Entre el ajetreo citadino, se esconden momentos mágicos, aquellos capaces de apaciguar los humores putrefactos nacidos del estrés, para otros el toque final para enmarcar el momento perfecto, petricor se llama y embelesa los sentidos, es el arte de la naturaleza, de mostrar como algo tan común, la lluvia en fusión con la tierra, puede crear un aroma exquisito, quizás un aroma tan ansestral que nos recuerda nuestro pasado olvidado, al igual que nuestro futuro inevitable.

Cuenta una vieja leyenda, que en una noche cualquiera, cuando la luna brilla con fuerza y las calles se quedan en silencio, las almas de ciertos seres mágicos recorren las ciudades en busca de sueños. Sueños que recogen y guardan con esmero, para que un día, cuando la persona está preparada para afrontarlos, vuelven a entregárselos para que se hagan realidad. Por ello hay que creer en los sueños, pues tarde o temprano, con paciencia y trabajo, los sueños se hacen realidad.

Nadie entendía como de un año atrás al actual, la magia había decaído. ¿La magia nacía en los habitantes? Esa era la pregunta que muchos hacían, muchos se preguntaban si realmente de esa manera o había algo que el Reino les había ocultado. ... Fiorella la princesa del Reino Fiorella, fue rodeada por los pobladores, sus padres no decían nada y la joven chica era la única que podía dar respuestas, pero ¿de qué? ¿Ella realmente sabia lo sucedido? Ella solo quería tener su cuento de hadas.

El Reino de Fiorella, un Reino especial y mágico el único en el mundo. Ningún Reino se concibe la magia como sucede en Fiorella, los habitantes son felices, felices y mágicas. ¿Quién no es feliz teniendo magia? Todos. ... O eso se creía, pero nadie se preguntaba ¿de donde provenía la magia?

Y era como la primera vez, sentir de nuevo esa miel en los labios, esa ansiedad y fragilidad al mismo tiempo que recorría mi cuerpo, mis latidos se aceleraban, mis pupilas se dilataban de la emoción, no podía creer lo que estaba observando, sentía un nudo en la garganta que me impedía decir algo, ¿Me habrá visto? me pregunté, de pronto me detuve, me acomodé el cabello y grité...