AMOR EN TIEMPOS DE CUARENTENA Seguir blog

marcovalerio_04 Marco Valerio En tiempos de oscuridad amarga, solo queda esperar un hermoso rayo de luz que ilumine tu oscuridad y desesperación. 0 reseñas
Historia No Verificada

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OSCURIDAD EN EL APARTAMENTO

Era la típica mañana de siempre, nublada, triste y sin esperanza, tan solo unos cuantos rayos alumbraban esta horrible jugada de la vida.

Ahí estaba yo, solamente sentado viendo aquellas nubes oscuras, deseando que todo esto acabara, y así continuaba yo, se había vuelto rutinariamente lo mismo de cada día.

Mi aburrimiento llego a los limites, las series que veía se disminuían a cada paso, la música de siempre ya no me causaba ninguna felicidad, estar encerrado no era lo mío, yo soy un aventurero, libre, sin ataduras, solo quería salir, agarrar el auto y viajar de norte a sur, de este a oeste, pero vaya que podía yo hacer, toda fe disminuía a mi paso.

Era lo mismo de siempre, levantarme, limpiar, comer, limpiar, estar en el balcón cada mañana, cada tarde, cada noche.

Pero un día todo esto cambio, ahí estaba yo, en el balcón cuando de pronto un reflejo de luz ilumino aquella mañana triste y gris, ¡era lo más hermoso que había visto desde que estaba ahí encerrado!; eran unos ojos azules tan hermosos que iluminaban mi cielo, unas mejillas tan rojas que erizaban mi piel, y ahí estaba en aquel balcón justo en el edifico adjunto al mío, era la chica más hermosa que pude haber soñado, era la más hermosa que juraría que hasta soñaba despierto, ahí se encontraba mirando al horizonte gris y sombrío que acechaba este encierro.

¡Me quede perplejo!, ante tal belleza, hasta que en un abrir y cerrar de ojos rápidamente volteo a verme, me quede paralizado, cruzamos miradas, me quede idiotizado y ella solo respondió tal nerviosismo mío con una basta y tierna con una sonrisa.

Me gano mi miedo, ese miedo y timidez que me ha seguido por varios años, que simplemente no tuve valor y solo me oculte metiéndome a la habitación bajando aquellas persianas frías y blancas con las que me sentía a salvo

Pero en mi parálisis, no podía dejar de pensar en esos ojos que era el único sol que iluminaba esas nubes, pero en mi mente solo rondaban varias preguntas:

-¿De dónde salió aquella hermosa chica?, ¿Quién era?, ¿Por qué no la había visto mientras cada mañana estaba yo en aquel balcón?, en fin un mar de preguntas que no me daban respuestas.

Aquella noche fue la más larga de mi vida hasta ese momento, el insomnio se había apoderado de mí, daba vueltas en la cama sin parar, en mi cabeza solo estaba la imagen de aquella chica, de esos ojos azules, de esas mejillas, ¡era como un ángel!, pero, ¿y si ella no era real?

¡Pero que tonterías salían de mi boca!, así que, solamente me levante de la cama, fui hacia la cocina, serví un poco de agua, y me senté junto al comedor en una silla que justamente enfocaba a mi balcón.

Mientras bebía aquel vaso, no podía dejar de pensar en ella; pues era lo más bello y fuera de lo normal que había visto después de estar semanas aislado de todo.

Así que al terminar de beber, me decidí, y dije:

-¡Voy a hablarle!

Me fui a la cama, tratando de conciliar un poco el sueño para así poder madrugar y hacer mis cosas diarias para esperar, si así fuera en el balcón todo el día, con tal de hablar con aquella hermosa chica.

Amaneció, era un nuevo día, había una nueva motivación la cual rondaba en mi ser, me desperté justamente antes que la alarma, en mi cara ¡había una sonrisa extraordinaria!, que aunque no podía verla me hacía sentirla, me levante, hice mi cama, hice ejercicio, me duche, me afeite y me peine un poco, me vestí lo mejor que pude, me hice un café y ahí estaba yo en el balcón de aquel día anterior.

Pasaron los minutos, las horas, los cafés que hacia disminuían con el tiempo, era como si en aquel edificio, justamente en aquella ventana, no hubiera absolutamente nadie habitando.

¡Pero como!, me repetía una y otra vez, como podría estar sucediendo esto, era como si aquel hermoso ser de ojos color azul no existiera.

Mi mente se llenó de ansiedad, estrés, desesperación, pero me preguntaba solamente una cosa:

-¿Podre estar loco?

La locura era mi única respuesta, podría ser obvia, después de semanas aislado era razonable que mi mente actuara por voluntad propia.

Pero mi alma y mi corazón decían lo contrario, aquella chica hermosa que había visto, era real y no la había imaginado.

Estaba dispuesto a todo por saber mi verdad; la única verdad que desearía saber, era si aún había algo de cordura en mí y todo eso había sucedido, o simplemente me perdí para siempre en un mar de desesperación y soledad…

8 de Abril de 2020 a las 03:40 2 Reporte Insertar 1
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