shoara Blue Shoara

Taehyung estaba cansado de estudiar tanto para sus exámenes finales, fue a por un café, y cuando volvió... sus cosas habían desaparecido. Lo único que había era una hoja con un numero de referencia de un libro de la biblioteca.


Fanfiction Bandas/Cantantes Sólo para mayores de 18.

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Ratas de biblioteca

El muchacho se quitó las gafas y se presionó el puente de la nariz por unos segundos antes de frotarse los ojos y ladear el cuello causando que sus vertebras chasquearan. Se levantó de la silla y se estiró todo lo largo que era. Sentía el cuerpo entumecido, por lo que colocó sus apuntes y los libros en la mesa y se decidió ir a dar un paseo hasta la cafetería del otro lado de la calle de su universidad para tomar un poco el aire y despejarse de sus exámenes finales.


Llevaba horas en la biblioteca, estudiando sin descanso, ya que se jugaba todo el curso en esos exámenes. Tras pedir un café bien cargado para llevar y algo de comer, volvió hacia la universidad, entrando de nuevo a la biblioteca para volver a ocupar su silla.


Al llegar a su puesto, grande fue su sorpresa al descubrir que sus cosas no estaban. En su lugar había una nota donde había un número de referencia.


Si su memoria no fallaba, ese número pertenecía a una sección poco visitada de la biblioteca ya que la titulación de la cual era parte, estaba extinta desde hacía un par de años. Razón por la que modificaron la organización del lugar para tener más a mano los libros más solicitados, dejando otros en la parte más solitaria y lóbrega del edificio.


Caminaba por los pasillos cada vez más oscuros y solitarios, repletos de estanterías con libros viejos y desgastados, tan usados por otras generaciones y tan olvidados por las que ocupaban actualmente la universidad.


Las luces parpadeaban dando al lugar un aspecto más macabro aún y ni los ruidos extraños que se escuchaban, ni la mente tan sugestionada del chico ayudaban a tranquilizar al corazón de Taehyung que latía medio desbocado. Realmente si no fuera porque necesitaba sus cosas, hubiera dado media vuelta y hubiese salido corriendo para refugiarse en los brazos de su mami. Claro… eso en el caso de que su mami estuviera en Seúl, pero no era así. Su mami estaba en Daegu.


El lugar cada vez era más oscuro y Taehyung apenas veía los números que etiquetaban las estanterías. Se quedó de pie frente a una, ya que las letras y los primeros números coincidían con los de su nota, esa que sujetaba con manos temblorosas. Hizo amago de ir a sacar su móvil para encender la linterna y así poder ver algo más, pero no llegó a hacer nada ya que de repente sintió como si hubiese sido arrollado por un tren de mercancías cargado hasta los topes de acero.


Su cuerpo se estrelló contra la pared que tenía frente a él haciéndole gemir de dolor. Gemido que amplió al sentir sus manos ser sujetadas con lo que parecía ser una tela de raso o similar dejándolo inmovilizado. Quien quiera que fuese el que acababa de atarle, le quitó la corbata del uniforme y se la puso como una mordaza en la boca para evitar que gritara, pero en la mente de Taehyung apareció la vocecilla de su conciencia (esa que rara vez aparecía) que con tono irónico le decía que “como demonios iban a escucharle gritar si estaba en el único sitio del mundo donde es más fácil encontrar un libro de valor incalculable que a alguien paseando por esa sección” y para desgracia del pobre muchacho, tuvo que darle la razón.


Volvió a sus sentidos cuando unas manos se posaron en el cierre de su pantalón, abriéndolo con rapidez como si lo hubiesen hecho millones de veces y colando una de ellas por la abertura que se había formado entre los trozos de la tela, haciéndole gemir cuando los dedos ajenos rozaron su ¿erección? ¡Espera un momento! ¿Cuándo demonios se había puesto duro? El chico ni siquiera fue consciente de ello, solo podía gemir ahogando sus sonidos en la corbata cuando esa mano, que parecía ser experta, comenzó a recorrer su miembro, el cual sentía libre y tampoco se había dado cuenta de cuando había sucedido eso.


Los dedos cubrían toda su extensión, recorriéndola con movimientos ascendentes y descendentes, presionando de vez en cuando y en sitios estratégicos, lo cual hacía que Taehyung se excitara más. Aún no había visto a la persona que hacía eso, puesto que la oscuridad y el hecho de que estaba situada a su espalda y que Tae solo veía la pared contra la cual había chocado… dificultaban tan siquiera la hipótesis sobre quien podría ser la persona que estaba abusando (placenteramente, eso había que reconocerlo) de él.


Notó un pecho duro contra su espalda y una erección contra su trasero, restregándose con ganas. Su propio miembro dolía porque la masturbación estaba siendo lenta y él quería más. Finalmente quien sea que estuviera restregándose contra él, decidió dejar de masturbarle, pese a sus quejas ahogadas en la corbata, para deshacerse de sus pantalones y ropa interior los cuales aterrizaron en los tobillos. Si quisiera escapar no podría sin darse de morros contra el suelo, lo cual no sólo sería doloroso para su cara sino también para su pene, tan tieso como la verga mayor de un antiguo navío español. Mientras volvía a perderse en sus pensamientos, la persona había aprovechado para bajarse su propia ropa, haber sacado un botecito con lubricante para untarse los dedos y así, tras separar las piernas de Taehyung, introducir un dedo en su entrada, moviéndolo en simuladas embestidas, mientras el chico jadeaba e intentaba decir algo que por culpa de la tela de su boca no le dejaba vocalizar.


Mientras su ano era abusado por los largos dedos del desconocido, éste no dejaba de restregarse contra una de las nalgas del chico, notándola húmeda por la excitación del extraño. Cuando tres de sus dedos se movían con soltura en su interior, sacó éstos para poder echarse lubricante en su miembro y tras esparcirlo bien con su mano mientras se masturbaba para ponerse todo lo duro que fuera posible, se acercó al chico maniatado, separándole las piernas y pegándole una de las mejillas a la pared para mantenerlo sujeto mientras le penetraba conteniendo las ganas de follárselo duro.


Su miembro estaba comprimido de una manera tan placentera que le estaba hasta mareando. Se recobró en unos segundos, los mismos que Taehyung tardó en mover su cadera en busca de movimiento. Ambos gimieron de placer con la primera estocada, uno siendo ahogado con la corbata en su boca y el otro en el oído ajeno. Agarró la cadera de Taehyung y con fuerza comenzó a embestirle, una y otra vez, sintiendo como su miembro se abría paso entre sus paredes anales, las cuales se amoldaban a su grosor haciendo que cada roce fuera exquisito y les arrancara sonidos de placer a ambos, sin importar si alguien les escuchaba o no.


Sus bolas chocaban una y otra vez contra el trasero de Tae, produciendo un sonido obsceno y sordo, unido al húmedo que producían sus cuerpos llenos de sudor y lubricante con cada penetración, las cuales poco a poco se hacían más fuertes y profundas, al igual que el volumen de sus jadeos era cada vez más elevados. Los dedos estaban clavados en la cadera del chico poseído, lo cual estaba seguro que dejaría una colección de marcas, iguales a las que estaba dejando en su cuello.


Taehyung quería más, su miembro no paraba de moverse con cada embestida lo cual se le hacía doloroso ya que no podía tocarse como lo estaba deseando. Intentó soltarse de la tela que le tenía las manos sujetas, dándose cuenta de que ésta no estaba apretada, por lo que se acabó de desatar y tras quitarse la corbata empapada de saliva, llevó una de sus manos a su pene, comenzando a masturbarse con un ritmo igual de rápido a como el otro se lo estaba follando, dejando por fin escapar un jadeo a viva voz, lo cual hizo que el contrario le diera una estocada más fuerte y profunda y después de eso ralentizara el ritmo para obligarle a rogar por más, cosa que Taehyung no tardó en hacer, por lo que las embestidas volvieron a ser furiosas, lo que hizo que el sometido tuviese que poner una mano en la pared para poder sujetarse y no comerse el muro por la fuerza bruta que el otro ejercía contra él.


A estas embestidas, se le unió una lengua juguetona que no paraba de lamer y recorrer su cuello y el lóbulo de la oreja, haciendo que el placer aumentara hasta tal punto de hacerle flaquear las piernas, notando su cuerpo tenso y tan sensible que no tardaría en llegar al orgasmo.


El contrario pareció notarlo puesto que Taehyung apretaba su miembro haciéndole más difícil las embestidas, finalmente el chico al que le estaban follando, no pudo aguantar más y acabó corriéndose en la mano con la cual no había dejado de tocarse. Dió un gemido tan alto que bien pareció un pequeño grito a la vez que se comprimía aún más fuerte causando que el otro no aguantase más y se corriera dentro de él, sin dejar los embistes, vaciándose así en el interior del contrario, parando poco a poco cuando los orgasmos fueron alargados hasta el máximo.


Se derrumbaron contra la pared respirando como podían.


- Joder Namjoon… ¿no podemos hacerlo como las personas normales? – preguntó Taehyung cuando recupero el oxígeno necesario para poder hablar sin ahogarse.

- Vamos cariño… sabes que así es más excitante… y te encanta que te sorprenda… - se rió el mayor de ambos.

- Tienes un punto ahí… pero la próxima vez, procura que no sea tan tétrico… casi me cago de miedo cuando me acorralaste.

- De acuerdo… pero aquí nadie nos molesta… ¡Ouch! – se quejó por el golpe en el abdomen que recibió de su novio – Está bien, está bien… buscaré un lugar menos tétrico su majestad…

- Bien… y ahora… ¿no se le olvida algo señor Kim? – dijo Taehyung con voz juguetona.


Namjoon sólo sonrió y se acercó a los labios del menor los cuales besó con ganas.


Aún agradecía el día que se le ocurrió la idea de sorprender al menor cuando menos se lo esperase. Desde aquel día, habían conseguido los mejores orgasmos… y reforzar su relación.

19 de Mayo de 2020 a las 00:55 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

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Blue Shoara No soy buena escribiendo, ni plasmando en palabras todas las ideas que me ocupan la mente. Escribo como hobby, sin embargo, espero que quien lea mis historias, sepa valorar el tiempo que he ocupado para escribirlas y al menos espero que lo disfrute tanto como yo. Me gustaría que si lees mis historias, me dejes un comentario siendo sincera/o. Es la única manera de mejorar los fallos o cualquier cosa que se deba mejorar.

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