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Alejandro Moreno


Erick lleva 2 años enamorado de Sonia, pese a que le gusta desde hace tanto nunca tuvo el valor de declararse, ahora que están en segundo de Bachillerato se ha propuesto que al fin lo hará, pero a medida que lo intenta se le van presentado problemas que hacen que se le complique


Romance Todo público.

#258 #drama
Cuento corto
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Un amor verdadero

Yo Erick soy un chico de pelo y ojos morenos. Hoy, pese a ser mi primer día de segundo de bachillerato, no estoy emocionado por ello, hay algo que me ha estado rondando la cabeza… Llevo enamorado de una chica 2 años, pero, a pesar de que es mi compañera de clase, apenas he hablado con ella puesto a que soy algo tímido, pero la hora de cambiar ha llegado, solo tengo un año más para estar a su lado, debido a que cada uno se irá a universidades distintas.

Una sorpresa enormemente agradable tuvo lugar al abrir la puerta de clase, hay estaba ella, Sonia de nuevo iba a estar en mi clase. Según la vi, fui corriendo a hablar con ella, pero como era de esperar todas sus amigas estaban a su alrededor impidiéndome relacionarme, así que decidí que aún no era el momento adecuado y me propuse a realizar la segunda tarea más importante del primer día de clase, elegir un asiento, sin darle muchas vueltas me senté en uno de los asientos más pegados a la ventana en el fondo y esperé a que diese comienzo la clase.

Pasadas unas horas llegó el recreo, con razón dicen que bachillerato es uno de los cursos más complicados, con tan solo unas clases te cansas…

Mientras pensaba en esas trivialidades, un chico rubio con una deslumbrante sonrisa en la cara se me acercó, me pregunto qué si yo era Erick, al afirmarle se presentó, me comentó que él era Alex, un chico nuevo en el instituto y que al entrar a clase vio que todo el mundo estaba en grupos y le dio algo de vergüenza hablar, pero que al verme solo se me acercó. Le propuse que se sentará a comer conmigo mientras nos conocíamos. Nos dedicamos a hablar de cosas típicas como cuál y como era su anterior instituto, que cuáles eran sus hobbies, que si le gustaba alguien… Él ante esta última pregunta me respondió que no, pero interesado por el tema, me lanzó la pregunta de vuelta, lo que quedaba de tiempo, le conté todo lo sucedido con Sonia y al terminar me dijo a pleno pulmón que era un gran tipo, que no muchos chicos esperarían tanto por una chica. Antes de que nos diésemos cuenta ya terminó la hora y tuvimos que regresar a clases.

Ya pasaron varios días desde que el curso dio comienzo, pero pese a eso no he tenido apenas oportunidad de hablar con ella. La hora del recreo llegó un día más y como costumbre me senté junto a Alex. Este, al verme ansioso por no poder acercarme a ella, se situó en frente de mí y mientras me miraba a los ojos me dijo que si seguía así jamás iba a poder declararme, que lo importante no era encontrar el momento adecuado si no crearlo uno mismo. Sus palabras me llenaron de orgullo y finalmente me decidí. Me presenté ante ella y le pedí que me acompañase, cuando por fin estábamos a solas, le dije con el corazón bombeando más que nunca, que la quería, que me gustaba desde hace 2 años y confesé todo lo que guardaba. Ella anonadada me rechazó y me dijo que ella ya le gustaba alguien. Estas palabras se me quedaron grabadas a fuego dentro de mí, el impacto fue mucho más grande que cualquier otro golpe, jamás tuve lugar a su lado.

Antes de que se retirase le pregunté qué si podía saber el nombre del afortunado, ella con la voz clara dijo, Carlos.

Después de pasar las 3 últimas horas de clase derrumbado, Alex y yo nos fuimos caminando juntos a casa, él al verme cabizbajo me propuso quedarme a dormir en su casa, ya que sus padres estaban en un viaje de negocios y su hermana iba a dormir en la casa de unas amigas. Pese a que en su momento no me apetecía, acepte por alguna razón.

Una vez llegué a su casa con la mochila preparada, toqué la puerta y de fondo se escuchó a alguien correr, era Alex. Cuando me abrió le dije que tuviese cuidado de correr por casa, que se podía caer, él entre risas me dijo que sí.

Estuvimos cenando y viendo algunas películas, pese a que cualquier otro día me lo hubiera pasado de maravilla, justo ese día todo me parecía una carga, nada me hacía olvidar lo sucedido, al menos hasta que llegó la hora de irse a dormir. Alex me empezó a hablar en medio de la oscuridad del salón, me preguntó que como salió lo del recreo, yo con un nudo en la garganta le dije palabra por palabra, al terminar me dijo que no era propio de mí, que pese a que me conocía desde hace poco sabía con certeza que después de aguantar 2 años no me iba a rendir por tan poca cosa, que como era fin de semana que al día siguiente íbamos a ir a los recreativos y después a comer a un restaurante buenísimo que él conocía, que así me animaría. Le di las gracias por todo y poco a poco me fui quedando dormido.

Me desperté ya que los rayos del sol estaban rozando mi mejilla, al levantarme a por el móvil sin querer hice ruido y desperté a Alex, él me dio los buenos días soñoliento y nos fuimos a desayunar juntos. Tras terminar me arreglé y recogí las cosas, porque tenía que volver a casa, antes de irme, Alex me recordó que en unas horas habíamos quedado. A medida que cerraba la puerta de su casa no paraba de pensar lo buen amigo que es.

La hora de la quedada llegó, me encontré una vez más con Alex en el centro, él me dijo que llegaba tarde, yo con una sonrisa en la cara le respondí que me había equivocado de salida del metro, entre risas Alex me dijo que por fin volvía a ser yo mismo. Nos dirigimos directamente a los recreativos de una gran tienda del centro, la primera vez que la ves te asombra muchísimo, ya que hay de todo, fuimos de una máquina a otra, incluso dentro de los recreativos había una bolera y jugamos una partida. Después de jugar decenas de partidas nos fijamos en la hora, porque a Alex no le paraban de gruñir las tripas. Cruzamos toda la vía central hasta toparnos con un gran restaurante, al pasar realmente me entró hambre, todo lo que se veía tenía superbuena pinta, al sentarnos en una mesa un chico vino a servirnos, mientras esperábamos a que llegase la comida estábamos hablando con los refrescos en la mano, como Alex parecía evitar el tema de Sonia lo saqué yo, le conté que no hacía falta que se preocupase, que estaba bien, ciertamente si Sonia está enamorada de otro chico no se puede hacer nada, pero no por ello dejaré de quererla. Entre tantas llegó la comida, Alex, que era un bruto, empezó a comer de golpe sin siquiera catarla antes, pero para no arruinar el momento le seguí. Mientras conversábamos de lo deliciosa que estaba la comida. Un grupo de chicos con el uniforme de nuestro instituto apareció en el restaurante y se sentaron en la mesa de al lado. Pese a que no le di importancia y seguí comiendo con Alex, escuché algo que me llamó la atención, uno de los chicos del grupo se refirió a otro como “Carlos”. Aunque eran del mismo instituto y tenía el mismo nombre, no tenía por qué ser él. Seguí pensando en eso hasta que me fijé en su conversación, uno de los chicos le preguntó a “Carlos” sobre cómo iba con la chica esa, este le respondió qué si se refería a Sonia qué perfecto, que era una gran estúpida, hacía todo lo que él quería, le daba dinero, acataba órdenes… Todos se empezaron a reír y la gota que colmó el vaso fue cuando este dijo que a ese paso podría hacerlo con ella cuando quisiese porque era una chica muy fácil. Al escuchar esto me levanté y me puse delante de su mesa, en voz baja le dije que retirase lo que había dicho, cuando se giró para decirme que qué me pasa mientras se reía, le grité que retirase lo dicho, que ella no era una chica fácil. Cabreados, el grupo de chicos me sacaron del restaurante y me empezaron a pegar en grupo, cuando Alex salió a ayudarme, le agarraron entre varios para que no se metiese. Carlos mientras tanto me desafió a que lo repitiese, y eso hice, le llamé cobarde y le dije que alguien como él no entendería a Sonia.

El lunes llegó y al abrir la puerta de clase, todos me empezaron a preguntar que qué me había sucedido, les dije que no pasaba nada y les pedí que me dejasen solo. En cuanto pude hablé con Sonia, le conté que Carlos era un mal chico y que se olvidase de él, que solo la traería cosas malas, pero ella, pese a la advertencia se negó, creía fielmente en Carlos…

Aunque no conseguí lograr que Sonia dejase de lado a Carlos, poco a poco empecé a hablar con ella, pese a que a veces se tornaba incómodo, Sonia se me abrió. Es una chica muy amable y gentil, siempre tiene una sonrisa en la cara, aunque se encuentre mal, me contó que en su casa tenían problemas con su padre y muchas más cosas de ella, así como le conté sobre mí.

Un día después de clases me disculpé con Alex, ya que no le podía acompañar a casa, este sin inconveniente alguno se fue y le propuse a Sonia de ir a tomar algo, está por raro que pareciese aceptó. Nos dirigimos a una cafetería no muy alejada del instituto. Al sentarnos y pedir algo me preguntó que de qué quería hablar, porque si no, no le habría propuesto de quedar. Tragué saliva y le pregunté sobre Carlos, qué por qué le gustaba. Esta me respondió que se conocían desde hace tiempo y pese a que ha cambiado sigue siendo amable con ella. Este comentario me entristeció y enfureció en la misma medida. Él no es amable, tan solo se aprovecha de ella y por el simple hecho de que se conociesen desde hace tiempo y aun así haga eso, es imperdonable.

Pese a que las veces anteriores me lo reservé, esta vez no lo hice, era el momento adecuado para decírselo… Le conté lo que dijo Carlos aquel día, que solo la usaba para sacarle dinero y aprovecharse de su cuerpo, entre otras cosas. Ella decaída me preguntó qée si se creía que no lo sabía, que era la que más consciencia tenía de ello, entonces le pregunté que por qué se forzaba a estar a su lado, entonces me contestó que en el pasado él es el único que estuvo junto a ella cuando tuvo problemas con su padre y aunque Carlos se hubiese vuelto así no le parecía bien dejarle tan solo por eso, a lo que le dije que si le parecía bien estar junto a alguien así, que solo se aprovecha de ella. Sonia, después de dudar mucho, decidió ir a decírselo a Carlos a la cara, que le iba a dejar, que no quería más estar con su actual persona…

Después de reunirse con Carlos y dejarle las cosas claras, solo consiguió que este se enfadase aún más conmigo y por culpa de esto empezó a tratar aún peor a Sonia, está al ver lo que había logrado por hacerme caso, también comenzó a despreciarme, así pensando que era mucho mejor no involucrarse con más gente.

Días pasaron desde lo sucedido y todavía Sonia no me hablaba. Múltiples veces hablé con Alex a ver si llegábamos a alguna solución, pero sin resultado alguno, no había nada que pudiese hacer por ella, si se lo contaba a algún adulto el maltrato solo empeoraría.

En una de las ocasiones en las que Alex y yo hablábamos del tema en pleno recreo, una profesora escuchó la conversación y se lo dijo al director, este haciéndole llegar la noticia a la madre de Sonia, está al enterarse se quedó absorta. Cuando esta llegó a su casa su madre junto a la profesora y a mí la recibimos y le comentamos el tema sin rodeos, como acto seguido Sonia rompió a llorar admitiendo que era cierto.

Tras ser expulsado, Sonia no volvió a ver a Carlos, estaba infinitamente más feliz que antes, pese a que a veces dudaba si era lo correcto, yo la apoyaba, siempre me tenía ahí para cuando ella me necesitase…

El tiempo pasó volando y casi una semana transcurrió desde entonces, Sonia y yo salimos a tomar algo juntos después de bastante tiempo. Una vez salíamos del restaurante al que fuimos, la última vez nos encontramos con Carlos por la calle, él iba vestido con una capucha que se le hacía difícil de reconocer, pero por alguna razón le reconocí al instante, se acercó a nosotros corriendo y me metió un puñetazo en la cara que me hizo volcarme hacia atrás y tropezarme con el bordillo del suelo, lo que llevó a que me cayese en plena carretera, cuando me fui a levantar vi dos luces acercándose a mí fugazmente, Carlos al ver lo que hizo se fue corriendo. De repente todo se tornó negro, pero incluso dentro de esa oscuridad escuchaba levemente a Sonia decirme que no pasaba nada, que saldría de esta. No sentía nada, ni las piernas, ni los brazos. Pero al oírla sentí un calor como ningún otro. Ella me cogió de la mano mientras lloraba, la dije que no volviese a llorar, que era mucho más linda con su sonrisa de siempre… Sonia entre sollozos estaba profundamente arrepentida de haber ignorado a la persona que realmente la amaba y por no poder haberse confesado… Ahí fue cuando mi mano se separó de la suya y la oscuridad me tragó por completo.

9 de Diciembre de 2020 a las 15:58 1 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

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AM Alejandro Moreno
Es un romance bastante corto, quien lea esto y quiera más romances que solo lo ponga
December 09, 2020, 16:06
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