta ahora.

— ¡Si tanto desconfías de mí, quizás lo mejor sea que todo termine!

— ¡Bien!

Y quizás la amenaza había sido tan abusada entre ellos que cuando tiro el teléfono, podía jurar que Zhan de seguro no se imaginaba que por primera vez él lo tomaría realmente en serio y decidiera en cuestión de horas, salir definitivamente de su vida.

Mientras acariciaba con ternura su cara sonriente en esa foto pensó que quizás, solo quizás, si él pudiera por fin decir, aunque sea un “te amo”, él podría quedarse infinitamente aquí, si tan solo Zhan lo hiciera sentir seguro de que lo que había entre ellos era más que deseo ardiente, quizás él pudiera encontrar las fuerzas para sacar adelante esto que sentía era especial.

Pero tenía que ser realista. Eso no sucedería, no sucedió durante los últimos seis meses y, definitivamente, no sucedería dentro de las siguientes horas.

Puso boca abajo el marco y guardo los libros que tenía encima. Hizo lo mismo con las cosas que se encontraban dentro del cajón vaciando todo en un maletín que se encontraba abierto sobre la cama.

Revisando que no le faltara nada, notó que el cargador de su tablet no estaba y recordando que muchas veces Zhan lo cogía para cargar la suya se dirigió a la otra mesa de noche. En esta no había un portarretrato, solo estaba lleno de libros y guiones a medio leer.

Rebusco un rato dentro de aquel cajón desordenado, pero no lo encontró; estaba por cerrarlo pensando dónde más podría buscar cuando vio aquel cuadernito de cuero negro desgastado.

Era el diario de Zhan, lo reconoció al instante. Lo había visto escribir en él desenfrenadamente tantas veces. Era tan conocido como prohibido, nadie podía acercarse a él sin que su dueño saltara para evitar cualquier tentativa de curiosidad, pero ahora estaba ahí, a su alcance y sin su perro guardián que le impidiera revisarlo.

Con la curiosidad a tope lo sacó de su lugar y, olvidándose de lo que realmente estaba buscando, lo abrió en la primera página. Estaba fechada en el 2015, en medio de esa maraña de caracteres pudo distinguir que palabras como “entrenamiento”, “oportunidad”, “cansancio” y “renunciar” se repetían una y otra vez.

A medida que pasaba las hojas las fechas y la extensión de lo que escribían variaban, había días en que los pensamientos eran largos y otros solo ocupaban dos líneas, fue pasando hasta llegar a una fechada con un año especial.


Agosto 25, 2018

You are my…


—¿Qué haces?

Se sobresalto al ver a Zhan apoyado en la puerta del dormitorio. Su rostro divertido se transformó en uno de total terror cuando vio lo que tenía en las manos. De dos zancadas llego a su lado y le arrebato el cuaderno sin ninguna consideración.

—Te dije que esto no podías leerlo. ¡Nadie puede hacerlo! —abrió el cajón y nuevamente lo guardo ahí—. ¿Qué estás haciendo acá? No te esperaba hasta… —su voz se cortó al ver la maleta a los pies de la cama y el bolso abierto sobre ella.

—Me voy —respondió mientras se ponía de pie y daba la vuelta a la cama.

—Eso veo, ¿Cuándo regresas? —pregunto viendo como cerraba el maletín y lo colocaba en el suelo al lado de la maleta.

Yibo maldijo su mala suerte internamente, su principal motivo de venir a escondidas era evitar este posible enfrentamiento. Sentía que la pelea de la noche anterior había sido más que suficiente y no quería tener que decirle su decisión, pero ahora con Xiao de frente, sentía que no tenía otra salida.

—Oh —le ganó Zhan—. No vas a regresar, ¿cierto? —frunció el ceño y una sonrisa torcida adorno su rostro— ¿Cuándo pensabas decírmelo? ¿O tu plan era irte sin decir nada?

—Creo que después de lo de ayer, era lógico lo que iba a hacer —contesto bajando la mirada, viendo lo fuerte que estaba sosteniendo las asas del maletín.

—¿Lógico? —soltó una risa forzada— ¿Cuándo hemos sido lógicos?

—Pues quizás sea hora de empezar a serlo. Ayer me dijiste que…

—Ayer —lo cortó— me llamaste a hacer un escándalo por algo que no tiene ni pies ni cabeza.

—No, Zhan. Te llame a reclamarte por algo que para mí tiene mucho sentido, pero para ti no.

—Me reclamaste porque te enteraste que fui a cenar con una amiga. ¡Una amiga que tu conoces! —soltó una carcajada de burla y se apoyó en el marco de la puerta— no entiendo, Yibo, ¿acaso he hecho algo para que desconfíes así de mí?

—Ay, hazme el favor —soltó el maletín harto y levanto la vista—. ¿En serio me estas preguntando eso? ¿acaso no eres tú quien no quiere que nadie se entere de esta relación? ¿Quién nunca me ha dicho que me quiere? Además, tú y yo sabemos que tu amiga no quiere ser realmente tu amiga.

Sentía el corazón latiendo fuerte en su pecho, el estómago revuelto y los ojos empezaron a picarle. No, no ahora.

—Ella puede querer muchas cosas, pero ¿no crees que todo depende de mí?

—¿Y qué hay de mí? ¿No sería mejor si dijeras que estoy contigo?

—No seas loco —soltó con un bufido—, ¿sabes todo lo que arriesgamos si soltamos esa información? No solo pienso en mí, ¡también en ti!

—Pues si tanto te preocupo, entonces ¡dime que me quieres!

—¡¿Qué con esa obsesión?! ¡¿Acaso nunca lo he demostrado?!

—Si puedes decirle a la gata que la quieres, ¿Por qué no a mí? ¿O solo soy el capricho de una noche que no sabes cómo liberarte?

Los ojos casi se salen de sus cuencas por la sorpresa antes de hablar: —Wang, no digas tonterías.

—No son tonterías, así me siento. ¿Qué vas a hacer? ¿Regalarme una joya, un fin de semana? Yo no quiero cuarenta y ocho horas ininterrumpidas, ¡quiero más! Y, lastimosamente, no quieres dármelo —no supo en qué momento se había quebrado, pero sintió una lagrima correr por su mejilla— y no sabes cómo me duele, Zhan. Porque yo a ti sí te quiero, porque yo nunca te haría sentir inseguro y usaría una patética excusa de protección para justificarme.

Respiro hondo mientras se secaba con la manga de su casaca la cara. Zhan se mantuvo apoyado en el marco de la puerta, en silencio.

—Me tengo que ir —recogió el bolso que había soltado y empezó a empujar la maleta fuera de la habitación. Pasó al lado de un Zhan que aún se mantenía en silencio y con la mirada gacha, pero este lo detuvo por el brazo.

—Yibo, por favor, hablemos —dijo en un susurro.

—No creo que haya nada de qué hablar —por favor, suéltame…si no me sueltas, yo no podré irme.

—C-claro que sí, n-no podemos terminar por una tontería…

—No es una tontería, para mí es importante. Siento que te avergüenzo y no puedo seguir así.

Zhan aún lo sostenía fuerte del brazo: —¡Tú nunca me avergonzarías! Por Dios, estar contigo es lo mejor que me ha pasado, es solo que…

—¡¿Qué?! —insistió mientras lo miraba de frente.

—Yo…yo, es que…

—¡Dímelo, Zhan! ¿No soy suficiente?

—¡No es eso!

—¿Entonces?

Él solo cerró los ojos sin responderle nada. No había dicho ni una palabra, pero para Yibo fue como si hubiera expresado las más crueles de su vida. Suspiro profundamente antes de soltarse de su agarre y seguir con su camino.

—Yibo, no —escucho cuando estaba a mitad de pasillo y luego unos fuertes brazos rodearon su cintura, y su voz gruesa y suave en su oído susurrándole —por favor, no te vayas.

Era ese escalofrío que sintió subir desde su estómago lo que había querido evitar cuando planeo esa huida, sabía que de darse este momento ya no habría vuelta atrás y su parte racional se iría al caño. Aquella parte que le decía que no debía de ceder, que debía de deshacer aquel abrazo e irse lo más rápido que pudiera; pero su corazón, su maldito corazón. Sintió su cabeza ser apoyada en su espalda al mismo tiempo que todas las barreras que se había dedicado a construir desde la noche anterior caían una a una.

—Por favor…

Quizás…

Despacio y guiado por él, volteo y ambos quedaron frente a frente. Vio los ojos de Zhan llenos de desesperación y algo más que no supo identificar ya que pronto él capturo sus labios con los suyos. El tiempo, como siempre, se detuvo y su mente dejo de trabajar de forma normal. Todos sus argumentos se fueron a un tacho y fueron ocupados solo de la idea de ellos dos.

Quizás esta vez pudiera ser diferente…

Sintió las manos de Zhan hundirse en su pelo mientras profundizaba el beso y no supo cuando las suyas se apoderaron de su cintura, pronto ambos estaban envueltos en un abrazo que parecía no tener fin.

Al cabo de un rato, se separaron por falta de aire. Ambos se miraron fijamente y no hubo necesidad de decir nada para que Yibo saltara y enredara sus piernas en la cintura del otro. Sosteniéndolo por el trasero y las manos de Yibo fuertemente situadas en su cuello, y aún envueltos nuevamente en un beso que se volvía cada vez más desordenado, regresaron nuevamente a la habitación de la que acababan de salir.

Al ser recostado con delicadeza en la cama pensó que quizás aún no debía de terminar todo, quizás esta vez Zhan hubiera podido entenderlo y por fin haría las cosas que él pedía y que no eran tan descabelladas. Quizás esta vez las cosas serian diferentes.

Con ambas manos sobre su cabeza y siendo sujetadas por una de las de Zhan, mientras él lo penetraba lentamente sintió que quizás no era tan necesario que cambien muchas cosas, después de todo ambos sabían que separados eran corrientes y juntos podían ser extraordinarios.

Rodaron por la cama hechos un lio de besos y caricias, sus nombres saliendo en gemidos de la boca del otro llenaron la habitación. Sentado a horcajadas encima de él, de pronto tuvo la absoluta certeza que existen millones de personas en el mundo, pero no podía imaginar a otra igual o si quiera un mínimo parecido a Xiao Zhan.

—Te amo —soltó entre jadeos mientras se aferraba a él, pero lo único que recibió en respuesta fue un beso profundo mientras el movimiento se volvía más salvaje. El dolor que sintió en el pecho le hizo notar aquello que dentro de si ya sabía y había tratado de convencerse con lo contrario.

¿Hacían el amor? Quizás follar quedaba mejor. Mientras caía rendido a un lado, se dio cuenta que, si bien Zhan era maravilloso en muchos sentidos, un gran ser humano, inteligente, amable y con muchos talentos; definitivamente él no era el sol. Y por aquel mínimo respeto que aún se tenía no podía permitir que sus deseos eclipsaran lo que necesitaba.

Este realmente había sido el fin a su historia de amor, esta había sido la real despedida. Viéndolo dormir, con la cara en total paz supo lo malditamente doloroso que era aceptar el fin de algo cuando quieres a alguien. Y Yibo lo amaba.

Salió de la cama despacio, evitando no despertarlo. Se puso la camisa en silencio pensando en cuanto lo extrañaría, pero, como le habían dicho, con el tiempo dolería cada vez menos y, quizás, eventualmente sería capaz de recordarlo y solo dolería un poco. Al coger sus pantalones, sacó su celular para revisar la hora y notó que hace cuarenta minutos había perdido su avión.

Compraría otro boleto llegando al aeropuerto, no había de otra. Se agacho para buscar sus zapatillas y notó el cajón a medio abrir de la mesita de noche de Zhan y recordó el diario que le fue arrebatado hace unas horas.

Conociendo como lo conocía, sabía que no se levantaría hasta dentro de un buen rato; con esa seguridad sacó aquel objeto prohibido y caminando al alfeizar de la ventana, por donde entraba la luz de la calle que le ayudaría a leer lo que estaba escrito, lo abrió al azar.


Julio 15, 2018

¿Por qué salimos corriendo cuando notamos la menor conexión? ¿Por qué luchamos contra lo que más nos atrae? Quizá es porque cuando encontramos algo o alguien a quién aferrarnos lo ansiamos como al aire. Y nos aterra perderlo. He aprendido a estar solo, pero muchas veces me dicen que la mayoría de las cosas son mejores si son compartidas.


Pasó la página, no todas tenían sus pensamientos, algunas solo eran notas de alguna frase o pensamiento que le había gustado y lo anotaba, otras estaban llenas de bosquejos de dibujos.


Julio 30,2018

Si hay una cosa que he aprendido con los años, es que solo se necesita una persona, un momento para que tu vida y tu perspectiva de ella cambie para siempre. Yibo ha logrado eso en mí, ha coloreado mi pensamiento.


Levanto ambas cejas en sorpresa no dando crédito a lo que leía, reviso la fecha nuevamente y trato de bajar sus expectativas, después de todo el pensamiento de las personas podía cambiar.


Agosto 25, 2018

Yibo,

You are my what if.

What if a shooting star granted my wish?

And what if you love me, in every way that I love you?

And what if, I am for you as you are for me?


Esta vez frunció el ceño, no podía ser cierto.


Septiembre 13, 2018

Lo que elijo eres tú. Eres con quien quiero despertarme y acostarme y todo lo que hagamos entre medias. Estoy decidiendo ahora: si tengo que elegir, te elijo a ti, Yibo.


Sus tapo la boca mientras sus ojos se abrían de la sorpresa al notar la fecha, lo había escrito el día en que iniciaron oficialmente.


Octubre 02, 2018

“Quiero que me prometas una cosa. Si quieres a alguien, tienes que decírselo incluso si tienes miedo de que eso no sea lo correcto, incluso si tienes miedo de que pueda causar problemas, incluso si tienes miedo de que tu vida se venga abajo…lo dices, y lo dices alto. Y luego, sigues desde ahí”

Pero, aunque no lo diga, él me entendería ¿verdad?


Noviembre 24, 2018

Hoy ha sido la primera noche a su lado y sinceramente, espero que sea la primera de muchas. Hoy he descubierto que quiero casarme con él, tener hijos, construir una casa. Por primera vez en mi vida tengo la entera certeza de querer sentar cabeza y envejecer solo a su lado. Quiero morir en sus brazos cuando tenga 110 años. Quiero una vida a su lado.


Diciembre 15, 2018

When I'm cold inside

You are warm and bright

You know you are so good for me

With your child's eyes

You are more than you seem


Esto era su verdadero yo. Siguió avanzando las hojas hasta que se detuvo en una donde la página estaba escrita de principio a fin, muy diferente a las del resto que solo ocupaban un espacio pequeño. Al ver la fecha, un escalofrío le recorrió la espalda ya que la recordaba muy bien. Fue cuando las peleas habían iniciado.


Enero 01, 2019

Tú que casi siempre te encuentras a mi lado, como una especie de ángel de la guarda, siempre atento a cada paso dado, a cada palabra dicha; y hay otras en las que no se te ve ni el nombre, como si solo hubieras sido un producto de mi imaginación, casi irreal.

Y por otro lado yo, que en un acto totalmente egoísta he decidido proclamarte mío, sabiendo que no lo eres, mientras que yo me declarado tuyo sin dejar de ser mío; y más que mío, de nadie.

Porque ambos somos libres encadenados. Encadenados a otras realidades, a otras vidas. Porque nos hemos acostumbrado a vivir así, cada uno por su lado y con las manos bien unidas.

Que más que manos es capricho porque nos queremos así, lado a lado y al mismo tiempo totalmente lejos de nosotros. Rompiéndonos y armándonos una y otra vez, y cada una más triste que la anterior y la siguiente más letal.

Porque te odio y ahí voy al revés y así toda la tarde. Porque ya nadie me entiende y yo no quiero entender a nadie. Nadie que no seas tú.

Tú, que llenas mi mente estrepitosamente con tu ser, que sabes llenarme de luz y oscuridad.

Tú que eres paz y tormento sin dejar de ser uno ni lo otro.

Por eso te amo.

Por eso te odio.


Dios mío, ¿esto qué significaba?

Y luego, la fecha de ayer.


Marzo 19, 2019

Creo que Yibo me va a abandonar y, sinceramente, no puedo culparlo. Todo ha sido mi culpa. Mía y de este miedo irracional que tengo a decir lo que siento, pero ¿Cómo no sentirlo si cada vez que lo he dicho antes, me ha ido tan mal? Tengo tanto miedo de perderlo o que algo malo le suceda y, tonto yo, es a lo que me he dedicado estos últimos meses. Creo que esta vez la he cagado en grande.

Yibo no te rindas, por favor no cedas, tenme un poco más de paciencia, por favor, no me abandones.

No cuando te amo tanto.


—Entonces, ¿te vas?

Levanto la vista, asustado. Zhan acostado de lado en la cama, viéndolo atentamente. Quiso responder, pero un nudo se instaló en su garganta, se sentía un niño caprichoso y tonto por no haber aprendido a leer un poco mejor a este hombre, por no haberle tenido un poco más de fe y en su lugar prefirió dejarse llevar por consejos y rumores.

Se seco las lágrimas con la manga de su suéter antes de levantarse y caminar hacia la cama donde momentos antes había estado tendido, se subió a ella y se arrodillo a un costado.

—¿Todo esto es cierto, Zhan? —la pregunta era estúpida, pero aun así necesitaba hacerla.

—Lo es.

Sintió las lágrimas correr nuevamente por sus mejillas: —Ay, Zhan.

Soltó en un susurro lo suficientemente alto para hacer notar que estaba llorando, y en menos de lo que se forma un pensamiento, él ya se había levantado y lo estaba acunando en su regazo. Mientras se mecía en un intento de consolarlo, se sintió tan tonto por haber dudado de lo que sentía estando a su lado.

Tantas veces que él le había pedido que no dudara de lo que tenían y de la energía que juntos creaban, y tenía razón. Estando así, como un niño pequeño siendo consolado, se sentía en casa. Como nunca antes se había podido sentir con nadie más.

—Yibo —susurró Zhan una vez hubo sentido que se había calmado— te amo.

Se separó para mirarlo a los ojos en medio de esa penumbra que habían hecho suya, estaba totalmente impactado. Lo sintió temblar y sin dudar lo abrazo con toda la fuerza que tenía en su ser dándose cuenta de cuanto realmente lo amaba este hombre.

Este hombre, que tenía miedo de decir en voz alta sus sentimientos y en su lugar prefería escribirlos. Que tonto por mantenerlos en celoso secreto, ¿Cuántas peleas pudieron evitarse de haber dejado que él los leyera?

Mientras lo besaba con profundo cariño, se dio cuenta que ya nada de eso importaba. Definitivamente, esta vez todo iba a ser diferente.



Feliz cumple-cumple Kathy :3

28 de Abril de 2021 a las 02:47 5 Reporte Insertar Seguir historia
11
Fin

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𝐋𝐨𝐫𝐢𝐞 𝐑 she/her🌷• 91'st line •

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sx sharpey xx
Que linda historia, llore un poco.
July 05, 2022, 10:45
Rachel Kim Rachel Kim
Esta conmovedor y facinante está historia está increíble
July 01, 2021, 22:22

  • Rachel Kim Rachel Kim
    La ame asta el llanto se me salió July 01, 2021, 22:22
Jk Sam Jk Sam
Me encantó😭😭!!! Que hermosa historia 😍 Amo el YiZhan ♥️♥️🐢🐢🐢
May 08, 2021, 02:16
zhangeDidiaini zhangeDidiaini
❤️😭💚 Que hermoso! Siento una bola en la garga ta wei así mero fue solo que con las fechas dustintas pero así mero ❤️❤️❤️❤️ no dejes de seguir escribiendo.
May 06, 2021, 04:09
~