Señor líbrame de los chismosos, los envidiosos y los que nos destruyen con malas palabras.
Líbrame de la miseria, el egoísmo y de los falsos que nunca se acaban.
¡Líbrame señor! Y si fuera posible líbrame de mi orgullo y mi propia rabia
Líbrame de mis demonios que a veces me dominan y no me dejan perdonar, mucho menos comenzar un mejor mañana.
Líbrame de los aduladores señor, porque solo lo hacen cuando estoy en la sima de la montaña; pero si me caigo, en vez de ayudar, se ríen con sarcasmo y me dan la espalda.
Señor dame más inteligencia de la que me hallas dado, más paciencia de la que tengo y más nobleza de la que doy, para pensar y saber hablar, cuando de ti digan que no existes y para no reaccionar con violencia cuando ante mí se presente la injusticia.
Líbrame también señor del apego a lo material, cuando haya otro que lo necesite de verdad.
Ayúdame también a rezar por las mañanas y acordarme de ti aun cuando crea que no te necesito; aunque tú más que yo, sabes que siempre me vas hacer falta.
Ayúdame a dar sin pedir, a querer sin exigir y a vivir sin sufrir.
Por último, señor, si no fuera mucho pedir…ayúdame para que estos poemas sirvan para amar y crear conciencia, no para odiar ni desunir
AMEN.
Gracias por leer!
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