rafael-villafuerte1583025906 Rafael Villafuerte

Un hombre descubrirá que la venganza regresa a uno mismo aunque hayan pasado 20 años.


Cuento Sólo para mayores de 18.

#venganza #golpe #objeto-encontrado #playa #juventud #clase #años #encuentro-inesperado
Cuento corto
1
2.9mil VISITAS
Completado
tiempo de lectura
AA Compartir

...

Me froté suavemente los ojos para comprobar que estos no me habían engañado, sin embargo había visto bien. Situado frente a mí y detrás de una barra donde se servían los alimentos yacía Ivan mi compañero de la secundaria (el cual estaba destinado a tener un futuro brillante en la opinión de todos), estaba vestido con un delantal blanco con pequeñas y esporádicas manchitas de grasa. El resto de su indumentaria incluyendo un gorro eran también del mismo color, mi compañero no me había reconocido en absoluto y más bien parecía absorto en freír las papas que hacían su característico sonido hipnótico, luego procedió a freír la hamburguesa con la misma dedicación de monje.

Le miré fijamente al rostro que yacia algo sudoroso por el calor de la cocina, el pareció percibirlo pues al instante me devolvió la mirada que esta vez era seria, en un momento estará lista su hamburguesa señor-me dijo- pero yo reparé en que todavía no me hubo reconocido asi que le espeté: ¿no me reconoces?.

Me miró más fijamente aún escrutando mi rostro hasta en sus más mínimos detalles y después de pensarlo unos segundos que a mi se me hicieron incómodos me dijo:tú eres Ric de la escuela secundaria, hacía años que no te veía amigo. Entonces comenzó a acribillarme con preguntas incesantes, a las cuales yo respondía prestamente, aunque eran las preguntas típicas de los palurdos:¿ como te ha ido en estos 20 años? ¿estas casado? ¿tienes hijos?¿donde vives ahora? ¿en que trabajas?¿te acuerdas de Mis Yeraldin?.

También me molesto de sobremanera que me llamara amigo pues nunca lo habíamos sido, si habíamos compartido un vínculo en nuestra juventud ese había sido el de la enemistad y el recelo. El muy hijo de #%#@ me había robado el amor de Viviana, mi gran amor de la adolescencia, aunque el muy desgraciado no supo quererla¿donde andarás viviana?, hace diez año me enteré que vivías en Brasil y que te casaste por dinero con un hombre que te maltrataba. Bueno,¿ en que estaba?, a si estaba hablándoles del palurdo de Ivan, maldita rata, él era el apuesto de la clase, el tipo que al pasar hacía suspirar a las chicas, rompecorazones, preferido de los maestros, siempre el primero en acabar los ejercicios de matemáticas y anunciándolo al profesor con toda pompa. Haciéndonos ver al resto como hombres del pithencanthropus incapaces de asimilar información compleja.

Siempre le odié, siempre le detesté, siempre le envidié, siempre fue tan calmado y excelente conversador.

Pero un día en los que yo paseaba acompañado de la soledad en la orilla de una playa cercana a mi hogar, encontré enquístado en la húmera arena un adorno circular de piedra como un medallón, de unos dos centímetros de diámetro, en cuyo centro había un agujero pequeño, estaba finamente tallado con pequeñísimos relieves de animales. Me parecieron curiosos los diseños y lo guardé en mi bolsillo, me sorprendí de la manera en que lo había hallado pero más aún el tipo de piedra del que estaba hecho, era como la piedra pomez pero sin los detestables orificios.

Más tarde determiné que eran preincas, así lo confirmé gracias a las imágenes de un voluminoso Lexus de historia que tomé "prestado" de la biblioteca escolar y que aún reposa en algún rincón polvoroso de mi casa.

Desde el momento en que ví el medallón me gustó de sobremanera, le coloque una soguilla en el agujero y me la coloqué en el cuello como un collar, me gustaba increiblemete y no sabría decir porqué pero desde el día en que me lo puse comenzaron a sucederme pequeñas cosas malas, cosas que no atribuirías a una maldición desde luego, pero que sin duda eran algo molestas.

Como por ejemplo tardar un par de segundos más de lo habitual en contestar los ejercicios de matemáticas, resbalarse ante la vista de todos, estornudar sonora e involuntariamente, etc. En resumen era como un amuleto de micro-malasuerte. Pensé entonces en quitármelo, pero aquella piedra circular tenía un seductor encanto en mí y no era fácil.

Sin embargo la respuesta vino cuando ví en la hora del recreo a Ivan conversando alegremente con Viviana en una esquina apartada. Me dirigí resignado al salón de clases y de pronto mi mente se encendio como una bombilla, esperé que el recreo acabara y cuando Ivan paso por mi lado lo retuve y le dije que le regalaba un medallon viejo que me había encontrado.

Pensaba añadir alguna explicación inventada de mi repentina generosidad, sin embargo no tuve que hacerlo, pues antes de que me diera cuenta Ivan yacía sentado en el fondo del salón sentado y absorto en la contemplación del objeto.

A las pocas semanas nos graduamos y no supe más de él hasta ahora.

Te ves muy elegante seguro debes ganar mucho dinero dijo Ivan-con una sonrisa que me pareció socarrona.

No tanto, pero no me puedo quejar, mis negocios me dejan lo suficiente para satisfacer mis necesidades básicas y permitirme algunos gustos de vez en cuando, como viajes o compra de antigüedades de colección, -le dije tratando de picarlo un poco, pero no note perturbación en su semblante esta vez.

De pronto fingió que se le resbalada de entre los dedos un tenedor que cayo fuera del kiosco, un poco lejos de donde me encomtraba sentado, se disculpó por su torpeza y me pidió amablemente que lo levantará, accedí de buena gana y cuando hube de incorporarme Ivan se mostraba my alegre.

Me sirvió mi hamburguesa, comí charlamos un rato y me despedí prometiendo volver a verle. Cogí mi maletín que había colocado a mi llegada en una banca cercana y me fuí.

Durante el resto del día me empezaron a suceder inconvenientes, mi vehículo necesitava u sorpresivo cambio de aceite a pesar de que recientemenre lo había hecho, caminando choque con un hombre con el que tuve una discusión, mis llaves se perdieron, me llamaron para cancelar un contrato, etc.

Cuando llegue a casa y vacié mi maletín observé aquel medallón de mi adolescencia, entonces comprendí, de alguna manera mi encuentro con Ivan le hizo atar cabos sueltos, y aunque seguranmente el tampoco quería deshacerle de aquel objeto, su deseo de revancha pudo más y lo colocó en el maletín en el instante en el que recogía el tenedor.

Al día siguiente lo busqué en el kiosco y este estaba cerrado, pregunté y un portero dijo que había renunciado y que iba a comenzar una vida afortunada.

Me había devuelto el golpe 20 años después.

FIN

Notas:esta historia esta inspirada en historias de Bukowski, Stevenson y también la pelicula el señor de los anillos.

-la persona que prepara alimentos cumple una noble labor, aunque en esta historia el personaje principal( Ric) considera que el freir hamburguesas es una actividad de menor valor.





15 de Julio de 2020 a las 04:46 0 Reporte Insertar Seguir historia
0
Fin

Conoce al autor

Comenta algo

Publica!
No hay comentarios aún. ¡Conviértete en el primero en decir algo!
~