Abrió los ojos por impulso al sentirse solo encima del gran y mullido colchón, Palmeó con insistencia alrededor para asegurar que no se estaba equivocando... la predominante oscuridad reinaba en la habitación y aquello no ayudaba en demasía; haciéndole tener que estirarse hacia la mesa de noche para encender la lámpara que se encontraba encima de esta.
Misma que lo cegó por un instante, teniendo que restregar un poco sus párpados para acostumbrarse a ella...
Recorrió con la mirada el interior del dormitorio, posándola casi de inmediato en el cuarto de baño. Eliminando la idea de que se pudiera encontrar ahí... puesto que la luz del mismo no estaba prendida.
Agachó la vista al sentirse ligero, sonriendo al darse cuenta que lo había cambiado de ropa al llegar... y nada mejor que llevar puesta una camiseta del mayor encima -con su característico olor impregnado en ella- junto a unos boxers negros, esta vez propios.
Se levantó rápidamente de la cama, temblando un poco cuando sus pies sintieron el cambio de temperatura al notar lo frío que se encontraba el suelo....
Rascó un poco su cabello y aprovechó para arreglarlo también; llevando la mano vacía hacia arriba para taparse la boca cuando un bostezo se hizo presente.
Se dirigió -un poco adormitado- hacia la oficina de su enamorado cuando hubo salido del cuarto que comparte con el mismo; sabiendo que por mucho que había buscado con anterioridad ahí dentro... era seguro que se encontrara trabajando en las cuatro paredes próximas.
No tocó ni avisó que iba a entrar antes de separar las dos puertas de madera corrediza hacia los lados; haciendo que el castaño girara la cabeza donde se encontraba para prestarle toda su atención a él.
Jeongguk formó un puchero con sus labios aún hallándose debajo del umbral, esperando a que el castaño dijera algo, siquiera un regaño por no esperarlo en la cama acostado.
—¿Conejito... Qué estás haciendo despierto? —Pudo notar el tono preocupado con el que se dirigió hacia él, agachando la cabeza comenzó a encaminarse hasta el mayor... sintiendo lo suave del tapizado que Taehyung colocó de alfombra para su lugar de trabajo, en el momento que arrastraba sus pies.
—Yo... desperté en el dormitorio y, pues... no te encontré. —Alzó la cabeza rápido para encontrar la mirada del contrario y asegurarse de que esta siguiera siendo la misma de hace un instante...
Se equivocó al pensar que fuese así, ya que ahora el de piel acanelada parecía estar comiéndoselo con los ojos... importándole poco que él se diera cuenta de aquello.
—Te dormiste en el carro cuando llegamos del restaurante, Jeonggukie. —respondió calmado, haciendo que su aura inicial regresara como si nada... regresó su vista hacia el ordenador portátil que mantenía al frente suyo, tipeando información que el azabache distaba de conocer o entender.
—No quise levantarte, así que te cargué hacia nuestro cuarto... también cambié la ropa que llevabas puesta por una más cómoda. —Se estiró un poco para alcanzar unas hojas que necesitaba con datos necesarios en ellas; leyendo detenidamente para verificar que su trabajo ingresado fuera el correcto.
—Si, y luego me dejaste solo... sabes que no me gusta dormir sin ti, Tae. —El pelinegro jugaba con sus manos mientras veía al contrario seguir escribiendo en su laptop, esperando de nuevo unos segundos para que se dignara a responderle.
—Tu... me gusta que hayas puesto una de tus poleras encima. —Sonrió inconscientemente al imaginarlo vistiéndolo con ella.
—Sabes que me gusta tu aroma... pero, no es lo mismo. —Tae agarró el vaso con café que se encontraba a su derecha para ayudarlo a no dormir... bebiendo un sorbo antes de tirarse con todo y silla, así pudiendo ver bien a su pareja de frente.
Ahí se preguntó como es que Jeongguk podía verse tan sexy con tan solo unos boxers y su camiseta que le quedaba ligeramente grande, haciendo que resalten sus clavículas por arriba... y cubriendo más debajo de la ropa interior, dando la ilusión de que parecía llevar solo una prenda para cubrirse de la desnudez.
Se pasó la mano izquierda por todo el rostro antes de responderle... sabiendo que el azabache no se iría si no es con él cargando su cuerpo para ir a dormir los dos juntos.
—¿Recuerdas lo de mañana conejito? Te prometí que pasaría el día contigo sin interrupciones... no tengo más tiempo para terminar el balance de la empresa. Si no lo hago ahora de noche y madrugada, no podré darte toda mi atención mañana domingo.— dejó de hablar un momento para golpear levemente sus muslos casi desnudos; ya que él solo vestía ropa interior, y que el pelinegro terminara de acabar con
la distancia que los separaba.
—Prometo apurarme para acabar con esto rápido e ir lo más pronto posible contigo a la cama, si? —Inhaló con detenimiento el olor que desprendía el cuerpo de Jeongguk, más específicamente el de su hombro y cuello en el momento que lo tuvo a horcajadas encima de él.
El menor se dejó hacer de las caricias que el contrario le brindaba, aunque se encontraba aún reacio a la idea de irse para estar nuevamente solo en el dormitorio... era imposible para él no reaccionar de una buena manera ante los mismos de su novio.
Y es que conoce a la perfección todo su cuerpo, ya resultándole algo demasiado común el que sepa como hacerlo dormir más rápido con unos simples masajes.
Guk se mantenía encima del castaño, con las rodillas sosteniendo una parte de su peso encima de la acolchonada silla... ayudándose también de los muslos contrarios, colocando ahí sus glúteos.
Ocultando el rostro entre el cuello y hombro del mayor... mismos donde descansaban sus dos manos aferrandose con muy poca fuerza, no una como para dejar marcas.
Taehyung tocaba reiteradamente con la yema de sus dedos la cintura del azabache, en combinación con los castos picos que dejaba en la desnuda piel que su propia camiseta le permitía divisar...
—¿Quieres dormir encima mío conejito? —habló el castaño luego de varios minutos estando en silencio... sintiendo como el menor dejaba de posar la cabeza en la extensión de su cuello para mirarlo cara a cara.
—Me refiero a que... mientras termino lo que falta de mi trabajo, tu duermes encima mío, más acurrucado que ahora para darme mejir movilidad... y cuando acabe, te cargo aún dormido hacia la habitación ¿te parece? —Jeongguk no respondió, y es que el mayor tampoco esperaba una respuesta ya que sabía de antemano lo que el contrario diría... o más bien haría.
El de negras hebras se aferró al torso de su amado como si de un Koala se tratase, haciéndolo sonreír por el afán que le había puesto a la acción.
De algo que ninguno de los dos estaba seguro, así como tampoco lo pudieron prevenir... fue el comportamiento de sus cuerpos estando realmente juntos, ni la reacción que el mayor tendría al sentir como su lindo y pequeño enamorado se restregaba con insistencia alrededor de su pelvis.
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