littleisa22 Isabel S.A.

"Lo que un día fue, tal vez nunca será" Recordar lo que alguna vez te hizo feliz puede transfigurarse en dolor o incluso rencor si la persona que recuerdas con tanto amor mancha, atrozmente, tu presente con una traición. A pesar de constantemente ser amado y rodeado por un cariño incondicional de parte de su familia, se olvidó de la importancia de esta y por una estupidez lo perdió todo. Porque en realidad no existen los finales felices y Jimin se dio cuenta de eso muy tarde. × Historia original. × No se admiten copias/adaptaciones. × Contenido Homosexual. ❄Pareja principal: Kookmin 🐇💔🐣


Fanfiction Libros Sólo para mayores de 18.

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CAPÍTULO 1

Jungkook Walk siempre había sido un hombre correcto. De esos hombres que prefieren estar con la familia en lugar de salir a divertirse.


O eso era lo que creía Jimin.


Seis años de matrimonio y un hijo, habían provocado que Jungkook se aburriera y desesperara a tal punto de cuestionarse que clase de vida era la que tenía.


Sí, había tenido grandes logros, pero no los que había planeado.


Había estudiado leyes en una de las mejores universidades de Seúl y en su último año su novio lo había sorprendido anunciándole que estaba embarazado e indirectamente obligándolo a casarse para que su futuro hijo creciera en familia.


Pensó que el amor que le tenía a Jimin y a su bebé sería suficiente como para sacrificar su soltería y la oportunidad de conseguir su propio bufete de abogados a corto plazo y sí, si lo fue, pero en la actualidad ese amor se había extinguido.


Estaba cansado de trabajar hasta tarde, cansado de los mimos de su esposo, cansado de jugar con su hijo y cansado de siempre tener el líbido alto y no poder satisfacerce con Jimin.


Ya no daba para más, ya no aguantaba esa vida monótona y carente de emociones.


Todos los días era lo mismo, partía hacia la fiscalía donde trabajaba y como casi siempre en la hora del almuerzo, se iba al gran centro comercial de al lado, donde vendían todo tipo de comidas rápidas, luego regresaba al trabajo y al anochecer, finalmente retornaba a su aburrida casa con su hostigante familia.


Pero a partir de ese día todo cambiaría y no para bien.


[...]

Mientras comía, en el centro comercial de siempre, una ración de papas fritas acompañado de una hamburguesa y una coca cola, le llamó la atención la presencia de un hombre que recientemente había aparecido y a su parecer conocía de algún lado.


Agudizando la vista pudo observar que se trataba del asistente de uno de sus compañeros, Taehyung Blair. Un chico esbelto, alto y guapo, muy del gusto de Walk.


El aburrimiento lo abordaba completamente y en un acto estúpido para poder distraerse con algo, Jungkook llamó su atención levantando la mano y llamándolo a que se acerque.


El castaño lo vio de inmediato y le sorprendió encontrarse a uno de sus jefes en un lugar así, lleno de gente y bullicio, pero eso no impidió que fuera con él.


En unos largos y elegantes pasos, Taehyung se acercó a Jungkook con una gran sonrisa en su faz y un aire ligero y pulcro que encantaba al azabache.


Señor Walk, buenas tardes —musitó el asistente.


Buenas tardes Blair, que bueno verte sonrió—. No sabía que nuestras horas de almuerzo eran las mismas.


Yo tampoco, supongo que es una bonita coincidencia —coqueteó el castaño manteniendo el contacto visual con Walk.


Sí, una muy hermosa coincidencia —respondió Jungkook, quedándose hipnotizado por la belleza del castaño, quien notó el interés que al parecer era mutuo.


Aprovechando esa oportunidad, Taehyung decidió invitarse solo a comer junto a Walk y de paso, conocerlo a profundidad dejando de lado el hecho que este estaba casado.


Entonces... creo que pediré también una hamburguesa y almorzamos juntos ¿te parece?


Por supuesto.


Jungkook entusiasmado por compartir tiempo con Taehyung, lo ayudó a escoger sus aperitivos y pago todo.


La hora del almuerzo transcurrió entre risas y coqueteos para los dos hombres, quienes se deleitaban con el otro. Mientras en la casa de los Walks se encontraba un tierno rubio limpiando cada rincón de su hogar y al mismo tiempo cuidando del no tan pequeño Jungmin, quien dentro de poco cumpliría seis añitos.


[...]

Un auto se estacionó en la residencia de los Walks y al cabo de unos minutos se escuchó el clásico sonido de la puerta ser tocada por Jungkook, que a pesar de tener llaves, prefería hacerlo para ser recibido como se debía en su hogar, una costumbre que se les había hecho con el paso de los años.


Amor, llegaste —habló Jimin, dándole la bienvenida a su amado esposo, como siempre, con muchos besitos.


Hola —respondió de forma seca Jungkook, alejándose del agarre del rubio y yéndose directamente a su habitación a cambiarse, sin siquiera saludar a su hijo.

El rostro risueño de Jimin sufrió un cambio drástico después de aquello. Había pasado otra vez, Jungkook lo apartaba de nuevo.


Con su mirada herida observó en silencio todo, sabía que algo andaba mal con Jungkook.


Seguramente se debe al estrés que está pasando a causa del trabajo —se repetía como un tipo de consuelo, ya que nunca se le pasaría por la cabeza que el padre de su hijo ya no lo amaba.


De pronto escuchó una vocecita a lo lejos.


Papi —llamó Jungmin desde la cocina,obligando a Jimin a enfocarse únicamente en su hijo.


¿Si, bebé?


¿Ya llegó papá? —preguntó el pequeño.


Si cariño, ya llegó.


¡Qué bien! Ahora podré jugar con él el nuevo videojuego que me compraste, papi —habló entusiasmado su hijo.


Jungmin, ven aquí —pronunció cariñosamente Jimin—. Creo que es mejor que se lo enseñes mañana. Papá en estos momentos se siente cansado y lo más probable es que por tanto sueño, le ganes y ya lo conoces, se va a poner súper picón por eso.


Pero yo quería mostrárselo hoy —puchereo el menor.


Sería mucho mejor si es mañana —insistió—. Además ya es tarde y tienes que ir al colegio.


Está bien, papi —aceptó muy disgustado el pequeño.


Muy bien, ahora ve a dormir, bebé.


Me acompañas —pidió inocentemente Jungmin extendiendo su mano.


Jimin sonrió al escuchar el pedido de su hijo, porque a pesar de ser muy independiente para su edad, había pequeñas ocasiones donde Jungmin todavía lo necesitaba.


Claro, mi amor. Vamos —dijo, cogiendo la mano de su hijo y conduciéndolo a su habitación, donde lo acostó y arropó para que su pequeño durmiera con la mayor comodidad posible.


Hasta mañana, Jungminie.


Hasta mañana, papi.


[...]

Luego de haber llevado a Jungmin a descansar, Jimin se fue a su cuarto y lo primero que pudo observar es a su esposo reposando en su cama, con el celular en la mano y su pelo húmedo.


Uh, no sabía que te habías bañado, me hubieras esperado para bañarnos juntos —pronunció, ya que usualmente ellos compartía la ducha amenudo.


Te tardaste demasiado. Estaba sudado y cansado, qué esperabas, que me acostara así —espetó encolerizado Jungkook.


Lo lamento —se disculpó el rubio, pensando que esa sería la mejor forma de evitar una discusión—. Me iré a bañar, no tardaré.


Ajá —respondió desinteresadamente, Walk.


Pasados unos minutos, Jimin salió de la ducha con solamente una toalla cubriéndolo. Jungkook, estaba observando atentamente su celular, pero al ver a su esposo en esas fachas, no pudo evitar quedarse admirándolo. Jimin tenía un cuerpo envidiable a pesar de haber tenido un hijo, con esa cintura pequeña, caderas anchas, glúteos redonditos y piernas no tan llenitas. Esas eran las cosas que llamaron la atención de Walk cuando se conocieron.


De pronto sintió la excitación carcomiéndole el cuerpo.


Con su mirada aún devorando a su angelical, pero sexy esposo, se dispuso a llamarlo.— Jimin...


El menor, en su inocencia, no entendio el llamado de su esposo, lo que provocó la desesperación en Walk.


Sus necesidades lo vencieron y entregándose a la lujuria se levantó de la cama y acorraló a Jimin en la puerta del armario más cercano que tenía.


Acaso ¿me estás provocando?


¿Q-qué? Por supuesto que n-no —tartamudeó, evadiendo su mirada.


Sonriendo, Jungkook deslizó su mano por la cintura del rubio y se inclinó para lanzarse a comerle la boca.


¡Jesucristo! Ya casi había olvidado lo que se sentía darle un buen beso a Jimin.


A pasos lentos, Walk, llevó a su esposo a su gran cama y comenzó a desvestirlo.


Mmg ¡Ah! —gimió Jimin, al sentir las manos de Jungkook recorrer todo su cuerpo, dejando un rastro de calor por donde tocaba.


¿Se siente bien? Respóndeme Jimin —preguntó el mayor, tratando de ponerle diversión al acto que realizaban, mientras terminaba de sacarle el bóxer a Jimin.


S-sí, se sien-te bien —declaró el rubio, conteniendo sus jadeos y los gritos que quería lanzar después de contemplar como Jungkook agarraba su pene para comprobar su estado.


Estás tan duro y mojado, Jimin —susurró el mayor, con su voz cargada de pasión contenida—. Parece que últimamente no has estado jugando solo o ¿me equivoco? una sonrisa arrogante brotó de su rostro al ver el sonrojo de Jimin en símbolo de aceptación.


No me gus-gusta así ¡mmg! Prefiero que tú me des placer, Jungkookie.


Así me gusta dijo elevando más su autoestima.


Dejando los juegos atrás, Walk deslizó sus dedos fuera del pene de Jimin, para posarlos en su objetivo, una muy sabrosa y rosadita entrada. Sentía los notables latidos de excitación en esa zona y probando la resistencia de Jimin, Jungkook adentró un dedo de golpe a la estrecha entrada del rubio.


¡Agh! Kookie... duele.


Aguanta precioso, aguanta —susurró, absteniéndose de sacar su dedo y reemplazarlo por algo más grueso.

Introduciendo un segundo dedo, Jungkook hizo que el rubio sintiera una corriente sacudir su cuerpo. Más rato, el tercero entró y su cuerpo sentía que ya no resistiría más.


Walk dilató bien a su esposo, para que no le doliera y aprovechó en coger el miembro de Jimin de nuevo y comenzó a moverlo lentamente en un vaivén tortuoso para el rubio, quien ya sin vergüenza soltaba gritos no tan fuertes por cada sensación exitante que le provocaba el azabache.


Jimin, ya no aguanto ¿Preparado para mi, bebé?


S-sí.


Con desesperación por meterle su miembro a Jimin, Jungkook sacó sus dedos y escuchó el quejido que pronunció en desacuerdo el rubio por el tremendo vacío que había dejado su esposo. Alineó su falo y finalmente comenzó a introducirse en él con rudeza.


¡Mierda!


El calor y la estrechez de Jimin llegó a Walk, enloqueciéndolo.


Muévete Kookie.


Gustoso de escuchar eso, el azabache arremetió con duras estocadas al rubio, buscando su propia liberación y dejando en segundo plano a Jimin.


Estocada tras estocada el pequeño rubio comenzaba a sentir el ardor y no la pasión de antes, Jungkook estaba siendo muy bruto y eso no le gustaba a Jimin. ¿Dónde había quedado el cariñoso esposo de antes?


Jungkook, ¡ya basta! Me estás lastimando.


No arruines el momento, Jimin.


N-no, sácalo.


Con miedo a que el azabache desgarrara a Jimin, este lo empujó, pero no se pudo liberar así que le dio una patada logrando hacer caer fuera de la cama a Jungkook.


¡Auch! ¿¡Por qué mierda hiciste eso!? —gritó.


Te dije que me dolía y no me hiciste caso —susurró un poco cohibido, el rubio.


Ya estoy harto de tus estupideces, Jimin y no creo poder aguantar más tiempo con lo mismo, siempre arruinas los momentos y sinceramente ya me estoy aburriendo.


¿Qué yo arruinó los momentos? —preguntó estupefacto el rubio—. Todo el día estoy ordenando la casa y cuidando a nuestro enérgico hijo, no eres el único que está cansado.


Por favor, Jimin. No puedes comparar lo que tú haces con lo que yo hago —habló desvalorizando al rubio—. Mi trabajo es mil veces más estresante que limpiar y cuidar a un niño. Prácticamente comparado a mí, no haces nada y te quejas.


No voy a permitir que me hables así. No es fácil ser amo de casa y criar yo solo a Jungmin, porque eso hago desde que decidiste que el trabajo es más importante que tu familia —soltó sin pelos en la lengua.


Yo sé perfectamente que soy un buen padre y nadie me va hacer cambiar de opinión, ni siquiera tú.


Un buen padre juega con sus hijos o por lo menos está un rato con ellos, un buen padre siempre está pendiente de lo que le pasa a su hijo y si estuvieras más en casa, te darías cuenta que Jungmin últimamente se está peleando con sus compañeros y a perdido su apetito, pero en qué momento te lo puedo decir si vienes en las noches y no quieres que nadie te fastidie.


Yo merecía saber eso, Jimin —espetó altanero, viendo a su esposo con odio.


No hablas con él, ni conmigo, que esperabas, que te diera señales de humo.


La furia dentro de Jungkook explotó con el sarcasmo del rubio. Se cambió de inmediato, agarró las llaves de su coche, su celular y su billetera y salió de su cuarto a quién sabe dónde a esas altas horas de la noche.


Jimin nunca le había hablado así a Jungkook, pero él tampoco se merecía ser tratado así. No lo parecía, pero también tenía su carácter, era de esos abogados que no se quedaban callados, porque sí, el rubio también había estudiado derecho.


Desconsolado por lo que había pasado, se puso su pijama y se dispuso a dormir con un llanto silencioso inundando su cuarto.


Mientras tanto, un azabache iba conduciendo y viendo si el mensaje que había mandado había sido recibido.


Una llamada le confirmó que sí. Aplastando el botón de aceptar, contestó y por un momento se sintió aliviado al escuchar la calmada voz del castaño.


Jungkook ¿Sucedio algo? ¿Dónde estás?


Estoy bien, Taehyung. Solo quería saber si habría la posibilidad de pasar tiempo a solas junto a ti —pronunció descaradamente, Walk, ya sin importarle lo demás.


Uh... Ahora mismo estoy en mi casa, si deseas puedes venir y no sé... tal vez podemos jugar algo y como tú dices pasar tiempo a solas —sonrío.


Me encantaría, mándame tu dirección por mensaje, tal vez lleve una botella de vino para incrementar la diversión a nuestro juego.


Ok, ahora mismo te lo mando. Nos vemos, Kookie.




🥀

12 de Julio de 2020 a las 03:54 0 Reporte Insertar Seguir historia
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