La dama negra apareció antes de que Asher pudiera reaccionar. Las espadas chocaron y el chillido alertó a los demás. Dio dos pasos hacia atrás. Clavó su mirada en la extraña mujer. Una armadura cubría su cuerpo y el yelmo negro tapaba su rostro.
Asher afiló la mirada y notó que los claros ojos de la mujer estaban puestos en los suyos. Se mordió el labio inferior con rabia y sintió el amargo sabor de su sangre. La dama negra dio un paso hacia delante.
Lo obligó a responder.
Asher alzó su espada y detuvo el ataque sin mucha dificultad. Desvió la mirada por sobre su hombro, estaba a pocos pasos del gran precipicio. Tragó saliva.
No podía distraerse.
La dama negra volvió a atacar. Asher esquivó el filo y le pateó la pierna.
La mujer cayó al suelo. Asher se acercó e intentó clavar la punta de su espada en el cuerpo, pero la armadura le impidió herirla. Soltó una maldición. La dama negra se puso de pie con dificultad. Cuando Asher atacó, la mujer lo esquivó y utilizó el mango de su espada para golpearle la espalda.
Perdió el equilibrio y cayó de frente. Con la impotencia reflejada en su rostro, utilizó sus brazos para enderezarse. La extraña intentó golpearle la cabeza, pero él fue más ágil. Esquivó su espada y se puso de pie. El dolor se extendió por su cuerpo.
Desvió la mirada hacía su derecha y divisó a Agnes. El Palacio de Muscardia estaba demasiado lejos.
Comenzó a correr hacia ella.
La dama se interpuso en su camino.
Asher apretó el mango de su espada con fuerza y los filos volvieron a chocar. Esta vez, la mano de Asher comenzó a temblar. La fuerza que esa mujer estaba ejerciendo era descomunal. Utilizó la otra mano para darse apoyo. El impulso de ambos los obligó a dar varios pasos hacia atrás.
Asher soltó un suspiro.
- ¿Quién diablos eres? –
La dama negra no respondió, simplemente volvió a ponerse en posición de ataque. Asher sonrió con soberbia. Así son las cosas, pensó para sus adentros.
Escupió a un costado y se posicionó. La mujer avanzó y las hojas volvieron a chillar. Los choques fueron uno detrás del otro. Asher movió sus brazos hacia arriba, hacia abajo. Sus pies se desplazaron con velocidad.
Pero había algo diferentes en aquella pelea. Había comenzado a sudar. La dama negra balanceó su peso hacia la izquierda y utilizó todas sus fuerzas para golpearlo. Asher detuvo el filo a tiempo, pero el impacto lo arrojó al suelo. Su arma voló a varios metros de su cuerpo.
Sin poder creerlo, intentó gatear hasta ella, pero la mujer pisó su cabeza. El sabor de la tierra hizo que Asher comenzara a toser.
De alguna manera logró girarse. Pudo contemplar la gélida mirada de esa mujer.
La dama alzó su espada y apuntó el filo a su cuello.
- ¡Asher! – Oyó la voz de Agnes.
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