saley Sabely Leyva

Ser infiel es una elección, no es cierto que sea un error. Nosotros elegimos traicionar la confianza de quién nos ama, entregarnos de muchas formas a otra persona y romper ese vínculo previamente estipulado de confianza, propiedad y amor. Definitivamente lo peor es estar consciente de la realidad y buscar excusas para justificarlo. Es cruel la afirmación y muy dura, pero es la verdad. Sí, me pasó, me traicionaron, me destruyeron, pero también yo lo hice y no soy inocente, no me justifico. Lo hice y no tengo perdón de nadie, tampoco lo busco. Soy Jin Himura y te invito a conocer mi versión de la historia, mi dolor y cómo por mi estupidez destruí lo que pudo ser algo hermoso. Cuando conocí a Yami quise que fuera un juego estúpido y se convirtió en la historia de amor más bella, a veces para encontrarse a uno mismo es necesario pasar por un juego en el que se apuesta el resto de tu vida. Esta historia es mía, los personajes de Yu-Gi-Oh le pertenecen a Kasuki Takahashi. Los demás personajes son míos, al igual que los escenarios.


Fanfiction Sólo para mayores de 18.

#erótico #tristeza #dolor #amor
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Capítulo 1: Nuevo proyecto

<<Vaya que día, tan difícil y aburrido, empiezo a cuestionarme sí, si quiero este empleo, todos los días me son iguales ya no hay la menor diferencia entre uno y otro; las mismas actividades, el mismo recorrido de la casa a la oficina y de regreso, ya no tengo tiempo para nada, apenas y llego a dormir, pero hoy particularmente ha estado del asco todo, ¿en serio un nuevo proyecto? Nuevos compañeros de equipo y nuevos retos que pronto se volverán un fastidio>>.

Estaba tan perdida en mis pensamientos que no me di cuenta que una secretaria llamaba a la puerta de mi oficina para decirme que me esperaban en la sala de juntas para la reunión final de hoy. Me levanté sin el menor ánimo de ir y puse cara de mascota recién comprada, ¿qué más podía hacer? Todos estábamos molestos por la idea, de pronto la consultoría creció y ahora todo se hace por proyectos dinámicos y los equipos se rolan al finalizar los proyectos, además que lata no saber quiénes serán los nuevos líderes del proyecto, en este punto empiezo a cuestionarme si algún día seré líder de equipo estoy tan cansada de ser siempre Business Analyst, bueno no siempre he tenido ese puesto pero me gustaría algo más, algo que me rete.

Al fin llegamos a la sala de juntas, la secretaria se fue y entré, había veinte personas reunidas allí y todos con la misma sonrisa fingida, el director de la empresa se levantó de su silla y empezó con un aburrido discurso sobre el compañerismo y quien sabe que más mientras se paseaba por la sala de juntas, la verdad es que no ponía atención al mismo discurso barato que nos daba desde hace un par de años cuando cambió el giro de la empresa; de repente entró un chico guapísimo, su alocado cabello llamaba mucho la atención, estaba vestido con un pantalón negro y camisa negra, se veía un poco su pecho, sus ojos morados llamaban mucho la atención, esa mirada tan firme y sexy, solo se sentó en una silla, cruzó una pierna y se nos quedó mirando un poco molesto, no lo culpo.

Se veía extrañado, definitivamente llamó mi atención, nunca había visto a nadie con el cabello tan extraño ni con esa expresión tan seca y hasta cierto punto vacía, llevaba muchas cosas, ¿de dónde habrá salido este hombre? ¿Será que nos van a cambiar de jefe? Eso sería maravilloso, porque el actual deja mucho que desear como líder, no da una para motivar a nadie a hacer nada.

El discurso seguía, ya hasta me sabía la misma cantinela de siempre, pero por alguna razón todos lo miraban admirados de su palabrería barata y ridícula, tal vez todos sean nuevos y no lo conozcan. Con el nivel de rotación de personal que maneja esta empresa no me sorprendería que el jefe y yo seamos los únicos pendejos que seguimos empujando el tren cuesta arriba, en fin de todas formas nada va a cambiar en mucho tiempo, a ver veamos de que carajos será este nuevo proyecto.

Cuando el jefe terminó el discurso dijo —ahora vamos a pasar a la parte que a todos más nos interesa, la elección del jefe de equipo. Pero esta ocasión será diferente debido a la magnitud del proyecto, será dos jefes que trabajaran en coordinación para sacar esto. —Dicho esto se sentó en su silla y comenzó a mirarnos a todos detenidamente, luego se levantó— El primer líder de proyecto es Yami Muto.

Todos se voltearon a ver, nadie se conocía entre sí, esto apestaba y para colmo no sabíamos si era hombre o mujer, vaya forma de terminar el día y faltaba mucho para irnos, los roles que cada uno desempeñaría, las funciones ¡Todo! Qué día tan horrible, estaba tan cansada que me daba igual el puesto que me asignaran.

Luego de que nadie hablara para tomar la palabra, el chico que llegó tarde se encogió de hombros y nos miró con incertidumbre, para que el jefe empezara a fregar con sus bromas ridículas y luego mi nombre salió a relucir.

—El segundo jefe es Jin Himura…

Me quedé helada, no podía creerlo, me habían nombrado jefe de equipo, todos se volvieron a voltear a ver quién era, en eso di un salto de felicidad y todos comenzaron a aplaudir, pero aún seguía la interrogante ¿Quién carajos era Yami Muto?

Se levantó el chico nuevo y empezó a decir.

—Mi nombre es Yami Muto y como saben seré uno de los líderes del proyecto, quiero que sepan que en coordinación con Jin trabajaremos duro para que esto salga bien…

Su relato daba sueño, un clásico jefe que quiere impresionar a los demás, pero que innovador, el día había sido bastante del carajo como para que ahora este pesado nos venga con sermones de novato.

Sacó una hoja y empezó a leer los nombres de los ahí presentes junto con el puesto y actividades, todos pasamos lista como si estuviéramos en la escuela, que molesto, luego nos fue repartiendo unas carpetas con las especificaciones del nuevo proyecto, así comenzó a citar la importancia del trabajo en equipo y bla, bla, bla, que pesado es este tipo, ni lo guapo lo salva de ser una molestia.

Terminó su discurso y los compañeros de fueron presentando uno por uno y empezaron como siempre a ver quién debía organizar el equipo si él o yo, ambos ya estábamos hostigados del día, así que acordamos llevar el cronograma juntos, la distribución de roles, los presupuestos y estados financieros, los planes de trabajo, riesgos y las demás responsabilidades de líder; todos quedaron conformes con lo que había que hacer, el director estaba muy complacido, esto realmente era una porquería, ¿Cómo carajos esperan que hagamos un buen equipo si apenas nos conocemos? En fin ya mañana será otro día, de la mierda; pero otro día.

Salí de la oficina después de las despedidas y los halagos hipócritas de todos, que monserga de día, lo único que me faltaba era que me orinara un perro. Iba caminando por el pasillo cuando me pareció ver una cara conocida, voltee a ver de quién se trataba pero al parecer el cansancio me estaba jugando una mala broma, pues no había nadie ahí.

Iba cavilando en mis pensamientos cuando Yami me alcanzó.

—Jin, espera, olvidaste tu bolso.

Voltee a verlo y estaba muy sofocado, ¿Cuánto habrá corrido? Que tipo tan raro.

—Gracias, eres un caballero. —Atiné a responder mientras lo miraba de arriba abajo.

—No te iba a dejar sin tus cosas, seguro las necesitas, sé que ha sido un día difícil pero ¿Al menos podrías fingir que esto te importa?

— ¿Qué me importa qué?

—El proyecto.

—No lo tomes a mal, ha sido un día asqueroso, lleno de actividades, en la mañana estaba entregando el acta de cierre de un proyecto y en la noche previo a salir en “mi hora oficial” me llaman para uno nuevo y ya sabes cómo es esto ¡Una total mierda! —Estaba tan fastidiada de todo que lo último que me importaba era como iba a ser mi relación con otro jefe, él me miraba con miedo, no sé qué cara tenía, todo ese aplomo parecía haber desaparecido, ¿Qué rayos estaba pasando?

—Jin, sé que estas molesta, pero yo no tengo la culpa, no te desquites conmigo. —Me decía con una amabilidad de novato, como si fuera su primer proyecto, seguro ya aprenderá cómo funcionan las cosas en la vida real.

—Perdón Yami, tienes razón, no fue mi intención desquitarme contigo, tienes razón hoy ha estado agitado todo ¿Te invito un café?

—Gracias, claro vamos y nos relajamos. —Su voz era tan varonil y llena de aplomo, pero con tintes suaves y dulces, me miraba como si nos conociéramos de toda la vida y de alguna manera me hacía sentir incómoda.

—Pues vamos —Dije con indiferencia, aun no me queda claro porque lo invité, tal vez me sentía culpable por haberlo tratado mal, eso ya no importa.

Íbamos caminando rumbo a la cafetería de la esquina sin cruzar palabra ni siquiera nos volteábamos a ver, bueno yo si lo estaba viendo, se veía tan guapo con su abrigo negro, esa cara que parecía haber sido esculpida por los dioses, sus ojos morados tan bellos, su aroma, su estilo, como llevaba las manos metidas en los bolsillos, era tan perfecto ¡Pero qué carajos me está pasando! Es solo un compañero de trabajo, ni siquiera lo conozco y ya me lo estoy sabroseando, no, hoy ha sido un día raro, uno de esos días en que no sabes nada, tengo que controlarme, cada vez estoy peor, ahora no me lo saco de la cabeza, sí que estoy chiflada.

No lo sé, últimamente mi vida apesta, me he llenado de trabajo y ¿para qué? Ni siquiera lo notan, en este punto me siento tan impotente, llena de rabia, hasta la madre de todo y encima me vienen con la pendejada de que tengo que trabajar con un completo extraño, como si no tuviera suficiente con la bola de inútiles que trato todos los malditos días.

Seguimos caminando, él me miraba como si lo fuera a golpear o algo, ni siquiera entiendo por qué si viene a la defensiva aceptó mi invitación por el café, en fin en este punto un café no me va a servir, necesito algo fuerte; debería buscar un narco menudista o voy a colapsar con tanto maldito trabajo.

Las piernas me temblaban, no estaba segura de que rayos me sucedía y luego todo se puso negro.

5 de Diciembre de 2022 a las 07:04 0 Reporte Insertar Seguir historia
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