Vivo escribiendo, pensando en ayunas,
hambrunas crueles faltas de fortuna,
faltas de alma que cual humo se esfuma.
Brisas matutinas llenan de energía
a mi corazón carente de vida
y a mi cabeza que vive vacía.
Los cuatro vientos viven reviviendo
rostros en penuria que van muriendo
y ojos vidriosos en que se ve miedo.
Pulmones se llenan y se vacían.
los cojos corren como tren sin vías,
vuelan sin alas, o eso me decían.
Las pequeñas aves emprenden vuelo
estando a la deriva, sin consuelo
más que ver que pronto tocarán suelo
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