Soneto a mi enemigo
Bailarín en fuego emerge discreto,
corona de vela, amarga desnuda
recuerdo antaño, que late sin duda,
tajo duro, viejo, no duerme quieto.
Odio nuestro, la flor en el concreto,
sin afrenta, el rencor se desanuda
y la gloria estridente se hace muda,
fantasma o sombra, es igual sin respeto.
Pues no hay una digna victoria hoy conmigo,
la batalla es crisol del gran guerrero.
En mis cortes secos tu rostro acuno,
¿sabe alguien del amor a un enemigo?
Tu ausencia, ahora, el dardo más certero,
fuimos todo, en la lucha, fuimos uno.
Gracias por leer!