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Carolina Jimenez


EN EL PRIMER CAPITULO Michelle una adolescente con millones de ganas de vivir y de recorrer su pista en las internacionales que planeaba ir, se traslada de casa y las cosas se le dificultan como adolescente. Mientras que Michelle se preocupa por su mejor amiga Amara, no se da cuenta de que el problema lo tiene ella y que este solo es el inicio.


Teen Fiction All public.

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UNA LLEGADA NO TAN FELIZ

El corazón me latía fuertemente, mis pulmones ya no daban para más, creía que en cualquier momento me caería sin fuerzas, ahí estaba yo, corriendo desesperada para que no me pase nada, era todo tan complicado, no podía ver nada, en ese momento no me acordaba de nada, solo pensaba en correr. Pero al llegar al refugio me senté y recordé todo, me arrepiento por haber pensado solo en mí.

-¿Dónde están mis padres?

-Dime tu nombre por favor

¿Cómo esa gente pretende que este tranquila?

-¡Dónde están mis padres!

-Primero tienes que tranquilizarte si quieres que te ayudemos.

-No entiendo, porque están todos tan tranquilos.

-Cuéntanos todo, ¿te acuerdas?

-Sí, desde que llegamos

(Tiempo antes)

-Ya he empacado todo, ¿Nos vamos ya?

-Voy a extrañar esta casa.

-Ay, hermanita, tu lo tiendes a exagerar todo.

-Tu no entiendes nada Michelle.

-Claro que te entiendo, pero tampoco nos vamos al otro lado del mundo.

-Voy a extrañar a mis amigas.

-Vamos a seguir viéndolas.

-No es eso, el problema aquí es que tú no tienes sentimientos.

-¿Sabes lo que eres?

-¿Qué soy, a ver dímelo?

-Michelle nada de usar mal vocabulario, ya lo hablamos.

-Mamá no pensaba decir nada malo.-Mejor dejen de discutir las dos y ayúdenme con las maletas, llévenlas al auto, su padre ya está listo.

-Sí mamá, ya vamos.

Llevamos las maletas al auto y nos fuimos.

-Mamá.

-Dime.

-¿Cuánto falta para llegar?

-Ya falta poco.

-Es que Raquel no se quiere dejar de mover y me molesta.

-No seas quejica.

-No le prestes atención.

-Claro, como tú no te sientas atrás.

-Tonta- dijo mi hermana mientras me pegaba.

-Auch, quítate.

-¡Quietas las dos! Ya hemos llegado.

-¡Enserio! Papá quita el seguro del auto, me quiero bajar.

Todo era hermoso, parecía la ciudad perfecta, hecha para mí. Pero cuando entre.

-Vamos a ver ¿Y las cosas?

-Michelle se me olvidó decirte que el señor de la mudanza llamó para decir que se iba a retrasar.

-¡Qué! Pero y mi cama ¿Dónde voy a dormir?

-Michelle baja tu tono de voz.

-¡No estoy gritando!

-Richard, Michelle.

-Michelle baja tu tono.

-Pero papá.

-Michelle no hay ningún problema.

-No te metas Raquel.

-Te ahogas en un vaso de agua.

-Suena absurdo eso.

-Por eso, tú suenas absurda.

-¡Ahhh! Nadie me entiende, mejor voy a arriba y voy a ahcer como si no les hubiese escuchado.


-Hola Amara, ya llegue.

-Amiga ¿Cómo es tu ciudad?

-Pues es hermosa, tiene muchas vistas, se llama Rotary.

-Mira, pues suena a una ciudad de clase.

-Jajaja jaja

-Jaja jaja, te voy a extrañar.

-Nos seguiremos viendo en clases.

-Pero no es lo mismo, ya no vamos a poder salir como antes.

-Lo sé.

-Oye ¿Cómo has organizado tu cuarto?

-Pues directamente no lo he ordenado porque el de la mudanza de los muebles dice que se va a retrasar.

-Oye mañana nos vemos, estoy agotada.

-Vale, adiós.

Al día siguiente mi madre me levantó demasiado temprano, pues ahora vivíamos más lejos.

-Buenos días dormilona.

-Mamá no quiero despertarme.

-Vas a llegar tarde a clases, levántate rápido.

-Está bien.

-Baja, ya está listo el desayuno.

-Que sí.

-Michelle te he escuchado toser toda la noche ¿Te encuentras bien?

-Sí mamá, me encuentro bien.

-Llevas varias semanas así.

-Tranquila, es una gripe.

-¿Segura que no quieres ir al médico?

-No, mamá ya se me pasará.

-Si tú lo dices.

-Vete ya, que se me hace tarde.

-Está bien, no te tardes.

Me arreglé y bajé corriendo las escaleras.

-¿No vas a desayunar?

-No, lo siento papá, ya llego tarde.

-Cuídate y comes algo en el colegio.

-Sí papá.

-¿Llevas a tu hermana?

-No, ya no alcanzo, llévala en el auto.

-Bueno, por hoy te cubro, pero otro día ya no.

-Esta bien.

Cuando llegué a clases fue un día normal y muy agotador, sobre todo las clases de física, no las tolero por nada en el mundo. Pero cuando terminaron las clases di un pequeño grito de alegría, lo malo es que tenía que ir caminando a casa, y estaba muy cansada.

-Michelle ¿Me acompañas a mi casa?

-No puedo, tengo que ordenar mi cuarto, casa nueva, ya sabes.

-Bueno, pero mañana no te libras de mi. Ten ábreme la bebida- me decía mientras se colocaba la mochila.

Aunque hubiera salido bien si yo no fuera tan torpe.

-¡Michelle!

-Perdón, sácate la chaqueta.

-Era nueva, bueno igual la tendría que lavar.

-¿Sigues con eso del brazo?

-Últimamente me pica mucho más la piel. Mira, tengo más irritada la piel.

-¿Te has ido a revisar?

-Sí, el ultimo doctor me dijo que tengo alergia a algo.

-Bueno, si se ve mala pinta, pero cuídate, adiós.

-Adiós.

Me pesaban los pies cada cuadra que caminaba.

-Hola, ya llegue.

-Michelle, dile a Raquel que baje ya a comer.

-¿Y papá?

-Hoy no viene, tiene una reunión.

-No me gusta su trabajo.

-A mi tampoco, pero dependemos de ello, venga llámala.

-Voy.

-¡Hermana! Mira lo que hice.

-Que bonito Raquel.

-Lo hice en el colegio.

-Vamos a comer, mamá está esperando.

Después de comer, me puse dispuesta a hacer los deberes, y aunque estaban difíciles, los terminé temprano. Y tiempo después llegaron los de la mudanza.

-Hola, ¿qué se le ofrece?

-Hola, venimos de la empresa de transportes y mudanzas, ¿está su madre?

-Sí, ahora la llamo.

Quedé agotada de esto, sinceramente fue un día muy ajetreado, pero al menos mi cuarto se veía hermoso.

Al día siguiente me levante renovada, con ganas de correr. Así que salí a dar unas vueltas, deseaba que empiece la temporada de olimpiadas.

-Hola mamá.

-Hola, ¿has madrugado?

-Si, tenía muchas ganas de ejercicio.

-¿Ya extrañas las competiciones, verdad?

-Bien lo sabes tu.

-Ya comenzaran.

-Lo sé, pero me tengo que entrenar, hoy casi no doy ni dos vueltas.

-El descanso te está pasando factura.

-Si, la verdad me cansé mucho, ¿Y papá?

-Se fue a trabajar.

-Siempre es lo mismo.

-Tienes que ser más comprensiva, Michelle.

-Mamá no quiero hablar de trabajo, ¿Y Raquel? ¿Ya despertó?

-Si, venga cámbiate y bajas a desayunar.

-Me voy a dar una baño de espuma- le decía a mi madre mientras subía.

Al bajar había alguien hablando con mamá, cuando terminé de desayunar le pregunté.

-¿Quién era mamá?

-Era la asociación.

-¡Mi asociación!

-Si, pero tranquila.

-Esta bien, estoy relajada.

-Vino personalmente el director para comunicarme.

-¿Es lo que creo? Estoy tranquila.

-No se te ve nada tranquila, Michelle.

-Tu sigue desayunando Raquel.

-¡Estás dentro de las internacionales!

-¡Que! ¡No me lo puedo creer!

-Felicidades hija.

Fue la mejor noticia que me habían dado en la vida, imaginar estar en esas pistas únicas era lo que siempre quise.

-Michelle, ¿nos vamos?

-Vamos hermana.

-Adiós mamá- decíamos las dos mientras nos íbamos al colegio.

-Hola.

-¡Amara! ¿qué haces aquí?

-Pues nada, dije voy a acompañar a mi mejor amiga y a su hermanita.

-Gracias.

-¿Y esa sonrisa?

-¡Estoy dentro de las internacionales!

-¡Felicidades Michelle! Al fin vas.

-Lo sé, siempre lo quise, por cierto ¿como vas tu?

-Pues bien, supongo.

-¿Supones? Amara me preocupas.

-No es nada.

-Al acabar de clases nos vamos a revisarte.

-No, yo si te voy a llevar a ti.

-La enferma eres tu.

-¡Es una alergia!

-¿A qué? Ni siquiera lo sabes.

-Esto no debe de importarte.

-Eres mi mejor amiga me importas.

-Tu también deberías de ir.

-Yo estoy bien Amara.

-No, tu crees que estás bien, mira, mira como toses, eso no es normal.

-Es una gripe.

-¡No! Te cansas por todo.

-Acabo de llegar a esa casa.

-Mira como te cansas solo hablando.

-Me falta hidratarme, nada más.

-Solo caminas un poco y ya no puedes más, y cada vez estás peor.¿Te has mirado a un espejo?




-Michelle, no hace falta, estoy bien, ya es tarde vete a tu casa.

-Pues para que te lleves toda la mañana rascándote no lo creo.

-Tranquila, es una simple comezón.

-¿Qué te dijo el médico?

-Ya he ido a varios médicos dicen que es una alergia.

-Pues no lo parece.

-Ya se me pasará, no comiences.

-Hola chicas, tranquilas, somos amigas.

-Hola Laura, ¿Qué te pasa?

-Ah, nada, una simple alergia, ya saben, lactosa, siempre es lo mismo.

-Qué casualidad.

-¿Por qué?

-No por nada- dijo Amara mientra me hacia señales.

-¿Nos vamos Amara?

-Sí.

Nos despedimos y al alejarnos decidí aprovechar que estábamos solas.

-¿Y si es una enfermedad?

-No lo creo, en unas semanas más se me pasará.

-¿En unas semanas más? Será una broma.

-¿Qué? Creo que es mejor que te preocupes primero por tu tos.

-Han pasado ya varias semanas y no se te..... No se te….

Ese era el momento, cuando sientes que tu vida se viene encima, me faltaba aire y no podía más. El momento en el que te arrepientes de no haber hecho caso a nadie y haber cargado algo contigo que incluso te podría matar.

-¿Estás bien?

-Llama a mi madre, por favor.

Después de esas palabras que dije con mi último aliento sentí como mi cuerpo se desvanecía y caía al suelo. Lamentablemente escuchaba la voz de Amara pidiendo ayuda, las personas llamándome por mi nombre, diciendo que me despierte, hasta llegar el sonido de la ambulancia y colapsar mi mente por completo, un sueño profundo.

May 8, 2020, 6:33 p.m. 0 Report Embed Follow story
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