¿Qué los árboles se tiñen de tonos ocre y naranja?
¿Qué las hojas caen y forman montículo donde los niños juegan y saltan?
O quizás pueda expresar como los vientos fuertes, soplan y acaban haciendo un reguero con el follaje; la verdad desde que me ha tocado vivirlo, sólo puedo pensar, en una palabra: Estafa.
Sí, así tal cual. Mi experiencia con el otoño, es una gran estafa, seguro se preguntarán ¿Por qué? O dirán algo como: “esta mujer debe estar loca”, ¿Quién asocia una estación climática con una estafa? Pues simple: Yo
Debo comenzar por hacer memoria, nací y crecí en un país tropical donde solíamos tener únicamente dos estaciones: sol solecito caliéntame un poquito «ah no, así no era» o también llamada "la quinta paila del infierno". La otra estación, es cuando se oculta el sol y se hace de noche; así que pasábamos doce meses del año en ese ciclo diario, mientras soñaba con ver aquellas primavera, otoño e invierno que me mostraban las películas.
Hace dos años vivo en Perú, llegué a Lima durante la primavera de 2018, para ser exacta el 22 de diciembre, recuerdo haber pensado «coño, pero qué clima más agradable», es que claro cuando sales de un lugar donde puedes, literalmente cocinar en el techo de un auto, usando sólo el calor del sol y vas a otro donde puedes estar disfrutando de un parque a medio día, sin quemarte el culo al sentarte en una banca, es un plus impresionante.
Sin embargo, aunque el clima pintaba bien, no era la primavera que yo esperaba, esa que me vendió Hollywood, con su romance en el aire, sus campos de flores y el polen en el ambiente.
El verano, si resultó tal cual me lo plantearon: los días más largos, las noches cortas, el sol brillando y más calor se nota «así como la canción de Phineas & Ferb» de hecho, el verano me hizo sentir en casa.
Entonces en las noticias comenzaron a anunciar que, el día 23 de marzo daría inicio del otoño. Deseaba con ansias ver cómo sería el ambiente, cambiando de color poco a poco mientras las melenas de los árboles iban quedando vacías.
¡Qué gran mierda! ¡La traición! ¡Me han jodido!
El otoño aquí resultó ser una extensión del verano, nada de árboles naranja, ni hojas que caen y menos niños disfrutando en las camas de follaje formadas en el suelo; sólo hay un sol bien, pero bien cañón —quema como el diablo—, pero a diferencia del verano, sopla una brisa fría —cosa bien loca—, así que cuando sales a la calle, te vas incendiando, pero siempre fresca —suena a comercial de toallas femeninas—; vale la pena rescatar el frío nocturno, ese viento gélido que entra por la ventana y con suma suavidad, te va llevando a los brazos de Morfeo.
Aunque Hollywood me haya engañado, vivir la experiencia de las 4 estaciones es formidable, mi favorita sin duda es el invierno «lo sé, lo sé soy de tierra tropical, pero odio el calor» así que otoño estafador, apresúrate en pasar, anhelo y mucho la llegada de mi temporada helada.
Gracias por leer!
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