C
Carlos Salcedo


Después de la muerte no hay perdón ni reconciliación. Aprendamos a valorar a las personas que hacen vida en nuestras vidas mientras tengan vida.


Cuento Todo público.

#338 #recuerdo #español-latino #cuento
Cuento corto
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Un recuerdo.

Un recuerdo más.


Recuerdo que eran las 5:40pm cuando me senté en uno de los seis puestos del comedor. Uno sencillo, nada lujoso, de madera oscura y de forma rectangular. Este tenía seis puestos, dos en cada uno de sus lados más largos y uno en cada lado más corto. Me senté en uno de los puestos y esperé; esperé tal cual lo habíamos planeado. Pasado dos o tres minutos apareció por mi izquierda, parecía algo apresurado y agotado. De él se desprendía lentamente una fragancia que acariciaba de forma suave mi sentido del olfato, vestía con una camisa beige, unos pantalones blancos bastante pulcros, unos zapatos de un color crema bastante llamativo y por último, un sencillo sombrero tipo tribyl de un color bastante parecido al de sus zapatos. Iba bastante bien combinado, ha de aceptar que me sorprendí un poco al verlo tan bien vestido. Ha servido dos tazas de café, una para el y la otra para mí, se sentó a mi frente y me interrogó de una forma bastante tranquila -¿Azúcar para tu café?- Me pareció un poco extraño que me hiciera esa pregunta, después de todo, el me enseñó a tomarlo sin azúcar. Lo mire y luego de un gran suspiro le respondí con un irrefutable -No-.


Le di un sorbo a mi café y le dije -Habiamos quedado a las 5:40pm, te tardaste unos cuantos minutos más. ¿Siempre fuiste así de puntual?-


Se quitó su sombrero y lo coloco a su derecha, me miró y me dijo -Si, pero no es de mi puntualidad que vinimos a hablar, así que empieza, te escucho-.


Volví a tomar de mi café y lo aparte hacia un lado para enseñarle la fecha de mi reloj, nueve de abril del dos mil veinte. Le mostré y añadí con la voz un poco partida -¿Vez la fecha de hoy? 9 de abril del 2020, ¿Sabes al menos que significa? ¿No? Ya van exactamente dos años desde que decidiste irte y no despedirte, carajo. Ni siquiera un adiós o al menos la bendición, nada.-


-Todo se puede explicar, hijo. No te molestes conmigo, mira sabes que...-


-Nada- lo interrumpí de manera tan brusca que se sobresalto -¿Tienes al menos la menor idea de todo lo que ha pasado desde de tu partida? Me gradué, me entregaron reconocimientos por mi excelente desempeño académico, me fui a estudiar a otro estado y no estuviste. Te dije unos días antes de tu partida que esperarás un par de años más y me hiciste caso miso. Estoy estudiando en la universidad que siempre quise, la carrera que siempre quise y de verdad quisiera saber, ¿Estas orgulloso de mi?-


Su rostro se torno triste y vacío, sus ojos gritaban dolor mientras una lágrima rodaba por su mejilla, bajó la mirada y me dijo en tono muy bajo y lloroso -Si, si lo estoy. Se que no pudiste verme pero recuerdo cuando te estaban colocando tu medalla en la graduación, yo estuve ahí. ¿Recuerdas el 10 de noviembre del 2019? Fue el día que te mudaste hacia Puerto la Cruz, yo te ayude con tu mudanza. ¿Sabes cuántas veces te he acompañado a tu universidad? No tienes idea de nada, yo también sufro al no poder abrazarte-.


-¿Y si tanto me extrañas por qué no haz de volver? Todo sería diferente si aún estuvieras aquí conmigo, tendría más fuerza, más valor e incluso, fuera invencible si...-


-Hay cosas que no podemos explicar- añadió para interrumpirme y proseguir -Son caprichos de la vida darnos los golpes más duros en los momentos más débiles para hacer de nosotros hombres. A algunos les llega ese golpe tarde y a otros, como a ti, les llega a corta edad. Tienes que aprender a vivir con ello y saber salir adelante. Sabiendo que hay alguien a quien le importas, que te extraña y quisiera poder estar contigo pero que no puede por cosas del jugador más sucio que tiene la vida, el destino-.


-Hay algo que jamás pude hacer, ¿Puedo hacerlo ahora?-


-No, ya tengo que irme. Debiste de hacerlo cuando pudiste y tuviste tiempo-. Añadió de una forma un poco molesto, tomo su sombrero se paró de la silla y me dió la espalda. Había dado unos cuantos pasos y me dijo -recuerda que el café no sabe igual cuando lo dejas enfriar. Ya lo dejaste enfriar una vez al pensar que siempre estaría caliente, no lo vuelvas a hacer-.


Fue ahí cuando volví a la realidad. Estaba sudado, todo estaba oscuro y mi corazón latía demasiado rápido. Encendí mi móvil y me fijé en la hora y en la fecha "10:12pm. 24 de abril del 2020". Por un momento no supe que pasaba, todo en mi cabeza daba vueltas e incluso sentía náuseas. Luego de un momento entendí que era solo un sueño y que el no había vuelto, que no lo tenía de regreso conmigo.


A veces no valoramos el tiempo que pasamos con las personas, pensando que siempre abra otro momento y no es así. Aprovechemos cada día con nuestro seres queridos porque cuando ya no los veamos más, un simple sueño será la única pizca de realidad que tendremos para volver a verlos.


Cuando entendamos que no es un día más sino un día menos, será ahí cuando comprendamos como juega la vida.

15 de Junio de 2020 a las 00:01 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

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