Ayúdame, noona |jk| Seguir historia

El joven pelinegro sostenía su celular frente a su cara, acostado en el amplio sofá de la sala, su cabeza apoyada en las piernas de su hermana mayor mientras ella acariciaba el hermoso cabello de él.

—Noona —la llamó—. No sigas —frunció los labios, quitando las manos de Sohan de su cabeza.

—¿No te gusta que lo haga?

—Sí, pero ahora no —el menor se puso de pie para correr a su habitación, dejando a la chica confundida por su reacción.

Cerró la puerta detrás de él, desbloqueó su celular y siguió hablando con Taehyung, su mejor amigo. Hablaban de tonterías, hasta que su hyung le envió algo diferente. El mensaje decía: Mira esto.

Abrió el archivo adjunto. Era un video, en el aparecía una joven rubia, estaba desnuda al igual que el hombre debajo de ella y saltaba sobre él, gimiendo escandalosamente. Jungkook pasó saliva, lamiéndose los labios por la imagen ante él. Admirando la figura de aquella chica y los sonidos que escapaban de sus labios.

Se recostó en la cama cuando el video finalmente acabó, tratando de controlar su respiración que de un momento a otro se había vuelto acelerada y errática. Dejó el teléfono a un lado de él y se bajó el pantalón cuando sintió una molesta presión en él. Su bóxer se veía ligeramente abultado y al no saber qué hacer solo se quedó así, viendo su entrepierna, esperando que el dolor terminara y la apenas formada elección bajara.

Después de unas horas su madre lo llamó para que bajara a cenar. Estando ahí, sentado en la mesa frente a su hermana, no pudo evitar pensar que Sohan era más bonita que la chica de aquel video. Su cabello negro igual al de él era más bonito que ese rubio falso, además de que la mujer de ese video también tenía pechos y trasero demasiado grandes que solo demostraban lo falsos que eran, nada que ver con la belleza natural de su noona.

—Noona —dijo, interrumpiendo la conversación que estaba teniendo Sohan con su madre.

—¿Qué pasa, Kookie?

—Eres muy bonita.

Todos en la mesa rieron por el comentario del menor, Sohan le sonrió enternecida por lo dulce que era y siguió hablando con su madre.