Supongo que buscarte tendría más sentido si tu sola sombra fuera un misterio, pero hasta tu nombre y apellidos se han vuelto tan conocidos para mi boca que duele nombrarte.
Te oscureciste al pasar del tiempo y las puntas de tus barbas se volvieron negras, sin brillo, como un reflejo opaco de lo que algún día resultaste ser.
Se que no lo sabes, que tu naturaleza es frágil y tu camino doloroso, pero aunque hastíes tu nacimiento, eres la perdida pluma de un fénix fantástico que añora que vuelvas a sus alas para emprender su camino, camino dañado por la esperanza.
Y, solo así, cuando reconozcas el brillo que tu sola, dulce pluma opaca, hiciste desaparecer, podrás salir de ese oscuro agujero eterno del que ni el viento ni el aire pueden evitar que caigas.
Gracias por leer!