dokeshitheknight The Pale

Simbolos sagrados. Radiactividad. Asesinos seriales. Y una rivalidad volatil. Cuando Johnny entra y seres del pasado de Zim bajan a la tierra, un mundo de locura se abre ante unos adolescentes confundidos y perdidos, y un alienigena milenario empieza su carrera para conquistar el planeta entero. ¿Quién nos ayudará aparte de ellos?


Fanfiction Caricaturas Sólo para mayores de 18.

#Invader-Zim #Invasor-Zim
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In The Flesh?

Fue Justo Antes Del Amanecer, Una Miserable Mañana Del Negro 44...

¡Traigo un mensaje de vuestro Vencedor y dueño! ¡Marco Licinio Craso, lider del ejército de toda Italia!

¡Dando muestra de su generosidad y clemencia, ordena qué les sea perdonada la vida!

¡Esclavos erais, y esclavos volvereis a ser! Pero sólo os librareis del terrible castigo de la crucifixión, con una condición indispensable, qué identifiques el cadaver o la persona todavia viva, del esclavo llamado Espartaco.

¡Yo soy espartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartacoyosoyespartaco-

Año 2012.
Skool Medium.

La imagen de la película Espartaco se reproduce en la televisión de la sala de maestros.

Afuera en el patio, tres figuras se mantiene inertes y con la cabeza agachada ante un pequeño monumento creado por los directivos de la escuela. 10 muertos, aproximadamente. Aquí, ocurrió un tiroteo.

Las tres figuras son Zim. Tiene una antena cortada y la cabeza cuenta con diversas cortadas. En el otro extremo, esta Gaz, ya más grande, y con lentes de corazón sirviendo de una especie de lentes de sol.
Y en el medio, el qué cometio ls masacre. Dib. Con una mirada de extrema culpa. Con ojos completamente blancos, piel verde y partes de su piel caida.
Dib mira a los dos con tristeza y saca una trompeta. Esta listo.

Dib comienza a tocar una tonada fúnebre, y triste. El frio golpea en su rostro destruido, y hace qué sus heridas duelan cómo el infierno. Pero no le importa. Ese frio, trae recuerdos. Recuerdos funestos.

Recuerdos de todo lo que hicieron mal.

Año desconocido.
En un lugar desconocido.
En una mente desconocida
.

Un pequeño Zim descalzo camina sobre un incómodo camino. Lleno de vidrios rotos, y sueños no cumplidos. Le duelen aquellas botellas sin dueño, destruidas, pisarlas duele mucho.
Puede ver balas en el suelo, y incluso se le incrustan ligeramente un par de ellas. Martillos enormes (De color rojo y negro) adornan el largo y molesto pasillo. Y todo ese largo pasillo...directo a lo qué parece un psiquiátrico.

El pequeño Zim abre lentamente la puerta. Dib esta ahí, un pequeño qué lo vio irse transformando de a poco. Suelta espuma por la boca, sujeto por una camisa de fuerza. En otra esquina, esta Gaz. Esta arrinconada, asustada, llorando ante la presencia del pequeño alienigena.

Y delante de el, ve una enorme puerta, la cual, abre lentamente, con miedo. Ve una pequeña figura, igualmente agarrada con una camisa de fuerza. El pequeño Zim, toma a esta figura, y trata de moverla para verla bien, y lo único qué se encuentra, es el mismo. Pero adulto, y riendose incontrolablemente. Eventualmente, cómo si fuera un gran elefante, tratando de cazar una pequeña oruga del suelo, lo traga, y lo empieza a romper dentro de si, destruyendo casa pedazo de su cuerpo, y el Zim pequeño grita.

Grita.
Grita.
Y Grita.
Y Sigue Gritando.
Y GRITA
.

Y deja de gritar cuando el dolor se detiene. Esta en un lugar oscuro y humedo, qué gotea sangre y se siente pegajoso. El pequeño Zim ve a la distancia una puerta cerrada con candado. Se oyen personas detrás de aquella puerta. Agitadas, ansiosas, tratando de derribar esa puerta. Observa de manera asustada entonces, cómo la cerradura cae.

Canción: In The Flesh? De The Wall.

Entonces, las cadenas tratan inútilmente de resistir la puerta, cómo un vejestorio tratando de cargar un refrigerador. Hasta qué la puerta cae, y una turba se dirige hacia el auditorio. Esa turba parece estar en medio de la guerra, desatada, enloquecida. Hay aliens ahi, gente famosa, de todos, y todos gritan de manera enloquecida y rabiosa, sacando enormes lenguas qué llegan hasta el piso.

Zim sigue con cautela y cuidado, y sobretodo, mucho miedo, aquel gentío de gente, y ve cómo algunos yacen muertos en el suelo, aplastados, con dientes fuera, y trás caminar un buen rato, se encuentra con un enorme auditorio. El icono de los martillos esta pegado en cárteles por todos lados, y de un enorme escenario, sale el, su yo adulto, quién, con una sonrisa malvada y sacando su enorme lengua para llevar a sus subordinados cómo si fueran mascotas, empieza a hablar.

–Asi qué, pensaron qué, les gustaria, venir al show.

La multitud esta quieta.

–Para sentir, la tibia emoción de la confusión. Ese resplandor de cadete espacial.

La multitud mira inmóvil. Con admiración.

–¿Acaso es algo eludiendote, cariño? ¿No es esto lo qué esperabas ver? Si acaso quieres averiguar qué hay detrás de estos ojos muertos, ¡Sólo tendras qué hacerte camino a través de esta barrera!

La multitud explota, todos los pedazos de mierda inútil empiezan a celebrar aquellas palabras, completamente enloquecida.

–¡LUCES!

Zim grita con todas sus fuerzas. Y a su paso, luces empiezan a parpadear y a verse por absolutamente todos lados.

–¡ENCIENDAN LOS EFECTOS DE SONIDO!
¡ACCIÓN!
Sonidos de guerra y de aviones cayendo se escuchan a lo lejos.

–¡ILUMINENLOS! ¡ILUMINEEEEEENLOOOOOOOOS!

El escenario cae a su alrededor, y a lo lejos, se ve a su madre adoptiva, peleando, con fiereza, mientras Vortianos la rodean y la sujetan, arañandola y violentandola. Su madre trata de hacer todo lo posible y empieza a morder, y golpear a cada persona, morderlos, y despedazarlos.

Y de repente, un sonido de un avión de guerra interrumpe el ambiente. Todos miran aterrorizados.

2005.
Brooklyn, Nueva York.
3:33 pm.


No es un sonido de la mente de Zim. No lo es en absoluto. Un avión de guerra se dirige hacia aca, mientras una isla flotante parece caer del cielo, directo hacia Harlem, otro barrio.

Zim, distraido, es sacado de su trance cuando una chica de unos 15 años cae directo a su piscina. Ensangrentada, y de ojos verdes. Cuenta con una playera monocromática con rayado. Esta completamente inconsciente y probablemente se haya roto prácticamente todos los huesos de su cuerpo.

Zim, aunque lo duda por un segundo, sumerge sus brazos estirables hacia la chica, para enroscarla y sacarla del lugar.

–¿¡Qué paso amo?!– Sklech pregunta rápidamente.
–No lo sé, Sklech, sólo quiero qué le hagas ejercicios para quitarle el agua.

Sklech obedece al pie de la letra aquella orden, mientras Zim dislumbra al avión, el cual esta parado sobre aquella isla. Y entonces, rápidamente, suelta lo qué Zim ve qué es una Bomba atómica.

–¡¡AL SUELO!! –En un acto reflejo, Zim activa el campo de energia para defender su hogar, pero sabe qué existe el riesgo de qué el radio de la bomba termine traspasando el campo de energia. Lo sabe, y abraza a Sklech, igual que G.I.R. y S.I.R. Y a la chica qué acaba de conocer.

–Cierren los ojos. Sólo cierrenlos.
Sus tres pequeños amigos obedecen la orden, mientras ve cómo la explosión se acerca peligrosamente hacia ellos. Ante esto, Zim sólo cierra los ojos. Y espera, qué con un milagro, sus amigos y la casa logren sobrevivir.

•Construyendo el Apocalipsis•

4 horas después.

Zim sale con los pequeños y la chica de la pequeña parte qué se destruyo de su casa, coincidentemente la parte donde el estaba.
Zim mira a Sklech, quién ciertamente esta fuertemente inconsciente. Debido a esto, deja a la chica junto a el

G.I.R., asustado, pregunta inocentemente.
–¿Qué ocurrió amo?

Zim, sintiendo el miedo del pequeño, hace un pequeño chiste para aligerar al ambiente.

–Nos “Nuquearon”, G.I.R.

G.I.R. rie vivamente ante este chiste. Zim deja a la chica en el suelo, al igual qué a Sklech, para acto seguido convertir una parte de su brazo en una mascarilla de gas, y con dolor, arrancarse esa parte y ponérsela a los dos en la boca. El alienigena no tiene ni idea de porqué decidio salvar a la chica, pero viendo cómo están las cosas, no parece quedar de otra.

–S.I.R., necesito qué prendas las luces de tu cabeza. Necesitamos hacernos paso sobre este humo.

La última vez qué Zim vio todo el escombro y humo de esta vez fue en el 9/11.

S.I.R. obedece calladamente aquella orden, y comienza a alumbrar el ambiente, mientras Zim y G.I.R. van cuidadosamente por sobre los escombros. El alien, accidentalmente, pisa una persona. Un cadáver de una mujer. Zim sólo hace una mirada de asco y continua caminando.

–¡Caliente, hace calor, calorrrrr! –Zim escucha alguien balbucear eso a la distancia. Zim se rasca la cabeza, confundido, hasta qué ve lo qué es. Una persona con casi toda la piel despellejada, casi al rojo vivo, tratando de correr directo al agua de la playa, seguido de una familia entera en condiciones similar. Zim en ningún momento se detiene a ayudarles, ni siquiera parece importarle la condición de esa gente. Pero de todos modos, hace la cabeza en sentimiento de rechazo y pena. Más qué nada porqué logro ver qué habia una niña siguiendoles.

–Señor, ¿Porqué no salvo a la niña de ahi? –Pregunta G.I.R. con curiosidad.
–Necesitamos seguir caminando G.I.R., es todo. Necesito saber qué Gaz este bien –Menciona el alienigena.

Zim respira radiación. El sentimiento le perturba, pero aparte de un poco de incomodidad, no huele ni siente aquellos atomos rotos pasar por sus poros y huesos. Pero, eso no es lo importante. ¿Quién en su sano juicio, en plena Guerra de Irak, decide atacar, otra vez, a Nueva York? Aunque por otro lado, poco sorprendia ya. El apoyo de la Gran Europa a esa guerra, la muerte de miles de soldados, los ataques terroristas. Realmente ya no habia orden en el mundo, y se sentia...se sentía cómo si fuera el fin del mundo. Qué más daba de todas formas. Zim iria a buscar otro planeta menos conflictivo a dominar. Sin embargo...Gaz. No, Gaz es todo lo qué importa.

Zim mira a su alrededor. Hace unos momentos, habia pajarillos cantando y niños jugando. Ahora observa helicópteros observando la zona, mientras unos jets van en la dirección de aquel avión. Ya no habia cielo azul, es gris enteramente.

Se fue el cielo azul.

Aún asi, ya no quedaba más. Zim sabia qué cerca de ahi, estaba la casa de Gaz, así que de su bolsillo, rebuscando durante unos minutos, encuentra un pequeño control y lo presiona, volviendo a sus pequeños compañeros en compactos y lindos cubitos que cabian en su bolsillo.

Zim divisa la gran casa de los Membrana, completamente intacta, gracias a todo lo qué el profesor Membrana instalo, cómo escudos. Con cierto grado de pavor, toca el timbre, esperando qué Gaz estuviera ahi. Para su tranquilidad, ella estaba ahi, abriendo la puerta.

–¡Zim! ¡Entra, maldición! ¿¡Qué demonios hace ahi fuera?! –Gaz jala con su fuerza adolescente a Zim dentro de la casa, cerrando rápidamente la puerta.

–¡Dib! ¡Es Zim! ¡Tenemos invitados!
Dib no responde al avisó de Gaz.

–Ay no...otra vez. Y esta vez creo qué estará un buen rato asi.

Zim confundido, pregunta.
–Disculpa Gaz, ¿A qué te refieres? –Su tono de voz es de extrema curiosidad.

–Es la Esquizo, Zim. Cómo sabrás, yo soy una ciudadana responsable y me tomo mis pastillas. Dib...no. Sólo podemos hacer qué se las tome obligándolo. Dice qué lo alentan. Y muchas veces...hace eso. Quedarse viendo a la ventana, a la tele... simplemente...ahi. Viendo al vacío. Y con el shock de la explosión...bueno, no se movera.

–Tu no pareces en Shock, Gaz. –Responde Zim, atento a la adolescente y cómo no parece estar aterrada.

–Uno hace lo mejor para pretender Zim, es un mundo de máscaras. Tú lo sabes mejor qué nadie.

Zim se queda reflexivo ante esta frase. Sigue observando los movimientos de la adolescente, pensando un poco.
Dib es un niño, se dice para si mismo. Tiene sólo 17 años. Para ti es un niño.
Dib quiere arruinar tus planes, tonto del culo. No te dejes hacerte tonto.
Ambos lados le hablan cómo si ambos tuvieran la razón. Es cierto, Dib y el se odian, pero al menos Zim respeta a Dib. Lo mínimo que puede hacer es verlo y tratar de qué se tome esas pastillas y asi poder seguir con su extraña rivalidad. Mientras tanto, observa a Gaz de una manera rápida, viendo como se lleva una mano a la cara. Puede ver una pequeña gota de sudor caer por su cara. Si trata de simular qué no esta asustada y estresada a la vez, su máscara acaba de caer. No es tan buena para los bailes de las máscaras.

Echandole un último vistazo a Gaz, Zim empieza a subir las escaleras, lentamente, causando un pequeño rechinido qué sólo los oidos de Zim podrían detectar.

Y ahi estaba. Digo, ¿Sabés algo? ¿Has visto a estos “gatos”? Ya sabes, esos pardillos se le quedan viendo al escenario completo. Bueno, asi estaba Dib. Viendo con unos ojos muertos y frios el humo qué chocaba contra su ventana. Casi embobado, absorbido por el escenario. Así que simplemente, para no alarmarlo, decidi tomar su pastillero, y acercarme lo más sigilosamente posible.

Zim va rápidamente hacia Dib, causando qué su forma de llegar fuera lo suficientemente intimidante para llamar su atención. Con Dib atento, Zim le abre la boca de entero y mete, y una, y dos pastillas de su medicamento, obligándolo a tragarla.

¿Acaso tengo algo en la cara? ¿Porqué me miran asi?

Zim mantiene la cabeza de Dib en vista hacia el techo para qué el medicamento fluya por su garganta. Asegurándose de que las dos pastillas cayeran y finalmente, lo hacen. Esperando un par de minutos con su mano sosteniendo su barbilla, asegurándose de qué el medicamento surta efecto. Finalmente, cuando oye un gruñido de Dib, lo suelta. Dib, soltado, al ver a Zim, la siguiente acción qué hace es darle una fuerte bofetada y tratar de hacerle daño. A lo qué Zim simplemente reacciona poniendo sus manos en las muñecas de Dib. Finalmente, el Joven adulto deja de tratar de agredirle, sin embargo, parece muy molesto.

–¿¡Qué demonios hace un apestado alien cómo tú en esta maldita casa?!
–Dib, relajate, no estamos aquí para pelear, no es el mejor momento-
–¡LARGO DE MI CASA!
–¡DIB, NOS CAYO UNA JODIDA ARMA NUCLEAR EN MEDIO DEL BARRIO! ¡No puedo salir!

Dib se queda pensativo ante esta respuesta, la cual, lo ha dejado sin palabras.

–Pues... también es verdad.

A su alrededor, afuera de la ventana, no hay ruido. Sólo se oyen a gaviotas sonando anormalmente fuerte. Arriba, demasiado arriba de la ciudad. Se oyen aviones pasar. Ninguno de ellos parece bajar la vista y hacer caso. Ninguno de los aviones parece hacer caso de la situación horrible qué hay abajo de ellos. Pero de todos modos, no están en persona. No sé pueden ver. El humo lo cubre todo. ¿Porqué los juzgan entonces? ¿Qué sentido hay en juzgarlos si no pueden verlos? De todos modos...¿Qué sentido hay en todo esto? ¿Quién demonios tiro una maldita bomba?

¿Y porqué a Zim le preocupa tanto?

–¿Acaso sirve el televisor, Dib?
Dib le mira incredulo, pensando si es estúpido.
–...Entiendo...

Gaz ve hacia la ventana mientras los dos rivales miran a cualquier otro lado. Gaz no ve más qué simple humo saliendo de todos lados. Aún no es capaz de comprender que sucede. De hecho...nadie entiende qué esta pasando, y no sólo ella esta confundida.

–Un arma nuclear, ¿Eh? –Habla Zim– ¿Quién demonios se tomaría la molestia de comprar un arma nuclear y acto seguido...TIRARLA ENCIMA DE NUESTRAS CABEZAS?
–¿Quién demonios puede saberlo, Zim? Yo sé qué no tiene sentido, pero creo qué ese es el menor de nuestros problemas. –Menciona Dib.
–¿Cómo demonios le explicaremos esto a los militares?
–¿Qué nuestra casa sobrevivio sin un rasguño, Gaz? Recuerda quien es nuestro padre.
–Tienes razón Dib, pero, ¿Y Zim?

Zim voltea bastante sorprendido ante su mención. Y pensandolo bien...Gaz tiene razón. ¿Cómo le va a explicar a los militares qué su casa esta intacta?

–No te preocupes Gaz, ya pensaré en algo.

–Je –Dib suelta una risilla– La única buena noticia es que por esto, Papá no estará aquí por un tiempo. Obvio qué prefiere quedarse en donde sea qué este antes de pasar cadáveres y escombros para venir a vernos.

Zim se queda callado por un segundo mientras observa fijamente a los dos muchachos. Pero antes de poder decir una palabra, unos golpes en la puerta bastante fuertes suenan. Pareciera qué incluso desean derribar la puerta. Debido a esto, Zim, se despide rápidamente de los muchachos y escapa por una abertura de la ventana.

Aún no deseando liberar a sus pequeños robots al aire, los mantiene dentro de su bolsillo. Dirigiendose rápidamente a su hogar, sin mirar a los lados o siquiera hacer caso de los militares, para asi pasar desapercibido, se topa, al llegar a casa con algo. Sklech sigue ahi, pero...

Justo lo qué necesitaba.

La chica no sólo no esta ahi, sino qué dejo la mascarilla. ¿Cómo se levanto siquiera? No tiene idea. Pero hay algo qué Zim sabe.

Un cabo suelto.

•Un platillo de secretos•

Es de noche. Ha sido ya un mes y medio desde qué esa bomba casi nos vuela la cabeza. No fue una experiencia agradable, pero al menos la gente que aprecio no termino con sus moléculas flotando por la atmósfera. Pero, repetiré, no fue nada bonito. La chica desaparecio, y no hay rastro alguno de la chica. Pero hey...al menos ya se sabe el responsable de toda esta tonteria.

– CBC News, Reportando
las 24 horas por cadena-
nacional el juicio contra
el británico/mexicano M
urdoc Faust Niccals, por
crimenes de magnicidio
contra la Ciudad de Nue
va York. El ex-bajista de
la banda Gorillaz declar
a qué sólo fue una graba
ción de un video qué sal
io mal, sin embargo su h
istorial ha subido la cant
idad de Cargos en su con
tra, más por... –

Pobre diablo.
Ahora qué lo pienso, ¿Porqué llamarle pobre? El tipo casi nos mata a todos. De todos modos, siento mucha lástima por el pobre pendejo. Con suerte, lo mandarán a la silla eléctrica, o sin suerte, pasará el resto de su vida en Rykers, en medio de un montón de locos. Viendo cómo es, puedo asegurarte qué este pobre idiota no aguanta ni un round en la cárcel, lo máximo qué aguantaria seria con un musculoso llamado Ernesto mientras se lo coge.

De todos modos, poco o nada es de mi incumbencia en ese asunto. Lo qué si ha sido de mi incumbencia es lo que la linda humanidad me ha ido mostrando este tiempo. Con cuerpos deshaciéndose, muertes, desesperación. El miedo a lo desconocido. Esos estupidos no se han dado cuenta qué me están dando muchas herramientas para trabajar desde el 9/11. No es qué deba importarles a los humanos, realmente. Ellos están más ocupados en sus asuntos qué en qué un moreno rebelde del vecindario sea un alienígena con el potencial de dominarlos. De todos modos, mis anotaciones son una mejor arma qué ese láser del fin del mundo qué invente al llegar aquí. ¿Dónde habrá quedado? Ni idea. No me importa. Estos dias nada me importa ya. Sólo me importan mis Waffles, esto, G.I.R, S.I.R., Sklech, y...Gaz.

El timbre de la casa de Zim suena. Vemos a Zim, en su forma humana, boca arriba, vestido de la cintura para abajo y no cubierto de la cintura para arriba, anotando todo lo qué oye en la televisión en un pequeño cuaderno.

–Computadora, identificar.
–Claro Señor.

Zim oye el timbre sonar repetidamente, pero debe dejar qué la computadora haga el trabajo, si no fuera asi, podria comprometerse.

–Gaz Membrane Señor.

Zim al oir eso, inmediatamente se pone una camisa de tirantes negra y tira el cuaderno debajo del sofa, levantándose rápidamente y abriendo la puerta cómo si de su vida dependeria de ello.

–¿Porqué diablos te tardaste tanto en abrir la maldita puerta, Zim?
Zim inventaria una excusa super-rapida, pero Gaz sabe qué es un alien, a pesar de qué no sabe de sus planes de dominación ni qué es malo. Así que le dice la verdad.
–La computadora, Gaz. Debo dejar qué identifiqué a todo aquel en la puerta. ¡No es nada! –Zim mueve la mano de abajo hacia arriba, quitándole importancia al asunto.

Gaz, un poco dudosa, aunque auto-convencida después, asiente con la cabeza y entra a casa de Zim, para después el alienigena cerrar la puerta.

–Y bueno, Zim, ¿Qué hacias?
Zim mira hacia la tele y después al sillón en una milesima de segundo.
–Aparte de mirar las noticias, realmente nada. Hoy es un dia muy aburrido.
–Comprendo...

Gaz y Zim se miran los rostros. Realmente no tienen nada de qué hablar. Zim mira por la ventana un sólo segundo. Ve una devastación tratando de ser arreglada. Y luego ve a Gaz.

–¿Te enteraste de qué estan metiendo a juicio al tipo qué ocasiono todo esto?
–Yep. –Afirma Gaz– Parte del Buffete de Abogados del Profesor Membrana esta ahi. –Habla de su padre cómo si no fuera parte de su familia, o como si no lo reconocieran cómo su padre– Aún no sé porqué lo hizo. Tal vez le pago sumas millonarias.

Zim se queda un momento viendola de nuevo, y finalmente habla.

–¿Viniste aquí para despejarte de tu familia no?
–Deja de asumir lo qué quiero Zim, es molesto.
–Esta bien, esta bien, lo lamento.

Gaz se le nota ligeramente molesta. Aún asi, Zim asumio mal, puede ver qué Gaz tiene razón. Ese no es el motivo por el qué esta en su casa.

–¿Dónde esta Sklech?
–Se fue de compras. No volverá en un rato.
–Comprendo.

Gaz apoya su cabeza en el hombro de Zim, en respuesta Zim se va al sofa.

–Hey...
–¿Qué ocurre muchacha?
–¿No sientes...miedo, últimamente?
–¿Porqué habria de tener miedo?
–Solo mira las noticias Zim. Esto ocurre, y a la vez Irak esta en guerra. Los paises bajos están siendo bombardeados. Esto no se siente bien, están pasando muchas cosas feas. En mi hogar las cosas estan muy mal...no sé, es cómo...el apocalipsis.

¿Cómo exactamente uno trata de tranquilizar a un humano? Zim no sabe absolutamente nada sobre los humanos, ni sus costumbres, ni absolutamente nada. El no es capaz de entenderlo. ¿Qué le puede decir a Gaz?

–Bueno Gaz...en mi planeta, siempre qué iba a ocurrir el fin del mundo...nos levantabamos. Reconstruiamos de las cenizas, y volviamos a iniciar.

La ingenuidad en la voz y palabras de Zim casi es tranquilizante para Gaz. Zim, mirando hacia la puerta, cuando Sklech llega.

–¡Hola amo y señorita Membrane!
–¡Hola Sklech! –Saludan ambos.
–Oigan, hoy será la conmemoración de todo lo que ha pasado últimamente. Van a prender luces de los agujeros de las torres.
–¿Lo vamos a ver? –Pregunta Sklech.
–Claro. –Responden ambos.

Zim prepara tres sillas plegables para ir a la terraza arreglada. De su colección de discos, saca uno. “Radio K.A.O.S”. Lo pone en su grabadora Stereo y lo enciende.

Canción: Radio Waves.

Zim se sienta al lado de una buena amiga y de su pequeño hermano. Miran atentos a cuando aquellas luces sean encendidas. Sin embargo, Zim no puede ser engañado fácilmente. Huele el ambiente. Siente cada pequeña parte atravesando sus poros.

Y sólo siente la destrucción alrededor suyo. La oscuridad cresciente en el. Asesinos esperando su turno para salir, la situación familiar de los Membrana. Ese momento de conmemoración, se siente cómo el último momento de sensatez qué sentirán en mucho tiempo. Sus poros arden. Con miedo. No se lo dijo y no se dan cuenta ellos. Pero algo es seguro. Algo es seguro mientras esas luces iluminan el cielo contaminado de Nueva York y mientras las excavadoras y obreros hacen sonidos molestos a su alrededor. Mientras los coches hacen sonar sus bocinas. Mientras Gaz mira tranquila y Sklech también.

Esto sólo es el comienzo.
Y Zim esta asustado.

Y asi, con el terror corriendo por su piel, se levanta el primer ladrillo en su muro.

Pero no importa ahora. Zim debe disfrutar del último momento con Gaz y Sklech.

Antes de qué sea demasiado tarde.

¡PRÓXIMO!: ¡JOHNNY EL HOMICIDA MANIACO! ¡LOS MEMBRANA! ¡EL HIELO FINO!

18 de Agosto de 2020 a las 02:37 0 Reporte Insertar Seguir historia
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