yossi-chann Yossi

En un lugar lejano de la tierra y lejano del mismo cielo, Fredd está recibiendo el castigo que conlleva detener el ascenso de un alma al cielo, y el retorno de un mortal a la tierra. Fredd está roto, Fredd está herido, y sólo los pedazos de otro corazón destrozado lograron devolverle a la luz.


Fanfiction Caricaturas Todo público.

#Fnafhs #Fred #Puppet #inkspiredstory #mai #drama #romance #jitterdoll
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El primer contacto

Se escuchó un corto circuito que le electrocutó violentamente. De sus labios escapó un jadeo ronco y sonoro, haciendo eco en ese frívolo y húmedo lugar. A la lejanía se escuchaba el cadencioso ruido de unas gotas de agua al caer en un charco, y entonces otro electrochoque iluminó de forma fugaz aquel sitio en penumbras.


-¡Mierda! -se quejó Fredd por centésima vez. Soltó los cables al no soportar más su voltage, y entonces aquella luz azul que descendía desde el altísimo cielo comenzó a extinguirse paulatinamente-. ¡Aguanta, Freddy! -gritó desesperado cuando la imagen de ese chico se desvanecía junto aquella luz.


Tomó los cables nuevamente. Antes que nada se volvió a secar las lágrimas de los ojos con el cuello de su camisa, las cuales habían estado fluyendo desde hace ya bastante tiempo, y volvió a unir los cables que le electrocutaron sin piedad y con violencia. Su corazón se aceleró a una desmedida velocidad. Cada palpitar era como si le clavaran cien mil agujas en el corazón y después volvieran a retirarlas consecutivamente. Cuando ya no aguantó, volvió a soltar los cables. De sus labios escapó un gemido de dolor.


Se arrodilló en el suelo, dejando que la tela de su ropa se mojara al estar en contacto con el agua y liberó un sollozo. Se llevó las manos al pecho, comprimiéndolo en un vano esfuerzo por aminorar el dolor mientras lloraba inconsolablemente.


Entonces, otra luz comenzó a extinguirse. Alzó la mirada con los ojos cristalizados, y admiró cómo aquel destellante rayo rosa que descendía desde el oscuro cielo se apagaba.


-¡No, Joy! -gritó desesperado mientras corría hasta los controles de ella.


Sin importarle el dolor que sufriría, tomó los cables que la mantenían viva y los unió. Los electrochoques volvieron a castigar su atrevimiento, haciendo que las taquicardias le quemaran cada milímetro de sus venas.


Se apartó tras aguantar más de lo que imaginó. Cayó rendido en el suelo mojado. El frío despertó en él unos profundos broncoespasmos que hacían que la simple necesidad de respirar fuera una tortura. Se arrodilló a como pudo. Aquel sudor helado le acalambró la espalda y las muñecas se le paralizaron. Pero entonces, percibió que la luz de Freddy volvía a apagarse.


-¡No! -exclamó rasguñando su garganta y corrió hasta los cables para someterse al mismo castigo. Y después corrió por Joy, y regresó con Freddy.


Sus pulmones eran cada vez más inútiles. El oxígeno era como si inhalara vidrio roto. Sus piernas pesaban tanto como el cemento. Pero Fredd jamás dejó de luchar por el amor que le tenía a Freddy y a su adorable novia.


-¡No lo voy a permitir! -chilló apretando los dientes antes de soltar los cables de esa chica.


Exhausto cayó hacia atrás y las gotas de agua se levantaron al recibirlo en el suelo. Cada vez que hacía el esfuerzo por respirar, sus pulmones sonaban con un coro de gatos maullando de forma atroz, como si se lamentaran.


Entonces, escuchó perfectamente los pasos de alguien haciendo eco. Cada vez se escuchaban más cerca de él, y entonces sintió como un suave roce le acarició sus mejillas heladas.


Fredd se sentó inmediatamente y comenzó a retroceder asustado. Pudo ver entonces a una chica parada justo frente a él. Vestía un elegante pantalón de vestir negro con impecables zapatos de cuero. Llevaba puesta una camisa de botones blanca, que contrastaba perfectamente con su clara y limpia piel. Su alocado cabello albino era tan corto, ni siquiera le tocaba los hombros. Mantenía posados sus brillantes ojos violetas sobre él, y esbozaba una sonrisa tan feliz y tan amplia, que sólo le confundía en sobremanera.


Fredd no dijo nada. De repente sus broncoespasmos habían desaparecido y sólo se podía ver la forma en que su acelerado pecho se movía al respirar.


-¿Hasta cuándo te permitirás ser castigado? -preguntó la nueva presencia, desvaneciendo su magnática sonrisa al concluir su pregunta.


-No planeo detenerme jamás -respondió tras guardar silencio en un jadeo.


-¿Por qué? -lamentó la chica atreviéndose a tomar las frías manos de Fredd entre las suyas. Su tacto era tan suave, tan cálido. Le compadecía con cada roce que había entre sus pieles-. ¿Por qué lo haces? -quiso saber mientras dos finas lágrimas se deslizaban por sus sonrosadas mejillas-. Eres tan noble... no mereces esto. -Se llevó los finos nudillos de Fredd a los labios, sembrando en ellos un beso que expresaba la melancolía que se escondía en su ser.


-Los amo -respondió él sin titubear, expresando no sólo en su voz la determinación de la que presumía-. Quiero que ambos tengan lo que yo jamás podré tener.


-¿Qué es? -preguntó en un susurro-. ¿Qué es eso que jamás poseerás?


-Felicidad.


El ruido de las gotas de agua al unirse a los charcos llenó el silencio que la ausencia de sus palabras habían causado.


-Ellos no son felices -dijo la presencia femenina enlazando sus dedos con los de la presencia contraria-. Ellos no son capaces de valorar tu sacrificio.


-Ellos están mejor así -respondió-. Ella ya no quería seguir viviendo, y él sólo quería alejarse de mí. ¡Esta es la forma de castigar a mi soez corazón, ¿no lo entiendes?! -gritó desesperado poniéndose en pie, soltando cruelmente el agarre entre sus manos-. ¡Ellos quieren quedarse aquí, donde su historia jamás será interrumpida por un villano ni cuestionada por los ignorantes!


Ella bajó la cabeza, con pesar. Su cuerpo emitió una luz estática, igual que un holograma al comenzar a fallar y una de sus lágrimas brilló al caer desde su mentón hasta el suelo.


-Escapa... -suplicó en un susurro-. Sálvate de este martirio ruin y cruel.


-Allá afuera estoy solo -confesó con dolor y su voz se quebró nuevamente. Tal vez esa era la única pieza de su ser que no había sido dañada aún-. Ni siquiera Freddy me protege, me quiere fuera de su vida. Pero yo sólo puedo servirle a él porque él es yo, y yo soy él. Ambos somos los complementos de un alguien, y ambos somos uno mismo. Lo amo, y si él quiere estar aquí, con su novia, aquí los voy a dejar.


-No volverás a estar solo allá afuera -aseguró con su trémula voz alzando la mirada, haciendo que sus ojos se encontraran-. Yo también estaré ahí, esperándote, y esperando para amarte cuando finalmente hallemos la forma de estar juntos.


Fredd enmudeció. Sus labios se crisparon antes de que de sus ojos nuevas lágrimas salieran a atravesar sus mejillas, eran las genuinas perlas de la conmoción. Aquella pesadilla era la más hermosa que alguna vez imaginó tener. Su belleza era peligrosa, era dar un salto de fé y arriesgarse a caer en el vacío.


-¿Por qué? -preguntó esta vez él, haciendo una pausa para tomar aire y continuar-. ¿Por qué querrías a alguien tan venenoso como yo?


-Porque yo también quiero ser custodiada por tu amor -explicó mirando al contrario como si fuera lo más maravilloso que alguna vez hubiera visto-. Necesito sentir que tu amargo veneno se unifique con mi sangre. Quiero que cada palpitar de mi corazón se produzca por tu invaluable cariño, pues jamás permitirías que una sola gota de mi existencia se derrame en vano.


De repente, Fredd perdió el control de sus piernas y cayó de rodillas al piso. Nuevos cables saltaron como un millar de vivoras y se conectaron en los brazos de ambos, haciendo que de sus corazones una luz pálida y azulada emergiera. Pronto todo el lugar comenzó a iluminarse, y unas finas capas de cristal emergieron de entre la luz y comenzó a rodearlos.


-¡No, Freddy! -chilló Fredd con temor al no poder ver la luz de ese chico, y tampoco el de esa chica-. ¡Freddy, perdón! ¡He sido débil y ahora volveremos al mundo real!


La albina entonces dirigió sus delicadas manos a las mejillas de Fredd. Con cuidado le limpió las lágrimas con los pulgares y unió su propia frente con la de él, cerrando los ojos tranquila mientras él la veía hipnotizado por la paz que transmitía.


-Despierta ya -susurró-. Despierta ya. Yo te estoy esperando desde el otro lado.


Entonces el cristal que los rodeaba se rompió, y ambos comenzaron a caer en el vacío. Puppet plantó en sus labios un beso delicado, cálido, un beso que finalizó cuando su presencia se desvaneció en el aire.


Fredd levantó la mirada hacía la superficie de la que había caído. Elevó la diestra, como si poco a poco se desprendiera de ese sitio y su corazón comenzó a latir otra vez.


Todo era anormal. Era anormal que se sintiera vivo, que sintiera como la sangre viajaba por sus venas y reanimara a su cuerpo que había caído en coma. Era anormal escuchar la voz de esa chica desde lo más profundo de su interior susurrar gentilmente su nombre.


De su cuerpo comenzaron a surgir un millar de rayos de luz, y antes de cerrar los ojos Fredd alcanzó a ver el cielo, el lugar del que algún día volvería a estar tan cerca y sintió que su cuerpo comenzó a hormiguear.


-Lo lamento, Freddy -susurró al sentir que sus existencias volvían a conectarse-. Yo también amo a alguien.


Y así, Fredd sonrió antes de que todo fuera bañado por la luz de la mañana y el cuerpo de Freddy despertara en ese cuarto de hospital. El joven parpadeó unas cuantas veces antes de que su madre, quién ya lucía demacrada por esperar tan incansablemente a que su hijo despertara, se lanzara de su asiento a abrazarle con lágrimas en los ojos. El adolescente correspondió atontado, susurrando una disculpa al oído de su madre mientras sentía su corazón retorcerse de dolor.


Fredd estaba ahí mismo, viendo desde la esquina de la habitación la escena tan conmovedora cuando alcanzó a ver, que un grupo de doctores pasaban corriendo empujando una camilla. Fredd los siguió, y sintió una puñalada en el corazón cuando miró que era Joy quien estaba en esa camilla.


Lo sabía, ella estaba muriendo. Y todo había sido porque permitió que así fuera.


No se atrevió a entrar con ellos al cuarto de urgencias, y tampoco pudo quedarse junto a esas puertas, donde la madre de la adolescente lloraba desconsolada en los brazos de su marido. Fredd salió corriendo de ahí, la culpa lo estaba alcanzando y no quería arrepentirse de nada. Empezaba a sentirse sólo, empezaba a ser alcanzado por el remordimiento, y entonces, alcanzó a ver con el rabillo del ojo una salvaje melena blanca.


Dejó de correr en ese mismo instante. Retrocedió lentamente, y se quedó parado en la entrada de aquella invitación, mirando embobado a la chica cuyos ojos se dirigían hacia la ventana desde su cama. La luz del sol hacía resplandecer su cabello blanco. Su piel parecía hacer sido trabajada por un pintor que acarició el lienzo con cada pincelada. Fredd también notó que en sus muñecas reposaban dos cicatrices que se extendían por sus antebrazos, pasando sobre sus venas.


Fredd se sentó junto a su cama, sabiendo perfectamente que esa chica no lo veía, y que tampoco podía sentir la mano que había posado sobre las de ella.


-Ya estoy un paso más cerca de tí -le susurró gentilmente con un amor desbordante en cada una de sus palabras. La veía como si sus ojos presenciaran a la mujer mas hermosa de todas-. No me detendré hasta que pueda volver a tocarte.


____________________________


N/A


No veo FNAF HS. Sólo miré el cover de Jitter Doll y comencé a shippearlos insanamente.


No sé si la pareja es conocida, no me sorprendería que no lo fuera. De todos modos agradezco a quien se haya tomado la molestia de leerme.


No sé si vaya a crear algo más para este fandom. Probablemente en algún futuro suuuuuuuuuper lejano de una pareja suuuuuuuuuper crack.


Lamento si les pareció demasiado abstracto. Si quieren que aclare algo pueden pedírmelo en los comentarios y con mucho gusto lo haré.


Supongo que eso es todo por ahora. ¡Muchas gracias por llegar hasta aquí!


Muy atentamente:

Yossi-Chann ❣️


1 de Marzo de 2021 a las 21:54 0 Reporte Insertar Seguir historia
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