Rojo.
El color rojo solía nublar mis pensamientos. Sangre, pecado, lujuria, ira.
Una parte de mí lo apartaba porque era demasiado fuerte, demasiado poderoso, cruel. Sin embargo, la otra parte parecía atraída hacia ese color como la polilla a la luz.
Hubiese deseado que esa dualidad se diera solo en cuanto a esa clase de preferencias. Pero no era así. Iba mucho más allá de los colores, mucho más allá de lo que a veces podía soportar.
Luego, para agregar más confusiones, lo conocí a él.
Negro.
Negro en sus ropas, negro en sus ojos. Misterio, rebeldía, poder.
Seguridad al caminar, superioridad en la mirada. Rostro angelical, propósitos siniestros.
Lo perdió todo, pero estaba dispuesto a recuperarlo…a cualquier costo.
¿Ardería él en mi infierno o me perdería yo en sus tinieblas?
***
Creo necesario aclarar que con esta historia no pretendo ofender ni faltar el respeto a ninguna religión. Lo escrito aquí es mera ficción, entretenimiento, así que si eres proclive a ofenderte respecto a este tema, te recomiendo que dejes de leer.
Sin nada más que aclarar, espero que disfruten la lectura :)
Gracias por leer!