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Warschauer Strasse



En alemán, Warschauer Strasse significa Calle Varsovia o, màs propia mente,  calle de Varsovia. 


Cada generación tiene su propia representación del tiempo, del espacio. Warschauer Strasse es una calle y también una estación de Metro. Estamos al lado del rio Spree. Y aquí está el tramo de Muro más largo que queda en la ciudad. Warschauer Strasse estaba en el sector soviético. Pero sólo unos centenares de metros nos separan del otro lado. Era un limes, una frontera, un enjambre de alambre de espino y desconfianza en las dos orillas de un mismo río. 


En los viajes con frecuencia lo más memorable nos sucede de manera inesperada. Era un mes de noviembre, estaba hospedado en un hotel de bajo coste en Kurfürsterdamm, o simplemente Ku'damm, como abrevian los berlineses.   


El Kurfürst  era el Príncipe Elector, una de las siete personas que elegían al Emperador del Sacro Imperio Germánico . El Reich, para los alemanes, el Primer Reich en la serie histórica.  Para hacerlo más comprensible, este Colegio Electoral fué el que eligió a nuestro Carlos I Emperador alemán. El Sacro Imperio Romano Germánico, que duraría casi un milenio, fué en su último tramo conocido como Austria-Hungría. El Margrave (Jefe de Marca, de frontera) de Brandenburgo era uno de esos siete exclusivos miembros del Colegio Electoral. Y en cuanto a la condición fronteriza de Brandenburgo, la región que rodea Berlín, insistimos de nuevo que estamos en una zona en la que se encuentran y miden fuerzas los mundos eslavo y germánico. 


Nos permitimos estas disgresiones porque amamos la historia, amamos las piedras viejas e intentamos llevar un poco de entretenimiento al lector. 


Ku'damm era y es un eje importante en Berlín. Es una zona comercial vibrante, otro de los lugares, como la Alexanderplatz, en las que el tránsito humano es continuo y masivo. En la época de la división de la ciudad, desde el aeropuerto de Tegel, en el sector francés,un autobús te dejaba (te sigue dejando, de hecho)  junto al Zoo, en una esquina del gran eje e Ku'damm. Estabas en Berlín Oeste, el mundo libre según el mantra de la Guerra Fria. 


No estamos muy lejos de la línea de demarcación y separación. En Breitscheidplatz, una plaza junto a la gran avenida que es Kurfürstendamm  está la Iglesia conmmemorativa del Káiser Guillermo I(Gedächniskirche). Barrida a cañonazos por los aliados al final de la Segunda Guerra Mundial, se decidió dejarla en estado de ruina, salvo algún pequeño retoque, como memorial. 



Creo que contemplar lo que queda de éste edificio es una de las mejores lecciones de historia y civismo que se puede dar a las nuevas generaciones : Mirad, contemplad qué es lo que acarrea la Guerra, cuales son sus consecuencias. 


Ku'damm se convirtió en un gran escaparate ideológico. Plagado de tiendas, de grandes almacenes, de luces publicitarias brillantes y tentado rasa,    era un muestrario ideológico, una representación  de en qué consistía el mundo occidental, "libre" a los ojos de los otros alemanes, los que qurdaron en el Bloque Oriental. 


Conviene recordar que los sectores francés, americano y británico estaban separados por centenares de kilómetros de la República Federal. Éste puñado de distritos de una ciudad machacada, arrasada hasta los cimientos, eran un islote en la Alemania Comunista (DDR), servida por un puente aéreo que proporcionaba a ésta fracción de la ciudad todo lo que necesitaba. Resulta claustrofóbico pensar en las personas que vivían en éste lado, rígidamente controlado por un sistema de pasaportes y permisos implacable. 


El tren de la línea U1 de Metro de la BVG (Berliner Verkerhbetriebe)  el consorcio de transporte público de Berlín te lleva de Kurfürstendamm a Warschauer Strasse, o viceversa, en 19 minutos. Ese trayecto no es un trayecto cualquiera. No recuerdo con exactitud cuanto dura el tramo subterráneo del viaje.  Sí recuerdo que en cuanto salimos a la superfucie el "Zug" (tren, en alemán) circulaba en paralelo al Spree y que según giraras la cabeza de un lado a otro eran perfectamente distinguibles los edificios, los barrios de los lados este y oeste de la ciudad. 


En casi todos los espacios públicos, en las líneas férreas de cada gran ciudad se ven mensajes, grafittis, expresiones anónimas de pensamientos o estados de ánimo escritos sobre ladrillo Rojo o paredes desconchadas. Aquí, sobre una inconfundible pátina entre gris y post-industrial, entre numerosos edificios necesitados de mantenimiento desde hace décadas esos mensajes se multiplican. 



El tren gira pesadamente hacia la orilla del Spree y lo supera por un puente, por un paso elevado que cruje bajo su peso . Avanzamos unos centenares de metros. Estamos en Warschauer Strasse. Esto era un punto avanzado de una civilización hoy derrotada. Durante décadas una Estrella Roja de cinco puntas desafiaba desde aquí a todo lo que comenzaba en la otra orilla del río. 


Esta fué la querella de ayer. Hoy, si miramos desde el mismo punto tenemos Kreuzberg, que alberga a más de medio de turcos. Este barrio es una muestra de la gran fábrica social que es esta ciudad, que absorbe y transforma todo. 


Warschauer Strasse pertenece al distrito de Friedrichshain. Estamos en el genuino Berlín Este, el Far East, el lugar en el que cabe todo el mundo. Punkies de setenta y de veinte años, gente de todos los colores vestidos de cuero para soportar el frío,  asiáticos, ciudadanos de todo el mundo, pobres llegados de Bombay, Kabul o Lima,  los hijos de todas las leches. 


Para darse cuenta de la vergüenza que supuso el Muro (Die Berliner  Mauer) basta con acercarse a él y ver el feísmo, la cutrez y la celeridad con la que se le levantó. Construido en agosto de 196i para evitar la fuga masiva de ciudadanos de la Alemania Democrática socialista hacia el otro lado, hartos de la escasez y la represión del estalinismo, es doblemente obsceno por su fealdad estética y por la función para la que se creó : separar personas, evitar el libre tránsito de ideas y gente. Tres metros de altura de hormigón y cemento para mantener separados los rebaños, las ovejas bien contadas y controladas en cada lado. 


Berlín ha sabido sacar ventaja de lo que fué su yugo. Estos casi dos kilómetros de Muro atraen a millares de turistas de todo el Mundo. El flujo de personas por la East Side Gallery, la colección de graffitis, pinturas y pensamientos escritos sobre el hormigón es constantemente. Y estos paseantes  vienen de todos los lados. La convivencia y la pluralidad han ganado a la prohición y al "Diktat" de un pensamiento único, impuesto. El Muro cayó en noviembre de 1989.  Un clamor de Libertad recorrió toda Europa. 


Cuando llego hasta aquí me gusta apurar el paseo y regresar al centro de la ciudad desde la Ostkreuz (Cruz este), un gran nudo ferroviario en el  se divisa gran parte de esta esquina de la ciudad. Los espacios enormes, los solares vacíos, los edificios por reconstruir, las naves vacías o semiderruidas . La ciudad conserva sus cicatrizes, pero su encanto y vibración no terminan nunca. 




20 de Septiembre de 2018 a las 00:02 0 Reporte Insertar 2

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