El firmamento me mira
con la luna como ojo
y siento en mi el arrojo
que sólo en el cielo brilla,
te llama cual polilla
a volar al firmamento
y te clava las cuchillas
de la certeza inmensa
de saber que no hay alas
que puedan cubrir tu vuelo.
¿Habrá algún Dios allá arriba?
Me pregunto mientras siento
que la luna sigue erguida
mirando mi sufrimiento,
contemplando sólo canta
a la luz del sol que se escapa
volviendo el oro de plata
y adornando aquella pradera
que forman así mil estrellas
como flores muy lejanas.
Me quedo un minuto rezando,
rezando con mi mirada
que me escuchen recitando
mi propia canción velada:
"Quisiera ser también mota
perdida en la inmensa noche
para perderme en el bosque
que es la noche estrellada."
Gracias por leer!