PINKY - El Caballito de mar Seguir blog

sarrabal Susana Arrabal Con Pinky un caballito de mar muy especial aprenderemos a reconocer las emociones. Cuentacuentos de las aventuras de Pinky y sus amigos en el fondo marino. registrado en safe creative Identificador 2006174447670 0 reseñas

#historias #caballito-de-mar #pinky
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El pulpo cantarín

Hacía días que el fondo marino estaba un poco agitado. Se celebraba la fiesta de San Marino. Una fiesta que reunía a todos los peces de la zona y había un sinfín de actividades.

Los peces más pequeños no tenían escuela, porque debían participar en todas las actividades que la Junta marina había organizado.

Éste era el primer año que Pinky participaba, aunque no tenía muy claro si lo podría hacer bien o no.

Había varias actividades programadas. Pinky se acercó al tablón donde estaban todas las actividades para decidir a cual se debía apuntar.

Iba con su amiga Nara, la medusa que brillaba en la oscuridad y tambien con Paco, un pulpo juguetón que era su vecino.

Paco tenía muy claro que se apuntaría al juego de cantar. En ese juego se debían aprender una canción en una hora y cantarla delante del público. Cada persona del público tendría una piedrecita de color y la metería en una botella de cristal si les había gustado la canción. Ganaría el cantante que tuviera más piedrecitas de colores en su botella.

Pinky intentó desanimar a Paco para que no cantara, lo hacía realmente mal, y todos se reirian de él. Cuando estaban en la escuela, Paco siempre cantaba y todos le gritaban para que se callara. Pinky no sabía como hacer para que Paco no cantara, porque era su amigo, y no le gustaba que nadie se riera de él.

De repente Pinky tuvo una idea y fué a buscar a otros pulpos para que la ayudaran en su tarea. Mientras, Paco se apuntó al concurso. Estaba muy contento y movía sus patas como si estuviera bailando.

Hubo otros peces que tambien se apuntaron a ese concurso de cantar, pero el que estaba más contento era Paco.

Nara se apuntó al concurso de comer placton, un conjunto de bacterias y algas muy ricas para los peces. Ella estaba siempre comiendo, así que pensó que era un concurso especial para ella.

Pinky con su crin rosa, iba de aquí para allà, buscando cada vez a más pulpos. Ahora había más de 50 pulpos con ella. Pinky se movía rápida, y aún no se había apuntado a ningún concurso.

Siguió buscando a ver si encontraba algo interesante, no queria cantar, tampoco el concurso de comida...Ya está, había un concurso de nadar. Ese sin duda era para él. Pinkie era el caballito más rápido.

Pinky se preparó para empezar a nadar. Había muchos peces en la línea de salida. Pinkie veía a lo lejos a Nara y Paco que la estaban animando. A Pinkie le gustaba tener amigos, porque siempre le acompañaban en tus actividades.

Tres, dos, uno ... YA.

La tortuga Emma cantó la salida y de repente todos los peces empezaron a nadar, muy muy rápidos. Pinkie iba en primer lugar, cuando apareció un pez de lunares, redondo. Era gordito pero nadaba muy rápido.

El secreto de este pez de lunares era que tenía unas aletas muy grandes, así que cada vez que se movía avanzaba mucho más rápido que Pinkie.

Estaban a punto de llegar a la meta, cuando el pez de lunares se enganchó en una red de pesca, ahí fué cuando Pinky le adelantó. Ya casi estaba llegando, pero mirando hacia atrás vió que el pez de lunares azules, seguía enganchado en la red, así que no lo pensó y volvió hacia atrás. Con su boca rompió un trocito de la red, y de esa forma el pez de lunares salió a toda prisa.

Pinky se quedó quieto, podía haber ganado, pero ahora el pez de lunares volvía a tener ventaja. Pinky siguió nadando pero no pudo alcanzar al pez de lunares. Lo vió entrar en la meta, mientras el público aplaudía y se sintió triste. A Pinky no le gustaba perder, pero se dió la vuelta porque estaba a punto de empezar el concurso de Nara.

Todos los peces estaban en una linea, delante tenían su placton, sonó un silvido de Otto, la orca más fuerte del fondo marino, y empezó el concurso.

Nara comía sin parar, pero había un pez globo que abría una boca tan y tan grande que en dos minutos se zampó toda la comida.

Nara se quedó con los ojos abiertos, no entendía que con todo lo que ella comía, la hubiera ganado un pez globo. Miró a Pinkie con cara triste, pero Pinky le dijo que debia sonreir, que era un juego, que no pasaba nada.

Nara se reunió con Pinky, porque le tocaba el turno a Paco. Era el último concurso y todos los peces estaban allí.

Paco ya sabía la canción que iba a cantar, la estaba ensayando hacía una hora.

Llegó el momento de cantar y Paco empezó a lanzar gritos, porque no sabía cantar. Cuando Pinky se dió cuenta, hizo una señal a todos los pulpos. Ellos empezaron a mover sus tentáculos, haciendo que el agua se moviera y alterara el sonido de la canción de Paco.

Uno de ellos lanzó tinta azul, otro roja, otro amarilla...

El agua se movía y los colores también, lo hacían a ritmo de los gritos que daba Paco. Con tanto movimiento los peces se fijaban más en los colores que en el sonido, y cuando por fin Paco acabó de cantar, todos empezaron a decir otra.. otra ...otra

Paco no se lo podía creer, estaba empezando a ser famoso, todos querían que cantara otra canción. Nunca había estado tan contento,. Cuando se acercó a Nara y Pinky, aún le duraba la sonrisa.


Y como en todos los concursos, llegó el momento de la entrega de premios.

En primer lugar le dieron el premio al pez globo, por ser el más glotón, ya que comió muchísimo.

En segundo lugar le dieron el premio a una sirena, por el concurso de cantar. Paco se quedó triste, porque pensaba que lo iba a ganar él, aunque en el fondo sabía que no era justo porque no sabía cantar tan bien como la sirena.

En tercer lugar le dieron el premio al pez de lunares por ser el más rápido.

Cuando el pez de lunares fué a recoger el premio llamó a Pinkie y dijo que el premio no debia ser para él porque Pinky lo habia ayudado a salir de una red, en la que se había enganchado. Pinky demostró que primero debía ayudar a otro pez antes de ganar un concurso.

El pez de lunares le dió el premio a Pinky.

Pinky sabía que el pez de lunares sería su nuevo amigo. Así que llamó a Nara y a Paco y decidió que el premio que tenía era para los cuatro (Pinky - Nara - Paco y el pez de lunares)

En el fondo marino saben que siempre hay que participar en los concursos, y que en ocasiones no se gana un premio, pero siempre siempre se ganan amigos.





10 de Junio de 2020 a las 00:01 0 Reporte Insertar 4
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Un gran descubrimiento

Hoy era un nuevo día en el fondo marino, estaba algo oscuro, porque en la superficie, había una gran tormenta. En los días de lluvia intensa, entraba muy poca luz y los peces tenían que nadar casi sin ver nada.

Estos días le gustaban mucho a Pinky, porque nadaba rápidamente en busca de medusas. Las medusas tienen una luz resplandeciente en su cuerpo.

Pinky fue a ver a Nara, una medusa que vivía en lo más profundo de la colonia. Pinky y Nara se conocieron en la escuela de peces. Coincidía que los dos al acabar las clases salían a toda prisa para buscar escondites y tesoros.

Nara vivía rodeada del resto de medusas de su colonia, en la zona más profunda y sin luz del fondo marino.

Pinky, tenía ganas de verte!! – dijo Nara entusiasmada, mi padre me ha explicado que hay un barco que se ha hundido por la tormenta – prosiguió.

Pues vamos – dijo Pinky animado, como siempre.

Las dos iban nadando, Pinky era rápido, pero sin luz se hacia complicado no perderse. Nara iba delante, alumbrando el camino, y le dijo a Pinky que se enganchara en una de sus ventosas. Pinky ahora iba mucho más rápido, su crin rosa, se movía a ritmo de las ondas marinas

A lo lejos se veía un velero hundido en el fondo marino, apoyado en un montículo de arena. La vela estaba rota y el mástil quebrado por la mitad.

Pinky se soltó de Nara y fue directa al interior del barco. ¿Qué era todo eso?? Pinky estaba emocionada, nunca había entrado en un barco. Recorrió la sala de mandos, el camarote y el baño, para ella eran instancias nuevas. Sentía que alguien la miraba, y por primera vez se sentía algo nervioso.

Que extraño era todo para Pinky, pero el seguía nadando por el interior del barco. Nara llegó hasta donde estaba Pinky, alumbrando en ese momento el camarote. Allí sentada sobre la litera había una niña, con una pecera del revés sobre la cabeza, y en el interior había aire, justo para que pudiera respirar.

La niña abrió los ojos tan pronto vio a Pinky, estiró su mano y la cogió por la crin.

Pinkie sentía dolor, quería escapar pero no podía, esos dedos si la habían agarrado bien.

Mara viendo la situación, se acercó a la mano de la niña y la tocó, provocando una picazón en la palma de la mano, lo que obligó a la niña a abrir su mano y en ese momento Pinky logró escapar.

Tanto Pinky como Mara, salieron del camarote y una vez fuera, empezaron a hablar.

- Que ha pasado ¿?? – dijo Pinky sin poder casi ni hablar

- Es un barco hundido, pero hay una humana dentro – dijo Mara. Tenemos que ayudarla o morirá, porque se quedará sin aire y no podrá respirar bajo el agua – prosiguió Mara

- Pero como la vamos a ayudar? – dijo Pinky – quien puede llevar de nuevo el barco a la superficie??

- Pinky, debes buscar a tus amigos los delfines y a la gran orca, solo ellos nos pueden ayudar- dijo Mara

Pinky, empezó a nadar en busca de ayuda. Necesitaban subir el barco a la superficie.

De nuevo la misma situación, Mara nadaba guiando a Pinky hasta llegar a la zona de las orcas.

Cuando llegaron a la lomita, la zona de las orcas, Pinky empezó a llamar a Otto, era la orca más fuerte del fondo marino.

Pinky le explicó lo sucedido, pero Otto no la creía demasiado. Aún así Pinky era tan insistente que logró que Otto le siguiera y además llevara a unos delfines amigos para ayudarle.

Cuando llegaron a la zona, Otto vió que era muy difícil subir el barco hasta la superficie, así que decidieron sacar a la niña. Entraron en el camarote y dándole empujoncitos la sacaron del barco.

La niña cuando vió a Pinky, le lanzó una sonrisa desde dentro de la pecera redonda que cubría su cabeza. El cabello de la pequeña era rubio y rizado y Pinky se enganchó a él.

Mientras la orca y los delfines subían a la superficie a la pequeña, los ojos de Pinky y la niña se iban mirando sin pestañear.

Una vez en la superficie, Pinky miraba al cielo, era la primera vez que su cabecita salía a la superficie. De pronto metía de nuevo la cabecita dentro del agua, fuera no podía respirar.

La niña acariciaba a Pinky, y le tocaba su crin, mientras estaba subida sobre la Orca Otto, como si encima de una bicicleta estuviera montada.

A lo lejos se oía una sirena, una luz roja dando giros sin parar, sin duda, alguien estaba buscando a la niña.

Los delfines nadaban dando saltos hacia el barco de la sirena, para llamar la atención a sus ocupantes, ya que todo se encontraba muy muy oscuro. Incluso Mara se subió en uno de los delfines, para que los del barco pudieran ver una luz.

De esta forma es como el barco, descubrió que estaba la niña en el mar. Fueron hacia ella, mientras Otto, una vez que los del barco habían cogido a la niña del brazo, iba bajando poco a poco, sumergiéndose en el agua

La niña vió a los de rescate y entre ellos a su padre. Levantó su mano y en ese momento Pinky cayó al agua. La niña no quería perder a Pinky y se sumergió detrás de ella, pero el brazo musculoso de su padre tiró de ella hasta la superficie.

- Rosa!! Menos mal que estas viva!! – dijo su padre

Rosa miraba a Pinky a través del agua, viendo como nadaba hacia el fondo. Pinkie se paró y miró hacia la superficie, cruzando su mirada con Berta. En ese momento sintió pena por no poder tener a Rosa de amiga, la habían salvado, pero era humana, no podría volver a verla.

A partir de ahora, Pinky pensó que pensaría en Rosa como su amiga humana, porque ¿quien de su colonia tenía amigos humanos? Nadie.

Pinky dio la vuelta y se volvió a enganchar en la ventosa de Nara, volvieron a su colonia. Ya tenía una nueva historia que contar a sus amigos y familia. La creerían esta vez? Puede ser que si o puede ser que no. Tu que crees?

3 de Junio de 2020 a las 00:06 0 Reporte Insertar 2
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El nacimiento de Pinky

En algún lugar del fondo marino, cada mañana se veía la misma imagen. Una pareja de caballitos de mar bailaban, dejándose llevar por el movimiento de las aguas, reforzando así sus lazos de pareja.

Mientras se movian, entrelazando sus colas, cambiaban de color.

Pero este día era distinto porque Marcia, la hembra de caballito de mar, estaba a punto de poner sus huevos para tener sus pequeños caballitos.

Una vez que puso los huevos, buscó a Tritón, el caballito macho para meter los huevos en su bolsa incubadora, en su abdomen.

Tritón se paseó por el fondo marino con su bolsa llena de huevos durante un mes. Se encontraba con los diferentes peces orgulloso de tener en su gran panza a su camada.

Tritón era un caballito de mar muy querido por sus vecinos, siempre estaba pendiente de ayudar a otros. Por este motivo, la gran tortuga Emma siempre lo llamaba para que la ayudara, porque con sus 95 años se había vuelto muy lenta y no podía pescar nada.

La tortuga Emma se introducía en su caparazón y le pedía a Tritón que la empujara hasta su casa. Cuando Tritón veía a lo lejos un grupito de algas y hierbas azules, sabía que había llegado, ya que la entrada de la cuevita donde vivía Emma estaba llena de florecillas azules que dejaban todas las crias de pececillos que jugaban en la zona.

Aquel día, mientras Tritón empujaba a Emma con todas sus fuerzas, empezó con las contracciones de su parto.

Emma que entendió perfectamente lo que le sucedía, decidió ayudarle, abrió las puertas de su casa y casi sin poder apartarse, Tritón cayó sobre ella y empezó a parir unas crías diminutas y totalmente independientes, salían y salían sin parar. Creo que Emma contó hasta 1514!!!

Tritón levantaba su cola dando giros sin parar, mientras agitaba el agua. Entonces fué cuando notó un pellizco en su abdomen. Aún quedaba un caballito, que lo miraba con ojitos de timidez. No quería salir al agua.

- no seas tímido - de dijo Tritón, sal a jugar con tus hermanitos de colores-

Tritón había tenido muchos caballitos todos con puntitos rojos, azules, verdes y amarillos. En cada caballito se podían distinguir todos los colores. Tanto Tritón como Marcia, venian de una especie de caballitos especiales. Les llamaban la familia colorín.

Este caballito no quería salir, pero no se podía quedar dentro de la barriguita de Tritón, así que Emma le dió un golpe con su pata y de repente salió el caballito que quedaba.

Todos los peces de la zona se quedaron con la boca abierta. Ante ellos habia un caballito de colores pero con una crin de color rosa.

El caballito se movia sin parar y su pelo rosa iba de aqui para allà.

El resto de caballitos se le acercaron, ellos no tenían crin, ni sus padres tampoco.


Emma no paraba de reir, decía que a sus 95 años nunca habia visto nada igual. Se acercó a la cria de caballito y le dijo:

- te voy a dar un nombre, a partir de hoy te llamarás Pinky - y se dió la vuelta entrando a su cuevita.

Pasaron algunos años y Pinky se había hecho muy popular en el fondo marino.

De vez en cuando, desaparecia, era muy rápido nadando. Volvía contando historias que sus padres no sabían si eran inventadas o habian sucedido de verdad. Se emocionaba y movia su cabecita de aqui para alla. Luego se buscaba una conchita, ponia un poquito de hierbas marinas y se recostaba a dormir. Soñaba que viajaba lejos, muy lejos.. quizás algún dia podría hacer realidad ese sueño.



27 de Mayo de 2020 a las 21:29 0 Reporte Insertar 2
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