sonrisas entre las sombras Seguir blog

javier-hernandez1532247445 Javier Hernandez sonrisas entre las sombras es una historia dentro del extraño lugar en el que Amber se encuentra, acompáñala en este camino lleno de secretos, verdades,suspenso, terror y muerte. siempre los hicieron creer que vivían de forma normal, hasta que... 0 reseñas
Historia No Verificada

#secrets #sonrisas #256
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capitulo II: Diego

Capítulo II: Diego.

-Ahí lo tienes Diego, como nueva, pronto te recuperarás, debes tener más cuidado a la próxima, no queremos que tu sangre se ensucie y tu valor de caiga. ¿Entendido?

-si padre, por supuesto, tendré más cuidado a la próxima.

Diego se encontraba en el cuarto de juegos y si que era un cuarto muy grande y bello, cualquier juguete que se te viniera a la mente lo ibas a poder encontrar ahí, era el mejor lugar del mundo entero, era como estar en el paraíso para los niños, a dónde sea que voltearas había juegos, columpios, sube y bajas, de todo.

A lado de Diego se encontraba uno de sus padres el cual le tenía mucho afecto hacia Diego, pues por alguna razón el había desarrollado un afecto hacia el, lo más seguro es porque era el niño menos querido de ahí, pues sus demás padres dudaban se pureza, decían que era un niño con un diferente destino, un destino mucho mejor si hablamos del otro que tienen los demás… el que le podría tocar a Diego sería mejor pues el iría para trabajador si al final su sangre no resulta ser pura. Gracias a la duda y desprecio que alguno de sus padres le tenían muchos niños lo despreciaban por igual, nadie se le acercaba a el al saber que no era cien porciento puro, cuando los niños se daban cuenta de ello nacía un desprecio y odio hacia el, eso obligaba a Diego a jugar todos los días solo con la pelota, no habría día alguno en que los niños no se burlaran de el, todos los días lo hacían llorar rompiendo cada día más una fibra de sensibilidad en el, pero por su puesto gracias a Efesto, su padre, no colapsaba por completo en la depresión pues Efesto siempre lo animaba, lo hacía sonreír y le regalaba cosas, de todos los padres que Diego tiene, se sentía más atraído y querido por Efesto.

-bueno, Diego , ve a tu habitación. Sabes, se que los niños aquí te molestan, pero pronto encontrarás a un amigo

- yo ya encontré a un amigo Efesto, nos vemos, te quiero padre.

Al momento en el que Diego abandonó el cuarto se acercó una mujer muy bella con unos bellos ojos azules, sin embargo, en su rostro se plasma enojo y odio, al acercarse a Efesto le dijo:

-Efesto, sabes bien que no podemos sentir ningún tipo te afecto hacia los niños, está estrictamente prohibido y lo sabes, sabes que las consecuencias pueden ser terribles, así que por tu bien y el del niño, deja de darle un trato distinto a los demás

-lo se, pero no estoy sintiendo ningún tipo de afecto hacia el, es solo que si todos los días ese niño sufre, toda esa tristeza y rencor podría dominarlo por completo haciendo que todo su valor y pureza se pudra, solo lo hago por el bien de nosotros, cada niño aquí cuenta y mucho, un solo niño podría salvarnos a todos.

-espero y lo que dices sea cierto.

(3 días después)

A lo lejos se escucha una niña gritando con mucho enojo, exigiendo con mucho enojo que le devolvieran su diario, Diego al escuchar esto se acercó para ver qué estaba sucediendo, al llegar observó que había una niña realmente linda con un listón rojo en su cabeza que combinaba con el mismo color rojo de su cabello. Diego vio como 3 niños estaban alrededor de ella molestándola y queriendo robar su diario así que Diego decidió tomar un palo de madera que ese encontraba a escasos metros de el tirado en el suelo y sin pensarlo dos veces corrió a golpear al niño con el palo, dándole directamente en la cabeza provocando un herida en el niño haciendo que sangrara mucho, los otros dos niños se asustaron y dejaron caer el diario de esa pequeña niña, Diego vio a la niña y le dijo que debían correr o estarían en grabes problemas, así que corrieron lo más rápido posible saliendo de la habitación en la que se encontraban, al momento en el que estaban corriendo Diego le dijo que lo siguiera que tenía un escondite especial. Aquí es; no era más que una pared con una grieta en medio.

-aquí, entra, detrás de esta grieta hay un pequeño cuarto al que nadie entra, está abandonado, aquí nunca nos encontrarán.

Procedieron a entrar a esa pequeña habitación escondida, era una habitación muy pequeña llena de viejos libros y artesanías llenas de polvo y telarañas. No hay mucho que decir de la habitación, solo es un cuarto abandonado

-(nervioso) hola mi nombre es Diego, no suelo traer personas aquí, este… me gusta mucho el pollo que sirven en la cafetería y me encanta jugar con la pelota

-…

No hablas mucho eh.

-…

-¿Cómo te llamas?

-…

-Me gusta ese listón tuyo, es lindo

-me llamo Amber

-wow, Amber, muy lindo nombre

Amber empezó a conocer la habitación, estaba volteando a ver cada rincón que está tenía, tocaba y veía las viejas artesanías que había, al igual que veía los libro que se encontraban. En lo que caminaba por accidente piso un viejo libro lleno de polvo y telarañas, el título del libro era: “el arte de la cocción pura”. Eso le llamo mucho la atención a Amber, por lo cual se agachó para tomar el libro y leerlo un poco, pues había despertado su curiosidad, al momento de tomarlo Diego le dice que no lo tomase, pues podría haber una araña dentro, una picadura de una de esas pequeñas y estarás muerto, pero a Amber no le importó y tomo el libro, procedió a abrirlo lentamente, ella estaba pensando qué tal vez en ese libro podría encontrar las respuestas a muchas de sus preguntas por el título que llevaba el mismo libro, lamentablemente al abrirlo se llevó una decepción, pues todas las hojas de libro habían sido arrancadas.

-pues, Amber, podemos salir y jugar un poco si gustas

-claro me parece bien.

A los pocos días Amber y Diego se volvieron mejores amigos, pues los dos no tenían a nadie, siempre estaban solos, en ellos nació una gran amistad, pasando por momentos realmente alegres y llenos de travesuras que se le ocurrían a Diego, era raro no ver a Diego y Amber en la sala de castigo, les gustaba mucho meterse en problemas, pero claro, Amber siempre mostró esa ambición por el conocimiento, siempre quería saber más y mas.

-oye Amber

-dime, Diego

-me gustaría presentarte a uno de mis padres, el mejor a decir verdad, el siempre a estado ahí conmigo en las buenas y en las malas

-no me digas que enserio tú te crees eso Diego

-¿Qué cosa?

-que ellos son nuestros padres, de verdad crees eso

-pues si ellos no son nuestros padres… ¿Entonces de donde venimos?

-no lo sé Diego, pero hay algo aquí que no me agrada, siento que todo esto es falso, siento que estamos viviendo dentro de una mentira, ¿No se te hace raro que no podamos salir?, es claro que hay algo mal aquí, presiento que hemos estado viviendo una mentira todas nuestras vidas, es como si nos quisieran hacer creer que todo esto es normal.

-no lo sé Amber, yo solo sé que soy feliz a tu lado y a lado de Efesto, siempre que ustedes estén conmigo, jamás tendré ningún inconveniente

-¿Efesto?

-mi “padre”

-(bostezo) que sueño tengo, creo ya miré a dormir Amber, nos vemos mañana, cuídate

Diego se dirigió a las regaderas para poder tomar un baño, antes de entrar a ducharse vio una pequeña navaja para rasurar que se encontraba en el baño, era una muy pequeña, al tomarla se cortó muy frágil mente, provocando que un pedacito de piel se levantará por de lado de la uña, no era nada grave, solo era la capa superior de la piel levantada un poco, sin embargo no aguanto y decidió jalarla un poco, al momento de jalarla se llevó más piel consigo haciendo que la herida se extendiera hasta la mitad del pulgar, justo donde podemos hacer el dobles del dedo, al momento en que la jalo se lastimo pues empezó a brotar mucha sangre de su dedo pulgar, sin mencionar el ardor que este le estaba provocando a Diego, era un ardor increíble sin embargo Diego no mostró ningún aspecto de dolor, solo veía como la sangre caía por todo el fregadero, haciendo que el agua tornara en un color rojo, simplemente se metió a bañar y al salir tomo un cuadro de papel y la puso sobre su dedo tapando la herida.

-aaaah, que cansancio, y olvide hacer la tarea por estar con Amber, Amber… siempre que la veo siento algo dentro de mi que me vuelve muy estúpido <¿Serán sus ojos?> Si… tal vez sea eso, creo que… creo que me g-gusta, pero... qué cosas estás diciendo Diego, no te puede gustar, es tu hermana, aún que…

(Actualidad)

-Bueno niños, hora de levantarse, sé que durmieron muy poco, si es que algunos lo hicieron, pero ya es hora, los llevaremos a conocer su propósito detrás de la puerta roja inferior así que formen una línea del más chico al más grande y esperen mis instrucciones.

Diego era un niño muy alto, era el más alto de entre todos sus hermanos, así que el solo se puso hasta atrás y espero a que los demás se acomodaran, solo veía como todos los niños estaban emocionados, en sus rostros se plasmada un rostro de alegría y felicidad, en sus ojos por fin se reflejaba un propósito, pues siempre estudiaban, pero jamás sabían porque lo hacían hasta ahora, pues su verdadero propósito como lo dijo su padre está detrás de esas puertas.

Los niños por fin terminaron en ponerse de acuerdo y esperaron la señal de su padre, El ahí estaba viéndolos a todos con seriedad, creaba un poco de tensión ante los niños, pues su mirada era fría, como si estuviera tratando con soldados, no con niños.

-síganme y no se queden atrás

Todos comenzaron a seguir a su padre, caminando por los amplios pasillos de su hogar, con un diseño muy peculiar, los pasillos estaban llenos de grandes relojes alrededor, las paredes con un color rojo y rayas moradas…. Y… la alfombra gris, esa alfombra que todos los niños aman pues es muy esponjosa, es como caminar sobre las nubes. Conforme seguían avanzando tenían que bajar por esas escaleras que todos odiaban, y más Amber, pues para llegar a su dormitorio debe pasar por ahí todos los días. La razón por la que los niños las odian es porque son realmente grandes y con un diseño curvado, con demasiados escalones y sin mencionar esa madera pulida que puede hacer que resbales fácilmente.

Al pasar a lado de el cuarto de Amber, Diego saco la carta que había escrito y con mucho cuidado salió de la fila, pues su padre era muy estricto, no quería que lo regañaran y lo sacaron de la expedición, así que cuidadosamente salió de la fila y puso la carta por debajo de la puerta, la puerta era muy alta, dejaba un pequeño hueco lo suficientemente grande para que la hoja deslizara al otro lado, una vez que Diego deslizo la carta volvió rápidamente a su posición.

Al llegar a la puerta llegaron más padres y madres colocándose alrededor con una pequeña jeringa y un vaso con una especie de agua, pero ésta se veía más densa, era algo más…

A continuación, uno de sus padres comenzó a abrir la puerta roja, no tenía mucha ciencia, solo era quitar el candado con la llave. Los niños comenzaron a entrar uno por uno, Diego era el último así que debía esperar, sin embargo, moría de la curiosidad, era el último y ya no podía aguantar esperar tanto, comenzaba a ponerse un poco inquieto, comenzó a gritar que se dieran prisa, que no es tan difícil entrar, sin embargo, lo dijo riendo, el plasmaba mucha felicidad en ese momento, con tan solo ver esa gran sonrisa y esos ojos llenos de ilusión era suficiente.

Por fin, el turno de Diego llegó.

-niño, te pondremos una pequeña inyección antes de entrar, es por tu bien

<Inyección, enserio, es lo que más odio, no lo puedo creer, bueno, no será tan malo, solo es un piquete, cálmate, ¡CALMATE!>.

-Esta bien.

Diego se subió la manga de su brazo para que su madre le pudiera proceder a inyectarlo, su madre tomo la jeringa y el brazo de Diego, después con mucho cuidado procedió a insertar la jeringa dentro del cuerpo de Diego y comenzó a sacar sangre del mismo. Diego estaba gritando por dentro, pero no quería llorar frente a sus ídolos (padres y madres) y contuvo todo su dolor dentro de él; una vez que la jeringa estaba llena la madre procedió a verterla en un recipiente lleno de esa extraña agua, la sangre dentro de ella comenzó a tomar un color oscuro, el color al que torno era negro total, todo el contenedor se puso de ese color.

-(susurrando con la madre) este niño no es como los demás, el debe ir a la puerta superior, no es puro

-sígueme niño, tu irás a otro lado

-¿p-p-pero por que?, Llevo mucho tiempo esperando esto, por favor déjenme entrar, ¿qué hay allá atrás, necesito ver?

-no te pongas necio.

Diego no soporto la idea de no entrar así que corrió hacia la puerta con toda su velocidad para poder cruzarla y poder observar que había más allá, quería contarle todo a Amber sobre ese cuarto, pero su padre lo tomo de la camisa antes de que pusiera un pie dentro y lo golpeó directo en la quijada dejándolo inconsciente al instante, Diego no tuvo ni tiempo de sentir el golpe. La madre cargo a Diego inconsciente y se dirigió a llevarlo a la puerta superior a donde el pertenecia.

-no te preocupes hijo, algún día volverás a bajar y trabajarás para nosotros, muchos hablaban de ti, todos sabíamos que debías ir arriba, pero Efesto siempre insistió, al parecer el si se encariño de ti por más que lo negaba, pues una vez allá arriba desearas estar muerto, pero no te preocupes, Efesto te acompañara algún día si sigue haciendo estupideces. 

4 de Agosto de 2018 a las 09:00 0 Reporte Insertar 0
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capitulo I : Amber

(EL CAPITULO II YA SE ENCUENTRA COMPLETO)

Bueno, niños, les presento a su nueva compañera, su nombre es Amber y a sido trasladada a este salón que está un piso más abajo… Amber por favor pasa al frente y preséntate.

-hola, mi nombre como ya lo saben es Amber, tengo 8 años y me gusta mucho jugar con la pelota, reír y pasar un buen rato con mis amigos, pero más que nada lo que más me gusta es jugar.

...Oh, almenos eso les dije, si que es verdad que me gusta jugar con la pelota y reír como todo niño, pero también me encanta estudiar. En mi antiguo salón que está un piso más arriba siempre me copiaban mís tareas, pues tan solo a mis 8 años ya puedo realizar ecuaciones trigonometrícas y me aprendí al derecho y al revés la tabla de los elementos quimicos entre otras cosas.

(Suena timbre de salida)

-Bueno niños, todos síganme para llevarlos a sus dormitorios. Amber quédate cercas de mi, se te asignará un nuevo dormitorio

-esta bien maestra.

-me gusta mucho ese listón rojo que llevas en la cabeza y tus botas amarillas, Amber, con tan solo ver la manera en la que visites me doy cuenta que eres pura, claro, sin mencionar esos lindos ojos azules, tu cabello pelirrojo, tu piel clara y tus cachetes sonrojados, eres… una niña muy linda. (Entre risas) pero lo que si no me gusta es tu abrigo rojo, después te regalaré uno nuevo.

Amber puso atención a lo que su maestra le estaba diciendo, sin embargo cuando la maestra le dijo: “eres pura”. En ese momento Amber se puso a pensar y a preguntarse a sí misma a que se refería con “pura” ya que no era la primera vez que lo escuchaba y no fue por que ya se lo habían dicho antes, si no por que en su salón anterior el profesor decía lo mismo, pero a todos los niños.

-(entre nervios le pregunta) maestra… ¿A qué se refieren con pura?

-eres una niña aún Amber, no lograrás entenderlo, ahora entra a tu habitación, es justo esta

Era una habitación un poco chica con una cama, un baño y un ropero, sin embargo la madera vieja y el viejo color de las paredes y ese extraño edor daba un mal entorno en la habitación, al menos para un niño. Amber con miedo tuvo que aceptar la habitación, tenía miedo de que un monstruo viviera debajo de su cama o que un ente viviera en la habitación.

-gracias maestra.

-no hay de que Amber, nos vemos mañana en clases…

La maestra al salir de la habitación recuerda que debió decirle algo importante a Amber así que regresa.

-¡Amber!, Olvidé decirte que como ya sabes vivimos por pisos y los niños como tú no pueden bajar más, te digo esto por que la puerta que está aquí a lado de tu habitación da directamente con las áreas de trabajo, así que como ya sabes, se está estrictamente prohibido pasar por ahí, hagas lo que hagas no bajes y como ya sabes, tampoco puedes subir tres pisos mas arriba y abrir la puerta roja de ese piso. son áreas restringidas

-si maestra, entendido.

Amber empezó a preguntarse a si misma el por que no los dejaban subir ni bajar hasta cierto límite, Amber no era una niña como las demas, ella sentia que algo estaba pasando, algo les están escondiendo.

Amber dejo sus cosas a un lado de la cama y decide acostarse un rato, no fue un día pesada pero sí que estaba cansada, en lo único que pensaba es en comer un delicioso cono de nieve, esos que solo les dan una vez cada seis meses, ese delicioso sabor de vainilla con chispas de chocolate; de tan solo pensarlo se le hacía agua la boca. Pero… algo hacía que no pudiera pensar bien, tenía algo dentro de la cabeza que la estaba matando, y es que la maestra despertó la curiosidad de Amber al hablarle de esa puerta, su curiosidad era demasiado grande, y era de esperarse, es una niña, los niños siempre harán exactamente lo contrario a los que les digas y ni hablar de su curiosidad, siempre harán de todo por matar su curiosidad. Amber se levanta y salió de su habitación para poder observar es puerta, ella empezó a acercarse lentamente hacia la puerta que estába a lado de su habitación, la curiosidad cada vez era mas grande, surgía en ella ese sentimiento de adrenalina y exitacion, sabía que si habría esa puerta podía estar en graves problemas, ya que se está estrictamente bajar más. A tan solo 3 escasos metros una voz se escucha en el fondo “HEY”, Amber asustada voltea rápidamente y se da cuenta que era Diego, uno de sus mejores amigos el cual era 2 años mayor que ella, el contaba con 10 años sin embargo en tan solo 2 días cumpliría 11.

-hey, diego, ¿Qué haces aquí?

-solo salí a dar una vuelta, no podía dormir, ¿Y que hacías intentando abrir la puerta roja?

-(sorprendida)¿Conoces acerca de la puerta roja?

-pues claro tonta, a todos nos han hablado de ella y que nunca debemos abrirla por nada en el mundo.

- ¿y que más te han dicho?

- que ahí llevan a los niños malcriados que intentan abrirla y los descuartizan en mil pedazos para después poder comérselos

-(Amber muy asustada) no es verdad, estás jugando ¿Cierto?, Dime qué estás jugando, esto no es gracioso, duermo a lado.

-(entre risas) jajajaja claro que estoy jugando, nadie sabe nada acerca de esa puerta, solo nos han dicho lo mismo a todos, “no la habrán”.

-idiota, adiós, me iré a dormir.

-jajaja adiós Amber, nos vemos mañana para jugar un rato, yo también ya iré a mi cuarto antes de que nuestros padres se enojen

Diego al decir “padres” estaba dando referencia a sus profesores ya que ellos les han dicho que todos los niños que se encuentran ahí son sus hijos, sin embargo Amber era la única que le decía profesores y nunca los llamaba "padres".

-(susurrando y un poco molesta) ¿por que los llamamos papás?.

Amber se dirige a su cuarto, pero decide dejar la puerta entre abierta ya que lo que le había dicho Diego la había asustado y aún más por el dormitorio en el que se encontraba, se tomó un baño, se lavo los dientes y se puso la única pijama de una pieza con franjas azules y blancas que tenia, ya estaba lista para dormir, sin embargo había algo que no la dejaba dormir, en parte era la tonta historia de Diego, pero había algo más...

-es mejor que ya no le de importancia a eso, mañana sera otro día.

Amber desidio cerrar los ojos y descansar un rato, inevitablemente callo en un sueño profundo, callo tan rápido como si de una caída libre se tratase. Al día siguiente se levantó a las 8:00 AM como todos los días, sus profesores fueron por ella para llevarla a ella junto con otros niños al comedor donde recibirían su desayuno como es costumbre. La maestra de Amber llega a su dormitorio diciéndole que ya es tiempo de levantarse, que es un día nuevo y que la necesitan sana y fuerte. Amber con mucho sueño solo asienta con la cabeza y se dirige al comedor, el comedor no era muy grande, era suficiente para que encajaran todos los niños y como siempre antes de comer se le daba gracias a Estrato quien era el padre de todos, el creador de todo el lugar que conocen, el que descubrió la carne pura. A continuación una de las madres empezó a decir las gracias

-Estrato, gracias por todo lo que nos has brindado, gracias por enseñarnos la pureza de nuestros niños y gracias por darnos vida eterna.

Amber llegó y se sentó a lado de Diego el cual estaba muy feliz ya que en tan solo un día sería su cumpleaños y cumpliría 11 años, la emoción era tan grande por que el sabía que al cumplir los 11 años sus padres les daban un regalo de mucho valor, algo realmente excepcional, la alegría que sumergía a Diego era tan grande que logró contaminar a Amber con un poco de la misma.

-¡Amber!, en tan solo 1 día cumpliré 11 años, estoy tan emocionado, como ya sabes nos darán un regalo o nos dejarán escoger alguno, aún no se, ¡pero estoy realmente emocionado!

- y si te dan a escoger, ¿que escogerías Diego?

- No lo sé, tal vez… una pista de carreras con 2 carros increíblemente veloces, o un dinosaurio... AAAH estoy MUY EMOCIONADO.

-cuando yo cumpla mis 11 años, si me dejan escoger… me encantaría ver el exterior, siempre estamos aquí encerrados y solo nos hablan de como es allá afuera, pero nunca salimos

-pero a fuera no hay nada amber, lo único que escuche por allí es que hay estrellas

-¿estrellas?, ¿Qué es eso?

- ni idea, pero suena genial.

A todos los niños los tenían encerrados por alguna razón que aún es desconocida, por algo sus padres no querían que salieran o conocieran el exterior, Amber, Diego y los demás niños no tenían idea de lo que eran las estrellas, el sol, un centro comercial, los columpios o la lluvia.

Amber comenzó a pensar en la estrellas, a preguntarse que eran, “estrellas” suena genial ¿No?, Su curiosidad la mataba, pues claro, Amber es una niña muy inteligente y curiosa, haría lo posible por saber más y conocer más. En ese momento Amber acaba su desayuno y sin decir nada se desaparece de Diego ya que le tenía una sorpresa, corrió a su dormitorio, se encerró y empezó a buscar por debajo de su cama un pequeño listón e hilo rojo que le había robado a su maestra, empezó a coser una pequeña pulsera roja que le daría a Diego el día de mañana por su cumpleaños, Diego a estado siempre con Amber, han pasado días increíbles llenos de risas y juegos, no había día alguno que no salieran a jugar con la pelota o a hacerles travesuras a los padres, por ejemplo un día Diego tomo una de las tachuelas color rojo que estaban en el escritorio de uno de sus padres y la puso debajo de su cómoda silla negra, al momento en el que el padre se sentó se enterró la tachuela en el glúteo, Amber y Diego no podían parar de reír ese día, la mejor noticia es que nunca supieron quien fue el culpable.

(Alguien comienza a tocar la puerta de Amber) -¡Amber!

Amber se dirigió a la puerta se paró de puntas para alcanzar la manija, le dio vuelta y abrió la puerta, al abrirla se dio cuenta que era Diego con 2 conos de nieve en la mano, Amber no lo podía creer, pues es imposible tener dos conos de nieve ya que hace 2 semanas les habían dado y solo les dan uno cada seis meses.

-entra, Diego, ¿Cómo es que los conseguiste?

-eso no importa Amber, ten, come.

Wow, enserio que Diego me sorprendía a veces, tan solo con ver esa sonrisa de niño travieso que tiene, su cabello largo y su lentes, era claro que no se trata de un niño cualquiera. Amber al saber que Diego le había regalado un cono de nieve no se resistió y decidió darle la pulsera roja que ya había acabado, le dijo a Diego que cerrara los ojos, le dijo que no hiciese trampa pues tenía la mano puesta en los ojos, sin embargo había hecho un hueco donde se encuentran los ojos, Amber desesperada procedió a sacar debajo de su cama su pequeña caja de los secretos y saco la pulsera.

-¡Toma!, Feliz cumpleaños Diego.

-wow, está genial Amber, ¿tu tienes una igual?, Dime que sí, ambos tendremos estas pulseras rojas e iremos a ver las estrellas algún día, deberás, te lo prometo Amber, saldremos de aquí y no volveremos.

-(sonrojada) claro que sí Diego, todos los días sueño en irme de este basurero y conocer el mundo entero, esos cuentos de “puros” los odio y el hecho de no poder subir ni bajar, no poder descubrir que hay más allá en el lugar que vivimos me mata.

-algún día Amber, algún dia, oye debo irme, dijeron que hoy no habría clases para nadie y que todos los adultos por que ya mañana seré uno que nos fuéramos temprano a nuestros dormitorios.

-cumpliras 11 no 20 Diego

-jejeje por eso, ya no seré un niño

-(riendo) como digas, Diego.

Diego se dirigió a su dormitorio, a diferencia de Amber el compartía dormitorio con todos los niños que habían nacido el 23 de agosto del año 1923. Al entrar al dormitorio ve que todos sus hermanos están parados, pues al fondo había uno de sus padres esperándolos, era un hombre muy alto, tenía una cara de enojo y un cicatriz en el labio, en el labio inferior en la esquina izquierda para ser exactos, Diego sintió un miedo que lo empezó a invadir de la espina dorsal hasta sus pies, así que solo dijo:”hola, buenas tardes, lamento llegar tarde, estuve en el baños, me dolía el estómago”. Claro que era una excusa, pues venía de comer helado de con Amber, su padre solo le dijo que se callara y escuchará así que procedió a hablar.

-Bueno como ya saben mañana cumplirán 11 años, se les dará un recorrido más allá de la puerta roja, que conozcan un poco nuestro hogar, también se les entregaran unas pulseras con un número de serie, es importante que no las pierdan. Todos ajusten sus relojes, nos iremos a las 3:00 AM y por ultimo, ya nadie salga del dormitorio.

Wow, me llevarán a conocer la puerta roja, que emoción, no puedo esperar a ir y contárselo a Amber, pero no podré salir de aquí, deberé escribirle una carta avisándole, tendremos que cruzar por su dormitorio, cuando lleguemos ahí se la dejaré por debajo de su puerta. Si, eso haré.

Mientras tanto Amber estaba coloreando en su habitación, tomando el color rojo fuerte, pues es su color favorito, lo que ella estaba dibujando era una percepción suya de cómo sería el exterior, como es que ella se lo imaginaba, a veces escuchaba agua fluyendo del exterior así que ella imaginaba que eso debían ser los ríos que le han enseñado en clase, sin embargo la mala descripción que le daban en clase la hacían dudar.

La vela que tenía a lado se estaba consumiendo cada vez más, pues era una vela realmente grande. En el envase en el que yacía dentro ya estaba lleno de cera derretida, hirviendo. Amber se levantó de su asiento para buscar en su cajón un poco de color rojo, para ver si aún tenía un poco más guardado, mientras caminaba hacia el cajón rechinaba la vieja madera, al llegar al cajón no encontró nada, así que procedió a regresar a su escritorio, de regreso ya por llegar a su escritorio no se dio cuenta que un pedazo de madera estaba roto creando un pequeño bulto en el piso que provocó que tropezase, por instinto y reflejo estaba buscando algo en que agarrarse para no caer, pero fue inútil, su cabeza iba chocar justo con el recipiente que contenía la cera derretida, sin embargo logro poner las manos a tiempo, esas manos que callerón en el recipiente de cera hirviendo, Amber solo sintió como sus manos se quemaban, el dolor era inmenso, saco sus manos rápidamente, sin embargo la cera empezó a secarse en sus manos que habían tornado un color rojo, entre sus uñas habían pequeños bultos de sangre, Amber solamente grito muy fuerte y empezó a lagrimar bastante, estaba asustada, no podía abrir la puerta de su cuarto, sus manos estaban totalmente quemadas, pero por suerte uno de sus maestros entro al cuarto, la cargo y la llevo a un pequeño cuarto que tenían como enfermería. Coloco las manos de Amber en un recipiente lleno de alcohol, al momento en que las manos de Amber hicieron contacto con el alcohol no pudo evitar gritar y llorar más por el dolor, el dolor era demasiado, sentía como Miles de agujas penetrando sus pequeñas y delicadas manos ala vez.

-(llorando) ¡SE ME CAERÁ LA MANO!.

-No Amber, todo está bien, ya solo te pondré estás vendas. No puedes ir por ahí y hacerte daño de esta forma, eres importante para nosotros Amber, no queremos que tengas ningún solo rasguño, tu valor podría perderse. ¿Entiendes?.

-(llorando y agitada) ¿Valor?.

-fue solo una metáfora.

Su profesor comenzó a ponerle unas vendas blancas en ambas manos de Amber. Después cuando Amber se calmó un poco más la llevo a su habitación a que descansará, antes de irse le advirtió y le dijo que no se quitase esas vendas, en dos semanas volvería a ver la herida.

-Por fin, ¡POR FIN VERE QUE HAY MAS ALLAS DE ESA PUERTA!.

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22 de Julio de 2018 a las 08:51 1 Reporte Insertar 0
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