maripino María del Pino Gil Rodríguez

Una ciudadana, aparentemente normal, se transforma cada vez que llega a su casa, y cosas extrañas empiezan a suceder en el vecindario...


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#ovni #espacio #alienigenas #extraterrestres
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Los secretos más ocultos de Laura

LOS SECRETOS MÁS OCULTOS DE LAURA


Todo el mundo pensaría que los secretos más ocultos de una

mujer tendrían algo que ver con su vida íntima, pero en este

caso no era así. Todas las cosas extrañas que pasaban en la

casa de Laura, no parecían nada normal, puesto que hasta las

hormigas llevaban antenas, los mosquitos volaban con alas en

forma de flechas, y el perro usaba lentillas que le permitían ver

a través de las paredes.

Cuando Laura atravesaba el umbral de la puerta principal de su

casa, se arrancaba la ropa con una sola mano, dejando a la

vista un maravilloso mono gris plateado que se moldeaba a sus

sofisticadas curvas femeninas. Se soltaba la melena que

siempre llevaba recogida en un moño alto, y lanzaba las

enormes gafas redondas sobre el sillón. Acto seguido, colocaba

su ojo derecho frente a un pequeño espejo en la pared,

manteniendo la mirada fija durante dos segundos, hasta que el

muro desaparecía por completo. Lo que aparecía detrás de

aquel tabique, podría explicarlo como un conjunto de aparatos

muy sofisticados, que ni el científico más inteligente del planeta,

sabría describir su mecanismo o utilidad. Cuatro robots

trabajaban en el ensamblaje de diferentes piezas. Estas

máquinas casi humanas, a las que solo les faltaban tener

sentimientos, estaban dotadas de dos manos, dos piernas y una

cara muy peculiar en forma de emoticono; cada una reflejaba

un estado de ánimo diferente: la risa, el llanto, el miedo y la

sorpresa. Estas criaturas robóticas eran fabricadas por

gigantescas impresoras 3D. La pincelada final que daba la

expresión adecuada a sus rostros, lo pintaba otro artilugio con

forma de aspiradora, de la que salía un tubo con varios pinceles

de diferentes tamaños y colores.

La potencia de la electricidad aumentaba en kilovatios siempre

que la pared desaparecía. Lo que allí se estaba elaborando, era

todo tipo de alimentos y ropas alienígenas, confeccionadas

especialmente para los futuros bebés. Finalmente, cuando las

criaturas extraterrestres hubieran nacido, serían introducidas en

cuerpos perfectos diseñados con forma humana.

La casa de la chica cósmica despertaba un interés general entre

los vecinos de la zona, ya que a cierta hora de la madrugada, se

escuchaban ruidos extraños que hacían vibrar las paredes y

disminuía la potencia eléctrica en todo el vecindario. La casa

emitía una luz tan intensa que era capaz de dejar ciego a todo

aquel que se quedara mirando durante unos segundos.

La joven extraterrestre se acercó a un aparato que medía un

metro y medio de altura, colocó la mano debajo de un tubo, y

esperó unos segundos hasta que el mecanismo la brindó con

una cápsula de dos centímetros tan negra como el carbón. La

tomó con su mano derecha, y como cada noche, la introdujo en

su boca; ésta fue descendiendo muy lentamente por su

garganta hasta llegar al estómago. Luego, una especie de

polvareda salió por los orificios de la nariz y por sus oídos. La

cabeza se despegó del cuerpo, dio un pequeño giro hasta oírse

un clic, y se detuvo. Ella elevó sus manos hasta la cabeza para

separarla del cuerpo, y la depositó sobre un estante de acero

inoxidable. Del mismo sitio tomó una especie de bola de cristal

de la medida de un balón de fútbol, dentro de la cual se

apreciaba una especie de óvulo que se movía igual que una

medusa flotando en el agua. Seguidamente, la colocó

suspendida sobre sus hombros. “¡Bep! ¡Bep!”, se escuchó al

conectarse la cabeza con el cuerpo. “¡Bep! ¡Bep! Estoy

preparada”.

En ese momento, el techo se separó en dos partes, dejando a la

vista el maravilloso cielo estrellado. Una bola de cristal apareció

a lo lejos, y como cada noche, el amante venía a su encuentro

para producir los huevos que, cinco días más tarde, darían vida

a sus bebés. La esfera de cristal bajó lentamente desde el

firmamento, transportando en su interior una especie de

espermatozoide, que se movía navegando. Después, se abrió un

armario y salió un cuerpo masculino equipado con un mono

plateado semejante al de la chica. Muy lentamente, la cabeza se

colocó suspendida sobre sus hombros y giró hasta hacer clic.

“¡Bepp-Bepp! Estoy listo”.

La extraña pareja, se colocó uno frente al otro, poniendo las

palmas de las manos giradas hacia el suelo. Del estómago de

ambos, atravesando el elástico mono plateado, salió, muy

despacio, una especie de tentáculo, el de ella rojo y el de él

naranja, para luego engancharse uno sobre el otro. Durante

treinta segundos, las cabezas de cristal se iluminaron con luces

de colores y sonidos melodiosos, a la vez que giraron sin parar.

Después de cinco minutos de sexo galáctico, la esfera masculina

se retiró de la misma forma en que llegó. La mujer se encaminó

hacia la cámara de embriones, abrió el compartimento y se

encendió una luz violeta dónde depositó los huevos para su

incubación. “La nueva generación" BEP-BEPP" está en camino

familia…”, dijo Laura con la dicción de una ginoide. Una voz que

pareció salir de la nada anunció: “Reunión del Consejo”. Laura

volvió a cambiarse la cabeza antes de ir al comedor. Ella tomó

asiento justo en la silla de la esquina. Seis eran los asientos

restantes que rodeaban la gran mesa rectangular. La joven

empujó hacia un lado el frutero que tenía decorando la mesa,

dejando a la vista un botón cuadrado de color blanco. Lo pulsó

con la palma de la mano, y apareció la silueta transparente de

unos seres vestidos con túnicas de color púrpura. “Bienvenidos

a mi hogar. ¿Cuál es el motivo de vuestra presencia hoy?”,

preguntó la muchacha con voz melodiosa. Los visitantes le

explicaron que querían conocer algo más sobre los humanos y

querían que ella les informara sobre los conocimientos

adquiridos. La alienígena intentó resumir en unas palabras lo

que había aprendido hasta la fecha y comentó: “Los terrícolas se

alimentan de comida basura, se visten con ropas que, ¡cuánto

más rotas más caras!, y están perdiendo la cualidad de

comunicarse mediante la palabra o la buena escritura, ya que la

gran mayoría de la población, lo hacen por whatsApp…”. Uno de los

miembros del Consejo le preguntó intrigado: “¿Y hay algo bueno

qué merezca la pena que nuestros bebés se reproduzcan en

este planeta?”. Laura no dudó ni un momento en contestarle:

“¡Por supuesto!, ellos tienen algo que se llama AMOR. Cuidan a

sus hijos durante toda la vida; los alimentan, los visten, los

dejan vivir con ellos porque no tienen viviendas ni trabajo, otros

se jubilarán viviendo todavía en la casa de sus padres o

comiendo de sus pensiones. ¿No creéis que eso tiene que ser

amor?”.

El Consejo decidió retirarse a meditar, ya que en tres días

tendrían que darle una respuesta en la que le indicarían dónde

criar a sus bebés.

Al tercer día se oyó una voz que anunciaba el resultado final:

“¡BEP–BEP-BEP! Bebés criar en este planeta. ¡BEP-BEP-BEP!,

agua, aire y luz gratis. ¡BEP-BEP-BEP! Amor gratis. Nosotros les

daremos los medios y la inteligencia. Iremos dejando pistas,

haciendo pintadas en cavernas. ¡BEP-BEP-BEP! Les dejaremos

naves defectuosas para que ellos investiguen. De ahí

aprenderán tecnología. También enviaremos mensajeros que les

informarán sobre el cambio climático. Provocaremos huracanes

para barrer la suciedad, maremotos para limpiar el mar y

terremotos para colocar cada cosa en su lugar”.

Un extraño gas salió por la chimenea de la casa de Laura, y se

extendió por toda la ciudad a la velocidad que viaja la luz. Las

personas del vecindario entraron en un estado de sueño

profundo. Un gran objeto volador aterrizó en la plaza principal.

Muy despacio, se abrió una puerta, y fue descendiendo una

rampa hasta que llegó al suelo. A continuación empezaron a

bajar unos seres con cabeza de cristal transparente. Cada uno

de ellos llevaba impreso en su interior los siguientes mensajes:

el primero era RELIGIÓN, el segundo DEPORTE, el tercero

POLÍTICA y el último GUERRA.

La joven los observaba muy seria mientras desfilaban delante

de ella, sabiendo que esos mensajes serían los motivos por los

que sus bebés tendrían que trabajar en este planeta. Su misión

como madre sería transformarlos en humanos e introducirlos en

la vida cotidiana de los ciudadanos para manipularlos y

obligarlos a tomar decisiones. Posteriormente, descendieron

unos seres con túnicas blancas. Ellos serían los médicos que

salvarían a los más justos. Detrás venían los seres de túnicas

azules, que serían los profetas. Por último, se apearon unos

animales pequeños y bichos que también tenían una misión importante

en la fauna de este planeta. “Parece el Arca de Noé”, pensó

Laura cuando los vio desfilar… “¡Bepp-Bepp-Bepp! La vida acaba

de empezar. Ahora todos se despertarán”. A la mañana

siguiente, la joven ginoide tomó su diario; una especie de libro

digital, y escribió con su poderosa mente alienígena, sin utilizar

las manos para nada, ya que eso formaba parte de sus

cualidades extraterrestres. “Mis secretos más ocultos…”


María del Pino Gil Rodríguez

Jan. 22, 2020, 9:26 p.m. 0 Report Embed Follow story
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Meet the author

María del Pino Gil Rodríguez María del Pino Gil Rodríguez, nacida en Gran Canaria. Estudié Técnico de empresas y actividades turísticas (TEAT), luego estudié oposiciones para la Administración Local y aquí es dónde trabajo. Siempre he sido apasionada de los libros, y me encanta crear historias que hagan soñar a la gente. El Realismo mágico parece que siempre se ha estado cruzando en mi camino y así lo reflejo en la mayoría de las cosas que escribo.

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