leonardonin73 Leonardo Nin

Lucrecia Robson; es una mujer que nunca ha podido encontrar a nadie que encaje con ella, hasta que de repente de la manera más peculiar, un hombre encaja con ella en muchas cosas, de una vez estos se unen y se proponen en explorar el sexo de una manera un tanto no convencional, en donde pronto se convertirán en tendencias. ADVERTENCIAS: CONTENIDO PARA ADULTOS, NO APTO A MENORES DE 18 AÑOS. CONTIENE, SEXO Y SUCESOS DE FORMA DRAMÁTICA.


Erótico Sólo para mayores de 21 (adultos). © Derechos reservados por Leonardo Nin

#interactive #amor #drama #escandalo #enunmundoparalelo
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Capitulo 1: El Encuentro De La Alma Gemela:

Lucrecia Robson; una mujer de 26 años de edad, terminó apenas de ponerse unos aretes de pedrerías negras, ella se ve en un espejo grande, dándose a entender que se ve bella con su vestido, zapatos de tacones y conjuntos de accesorios de pedrerías negras, Lucrecia se amarra con una cola su cabello de color negro azulado, haciéndose una cola de caballo, tomó su cartera y se dispone a salir de su apartamento, la muchacha entra a un restaurant, ya que allí tiene una reservación, ésta se sienta en la mesa, cuando observa su reloj, este marca 7:30 PM.

Mientras Lucrecia se pone a esperar a la persona, ella mandó a pedir una botella de vino tinto a unos de los meseros que trabajan en el sitio, cuando ya le dejan la botella en la mesa, La muchacha se pone a echar del líquido en una copa y beber para pasar el tiempo. Lucrecia siente que ha pasado mucho rato, desde que llegó al establecimiento, ella revisa su reloj y este marcó 8:30 PM, dando a entender que pasó una hora, de repente, un sujeto bien apuesto apareció para preguntarle a la mujer una cosa.

–¿Puedo sentarme aquí? Es que la chica que estuve esperando, no ha llegado todavía.

–Si. Puedes sentarte, así podríamos conversar.

El sujeto se sienta, de una vez comenzó Lucrecia en preguntarle lo siguiente.

–¿Puedo saber quién te abandonó?

–Es alguien que he estado esperando desde la 7:30. ¿Quién te dejó a ti querida?

–Un hombre que se trataba que debería haber venido desde hace una hora.

–¿Eres soltera? Preguntó el hombre sintiéndose un poco interesado por la mujer.

–¡Espera!, ¿crees que soy alguien que aparece en una película pornográfica, en donde no ha pasado ni 5 minutos, en donde ya la protagonista “anónima”, se desnuda para tener sexo con su otra pareja “anónima”? Dime tú mejor cómo te llamas, para así conocerte un poco más pues. Respondió ella de forma sería.

–Jajaja. Se echa a reír el hombre. –Me llamo Raymund Valero. ¿Tú cómo te llamas, preciosura?

–Lucrecia Robson. Cuéntame, ¿Qué hay de tu vida querido?

–Soy jefe de una empresa en donde se fabrican motocicletas, claro se ensambla en Margarita, para luego traerlas a los concesionarios de Caracas. ¿En qué te desempeñas tú?

–No lo creerás, también soy jefa de una empresa de automóviles, los fabrican en Margarita y también se traen a Caracas, creo que eso es una cosa en común, ¿no crees tú?

–Por supuesto, ¿cuántos años tienes?, lo pregunto porque te ves muy joven querida.

–26 años. ¿tú?

Raymund se quedó callado, hasta que segundos después él termina de responder.

–También 26 años Lucrecia.

–¡Ohh por Dios!, creo que ando soñando, tenemos la misma edad. Agrega ella asombrada.

–¿Puedo saber quién era la persona que te dejó? Escrutó él con interés por Lucrecia.

–Era un sujeto, pero creo que se acobardó.

–¿Por qué lo dices?

–Digamos que era un amante. Hacíamos cosas algo alocadas. ¿tú porque estás aquí?

–Porque la chica que nunca apareció, también era una amante que creo que se acobardó también.

–¿Puedo saber que hacían exactamente?

–Lo único que hacíamos, es hacer el amor de una manera más pública.

–Wow. También hacia eso con aquel sujeto que nunca apareció.

–¿Eres adicta a esa sensación? ¿Verdad?

–Si. ¿Tú?

–También, me emociona saber, que alguien me acecha, cuando mi amante y yo tenemos intimidad en esa habitación del hotel.

–Amo sentir esa sensación, ¿dónde quedó mis modales?, ¿quieres un poco de vino?

–Si. Por favor Lucrecia.

Lucrecia manda a pedir una copa más para compartir de su bebida alcohólica, cuando traen el delicado objeto de cristal, ella le da un poco a él del líquido, cuando terminó del primer trago, él sólo agregó.

–Es fuerte esta cosa.

–Claro. Tiene 30 grados de alcohol.

–Oye, ¿si mejor nos vamos a algún otro sitio?

–Dale. ¿Por qué no?

Ellos se levantaron de sus asientos, para pagar la bebida, cuando ella saca su tarjeta de crédito, intervino Raymund para decir.

–No dejaré a que pagues el vino.

–Lo ordené yo y lo pago yo.

–¡Insisto! Déjame pagarlo.

–Eres demasiado estresante. Dale paga tú la botella querido.

Raymund pasó su tarjeta, una vez hecha la transacción, ambos se dirigen hasta llegar al estacionamiento.

Cuando Lucrecia se monta a su vehículo, le dice Raymund.

–¿No me habías dicho que nos iríamos a alguna otra parte?

–Cambié de opinión. Debo pararme mañana temprano. ¿Te puedo dar mi número si quieres?

–Dale.

Ellos intercambian de números, cuando ya terminaron de hacerlo, ella se despide del chico con un beso en su mejilla izquierda. Lucrecia cuando terminó de llegar hasta la puerta de su apartamento, de repente se encuentra con Raymund, ya que éste la ve también.

–¿Me estabas siguiendo? Añade ella de forma intrigada.

–No. También vivo acá, mi apartamento es el que tiene marcado el número 94 en la puerta.

Ella ve la puerta del apartamento del muchacho, dándose cuenta que es verdad lo que él había dicho.

–En vista que también vives aquí, ¿quieres acompañarme con un trago más? Preguntó Lucrecia sintiendo ya el efecto del vino que consumió en el restaurant.

–No lo sé, ¿estás hablando por el alcohol?

–No. Agrega ella con una sonrisa. –¡Insisto a que me acompañes!

–Si tú lo quieres, no te rechazaré la invitación a tu hogar.

Lucrecia abre la puerta, cuando ya estos terminan en entrar, ella cierra la puerta con llaves, de una vez se va en busca de 2 vasos para whisky y servir del mismo líquido, la chica se sienta junto con Raymund en el sofá de la sala de estar, cuando el chico terminó de beber el primer trago, él le dice a ella.

–Es grande tu hogar.

–Claro… me gusta la comodidad, aunque no esté nadie a mi lado pues. ¿Eres soltero?

–Claro.

–¿No te preocupa a que te descubra en algún acto sexual? Añade ella para corroborar.

–No. ¿Tú?

–Tampoco.

Ella cuando se termina de beber un trago de la bebida, se acercó un poco más, hasta que termina de rozar sus labios con los labios de Raymund, como muestra de un buen beso, cuando ella se separa de su boca, preguntó.

–¿Cómo te sentiste?

–Eso fue increíble. Agregó él asombrado.

De una vez él la besa con más fuerza, cuando ya ambos están sintiendo la excitación, ella se detiene para decir.

–Déjame ver si en mi cuarto hay un condón.

–No te preocupes, de todos modos, soy estéril, no puedo hacerte concebir pues.

–Cada vez me sorprende más. También soy estéril, no puedo procrear.

–¿Entonces para que el preservativo? Cuestionó Raymund.

–Es que no quisiera correr riesgo con esas enfermedades de transmisión sexual.

Raymund besa la mano derecha de la mujer para añadir.

–Me he hecho pruebas y mantengo en mi zona una buena higiene, créeme cuando te digo que podemos hacerlo horita mismo, además estoy sano.

–Creo en ti, déjame traer algo de mi habitación.

–Dale.

Lucrecia se levantó del mueble, ella entonces entra a su habitación y se lleva consigo un par de sábanas y 2 almohadas, cuando ella baja con todo, de una vez preguntó Raymund.

–¿Qué piensas hacer con tantas cosas?

Lucrecia abre un poco la puerta principal de su apartamento para agregar.

–Como nosotros no tenemos vergüenza, quiero que hagamos el amor de manera un poco menos convencional. Terminó de decir ella lo último lanzando al suelo las almohadas y las sábanas.

–¿Te refieres al piso?

–Exacto.

Raymund se levantó del sofá, de una vez comenzó en besar a Lucrecia y ella a él, Raymund va bajando el cierre del vestido de ella, mientras que la chica desabrocha su camisa, estos se sientan en el suelo, entonces procede Lucrecia excitada, en desabrochar el pantalón del hombre y quitarles los zapatos, mientras que él excitado va desabrochando el sostén de ésta, al igual que le quita sus tacones y su pantaleta, quedando ella totalmente desnuda, después Lucrecia hace que se recueste el hombre totalmente en el piso frio, para así quitarle el interior, dejándolo desnudo, en donde ella admira su musculatura y lo bien ejercitado que está, Lucrecia se monta encima de él para besar sus abdomen, los cuales están bien dotados, mientras que él empezó por masajear sus senos, ella se acercó un poco más para que él pueda besar los pezones, los cuales están duros, mientras que la mujer se mueve a un lado para masajear el genital del hombre, para así estimularlo, luego ella lo besa a él en sus labios, para así montarse nuevamente la muchacha arriba de él, Lucrecia abre sus piernas, para ya comenzar con la función de penetración, Lucrecia se mueve de arriba y abajo para estimular más la polla del hombre, cuando lo logra, ella va gimiendo al igual que él de la excitación total, ya que ella siente como el genital de Raymund la va penetrando de manera fuerte dentro de su vagina, haciendo que la muchacha vuele del puro placer, Raymund admira el gran cuerpo de Lucrecia, ya que la chica es bella en toda partes, acompañada de una mirada y sonrisa única, mientras que Lucrecia, admira el físico de Raymund, su musculatura y encanto, ya que parece un muchacho de 18 años por su cara, con un físico de 26 años de edad, cuando estos terminan de llegar al clímax del placer, ella se recuesta a un lado de él, de una vez, observó una silueta de alguien que se fue, dando a entender que alguien los vio, estos se vuelven a besar ya que lograron su cometido, ser observados por alguien más. Agrega Lucrecia.

–Esto es increíble Raymund.

–Lo mismo pienso preciosa, ¡te amo!

–También te amo. Responde ella satisfecha del placer.

Lucrecia se levanta del piso, para cerrar ahora la puerta con llave. Después vuelve a recostarse en el suelo, al lado de Raymund para decir.

–Quiero que lo hagamos más seguido.

–Con gusto Lucrecia.

Estos se besaron y se ponen a buscar sueños enrollándose con las sábanas, ellos se quedaron en admirar su propio desastre que dejaron en la sala, a causas de dejarse llevar por sus ganas de explorar el amor.

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27 de Junio de 2020 a las 04:39 3 Reporte Insertar Seguir historia
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Diosa Lectora Diosa Lectora
me gusta el comienzo
July 19, 2020, 04:30

Helena Nin Helena Nin
Es una historia muy peculiar, es que Lucrecia es una mujer extraña y ahora tiene a su hombre extraño, no me extrañaría que alguien los grabará y lo ponga en internet, eso creo que para sus mentes retorcidas le daría más placer... Eso sólo es una conclusión, bueno algo que pienso, por la manera que va todo, está bien ♥️👌
July 11, 2020, 16:50
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