Parece que aveces hace falta que pase algo malo para acordarnos de personas que creímos olvidadas, o incluso para darle importancia a aquellas pequeñas y maravillosas cosas que forman parte de nuestro día a día, que habíamos dejado de apreciar, como coger el teléfono y llamar a tu madre, simplemente para recordarle lo mucho que la quieres. Quedar con un amigo para hacer un café o quedarte hasta las tantas de la noche en el sofá, acurrucada con aquella persona tan especial. Evadirte del mundo a carcajadas y echarse a andar, aunque no sepas cual es el destino.
Y entonces te prometes a ti mismo que aquello no va a volverte a pasar, te armas de valor y llamas a aquel amigo con el que perdiste el contacto hace ya tanto tiempo, te lees aquel libro que no deja de coger polvo en la estantería, te embarcas en aquel nuevo proyecto que no dejas de aplazar o te vas a conocer el mundo, como siempre habías querido.
No importa cual haya sido el motivo que te haya hecho cambiar, ese empujón que hacía falta en tu vida, lo que importa es que lo aproveches. No mires atrás, no dejes que los miedos del pasado te alcancen, corre más rápido que ellos, corre hacía lo que te hace feliz, corre hacía quien te hace feliz. Haz que todo esto haya valido la pena.
Thank you for reading!
We can keep Inkspired for free by displaying Ads to our visitors. Please, support us by whitelisting or deactivating the AdBlocker.
After doing it, please reload the website to continue using Inkspired normally.