"Corre, sigue corriendo, no puedes rendirte ahora- me digo a mi misma mientras hago acopio de mis últimas fuerzas y corro hasta el final del largo pasillo. Está oscuro, muy oscuro, no veo por donde voy. Oigo pisadas a mis espaldas, se está acercando. Cuando llego al final del pasillo me encuentro con un apuerta de madera, no puedo abrirla. No tengo escapatoria. Ya está aquí. No hay forma de salir de la mansión."
Me despierto gritando. Solo ha sido un sueño, uno muy real. Me duelen las piernas coomo si hubiera estado corriendo y me falta la respiración. Me incorporo en la cama y respiro profundamente unas cuantas veces hasta que mi cuerpo se calma. Me levato de la cama y me acerco a la ventana. Mi mirada se pierde en la oscuridad de la noche al otro lado del cristal. Mi primera noche en Raven Manor y ya me arrepiento de habernos mudado. Desde el primer día que visitamos la casa, les dije a mis padres que había algo extraño en el ambiente. Pero ¿me escucharon?, no, claro que no.
Debería volver a dormirme, mañana es mi primer día de clase en el nuevo instituto y no me apetece ir como alma en pena todo el día. Pero me da miedo volver a tener ese sueño. Solo es un sueño- pienso-¿Qué es lo peor que podría pasar? Este es mi último pensamiento antes de caer en un intranquilo sueño.
Riiiiing,riiiiiing
Me despierto sobresaltada y apago el despertador. Nunca me ha gustado ese sonido. Me siento cansada, ha sido una noche algo extraña. Fragmentos del sueño pasan ante mis ojos. Sacudo la cabeza para apartarlos de mi mente.
Me levanto de la cama lentamente y me visto. Unos vaqueros, una camiseta blanca y una sudadera naraja. Salgo de la habitación y miro a ambos lados del pasillo, trago saliva y me dirijo hacia las escaleras. Mientras bajo, me fijo en los cuadros colgados en la pared. Son retratos antiguos, posiblemente de antiguos habitantes de la mansión. Hay uno en particular, parece que la pintura me llama...
-Lina, el desayuno ya está!- Grita mi madre desde la cocina. Esto me saca de mi ensimismamiento. Parpadeo un par de veces y sigo bajando las escaleras.
Cuando llego a la cocina el olor del pan tostado llena mis sentidos. Desayuno tranquilamente, todavía no sé lo que el futuro me deparará.
Al termino, subo a mi cuarto y termino de prepararme para mi primer día de instituto.
Antes de que pueda darme cuenta estamos en la puerta del Instituto. Mi madre nos desea buena suerte a mi hermano y a mi y se marcha, dejandonos solos ante un mar de desconocidos
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