Mi querer y tu querer.
La distancia me duele.
Escuchar tu risa a lo lejos y saber que ya no la produzco yo.
Y ya ni la compartimos juntos.
Tu tan despegado,
Yo tan enamorada aún,
De tu sigilo,
De tu pelo
Tus pintas,
Tus camisas ajustadas,
Y tu forma de caminar.
Todavía tan guapo,
Y de tus esencia solo se destila sexo,
Inhalas energía.
Exhalas vida.
Y a pesar de que aún recuerdo con escalofrios todo lo malo que pasé contigo...
Extraño tus calculadas caricias,
los destellos de cariño que demostrabas,
tus compliques con la comida,
y tu descomplique con los planes,
tus victorias dirigidas, con tus múltiples aprendizajes.
Lo penetrante de tu mirada,
lo aspero de tus manos, a las que terminaba curando.
Tus frases perfectas sin necesidad de configurarlas.
Lo constante de tus enseñanzas y la consistencia de tus principios,
la sinceridad de tu risa,
tu manera de dormir y roncar.
El calor de tu cuerpo.
Tu destreza en el sexo,
pero sobre todo...
Tu particular forma de besar,
la cúal amé desde la primera vez que la probé
porque así como lo leí alguna vez, despúes de cada largo beso , plantabas una serie de cortos y rápidos besos en mis labios. Siempre como una firma.
Y ahora ¿que me queda?
Mi propia vida, y los momentos que observo de la tuya.
Y de tí... me quedan los momentos que me regalaste.
Y si alguna vez ves esto... hasta hoy entendí el regalo de cumpleaños que me diste. Porque a pesar de tenerlo frente a mi todos los días, no podía entender tus intenciones y llegue a pensar que no había nada detrás de aquél presente. Pero ahora se que era para recordarme lo valioso que es el tiempo y que eso era lo más valioso que me ibas a obsequiar.
Gracias por leer!
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