Año 2046
—Hija, ¿qué quieres por tu cumpleaños?— dijo mi padre mientras se dirigía a la puerta para ir al trabajo.
—Nada, este cumpleaños no se debe festejar — respondí.
—Bueno, ¡Feliz cumple! — dijo con una gran sonrisa falsa y cerro la puerta. «Faltan 10 minutos», pensé, estando recostada en el sofá de la sala, contemplando la fotografía de mi madre.
—Te extraño tanto mamá — dije. Lagrimas empezaron a brotar de mis ojos y un gran nudo se formo en mi garganta. Estuve sin moverme, llorando en silencio por varios minutos, hasta que mi celular sonó. Era mi mejor amiga.
—¿B-bueno? — dije limpiándome las lagrimas y tragando saliva para que las palabras salieran de mi boca.
—Vanessa. Escucha con atención lo que te voy a decir — dijo mi mejor amiga con la voz quebrada. —Mi mamá murió — agrego.
Nos quedamos en silencio. Vi mi reloj y mi corazón empezó a latir con rapidez, mi cuerpo estaba temblando y un sudor frió recorrió mi espalda. Habían pasado exactamente 5 minutos desde que cumplí 16 años.
—N-no puede ser — dije con sorpresa y miedo. — Sara l-lo... lo lamento — proseguí.
—¿¿EN SERIO?? — grito Sara.
Me quede callada, mientras la escuchaba llorar desde el otro lado del teléfono. Tenia mucha vergüenza y tristeza, Sara ha sido mi mejor amiga desde hace 10 años y ahora... por mi culpa, su madre había muerto. Al igual que la mía hace 4 años.
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