Liberarse no es tan sencillo,
como apagar un cigarrillo,
como besar a una mujer
o embelesarse con su brillo.
Tampoco entendí si la lucha era mía,
si al fin había encontrado la vía,
si de mi cuerpo a cuestas el mal salía,
o si quien me comía,
era una simple ave de mal agüero.
Si embusteros efectos escupían
o si las peripecias,
raudas, filosas y dormidas,
pertenecía a otro guerrero.
Pero, así como las pastillas se lo llevaban todo,
así a mi cordura entre dolor vi la entrada,
así como las mariposas volaban en lodo,
así encontré mi salvación,
así encontré mi perdición,
en su impasible semblante,
en su cerúlea mirada.
10122020 | Love, Sam.
Gracias por leer!