jared-palma1617150783 Jared Palma

Una persona huye de un viejo amigo que se ha convertido en un ser irreconocible.


Paranormal No para niños menores de 13.

#cuento
Cuento corto
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La verdad

Me perseguía mi mejor amigo, una persona que conocía casi tan bien como a mí mismo, alguien con quien había convivido más de 30 años, me perseguía la persona con quien había creado un lazo que va mas allá que el de la amistad, mas allá que el amor, más allá que cualquier lazo divino. Me perseguía un monstruo, una sombra de lo que era mi amigo, una figura profana del cuerpo de dios, tan rápido como la sombra y tan perverso como el más infame de los pecados, y como si de un juego se tratara, me alcanzaba pero me dejaba escapar, se alimentaba de mi sufrimiento, de mi miedo y sobre todo, de un sentimiento que no puedo explicar, un sentimiento de pérdida y melancolía, de dolor y tristeza pues no dejaba de pensar en todos los momentos que había vivido con mi amigo, lo que había sido toda mi vida, y la suya.


Ya no podía correr más, no solo era la fatiga física lo que me detuvo, tenía que enfrentar a mi amigo, o en lo que se había convertido, yo sabía que en algún momento de mataría y antes de que eso pasara tenía que saber la verdad de lo que le había ocurrido, la verdad de en que se había convertido y la verdad de como paso de ser la otra mitad de mi alma, a un engendro salido del rincón más oscuro del ser humano. Y me detuve, en una calle transitada en donde la gente iba y venía, pero nadie se percato de nosotros, solo existíamos él y yo, o más bien, todos existían menos yo y el.


-Jejeje, parece que te has aburrido de nuestro juego- dijo mientras se acercaba lentamente a hacia mi-. Te has cansado rápido, recuerdo que siempre había sido al revés, era yo el que se detenía descansar y tú querías seguir jugando.


Se detuvo a pocos centímetros de mí, podía sentir el aire que salía de su boca al hablar y por momentos me solo puede ver sus ojos negros, y cuando recobre el aliento le dije:


-Aquí me tienes, se acabo el juego del gato y el ratón, se en lo más profundo de mi alma que me quieres asesinar, pero antes de que me obligues a dejar este mundo dime ¿Qué te ha pasado?¿ cómo es que el amigo con el que viví casi toda mi vida, con el que pase alegrías y percances, el amigo con el que soñé nuestro futuro, el amigo que vio nacer a mi hijos y el amigo con quien siempre imagine a m lado en el momento de mi muerte muchos años adelante, se ha convertido en lo que eres ahora, un monstruo, algo impío que no tiene cabida en ningún sitio del orden natural? Te suplico que me expliques el que te ha pasado, mi viejo amigo.


Cuando termine de hablar mi cuerpo se alivio de todo el cansancio que había sentido, todos mis sentimientos y emociones se habían aligerado, y por primera vez en mi vida, me sentí preparado para morir. Vi a la cara a mi amigo y vi una sonrisa pura, una sonrisa que siempre ponía cuando pasábamos alegrías o cuando intentaba consolarme, una sonrisa sincera que solo transmitía amor y calma.


-Mi amigo, he descubierto la verdad de todo, he visto las mentiras y las verdades no solo de este mundo, sino de todo lo que existe, la verdad del cielo, del infierno, del purgatorio y de todos los seres existente, y cuando lo descubrí todo me sentí vacío, la realidad que había conocido había cambiado, nada me producía placer o dicha, ni tristeza ni enojo, no sentía nada hasta que te recordé, el único ser del que no descubrí verdades o mentiras pues siempre habíamos sido sinceros el uno con el otro, y volví a descubrir a mis emociones, me sentía eufórico, un sentimiento que solo sentía contigo y decidí darte la verdad, como siempre lo había hecho, decidí darte la verdad de todo para que siempre tengamos el inexplicable lazo que nos une.


Se abalanzo hacia mí y me mato, no sentí nada, ni el ataque, ni el dolor, no había ninguna luz, no había ningún fuego, no había ángeles o demonios, solo estaba la verdad y detrás de ella estaba mi amigo, extendiéndome su mano y yo la tome, el me trajo de vuelta a la calle, nadie había visto nada pero yo, lo había visto todo, entendí cada una de las palabras que me había dicho mi amigo, había descubierto la verdad y no sentía nada, hasta que vi la sonrisa de mi amigo y también sonreí, me levante del suelo y nos fuimos juntos, nadie nos vio,, nadie nos extraño, solo estábamos mi amigo y yo, porque solo confiábamos de nosotros y nunca le dimos la verdad a nadie ,y nunca se le daremos a nadie.

31 de Marzo de 2021 a las 00:46 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

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