amgreq Greq

Las diferencias que los separaban no eran suficientes para que no se encontraran, porque mientras Zenitsu pueda mirar esos orbes violetas todo le dejaba de importar. [Uzui x Zenitsu]


Fanfiction Anime/Manga Not for children under 13.

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Cariño

Bl / Uzui x Zenitsu


Lo que estaba haciendo estaba prohibido. Nunca debió acercarse en primer lugar como lo hizo, no debió sonreírle ni dejar que lo tomaran de la cadera. No debió seguirle el juego, ni devolverle el primer beso, mucho menos volver a él. No debió aceptar ser su amante a escondidas, porque un joven de dieciséis años vivía en otras sintonías, con otros sentimientos y diferentes secretos. Pero volvió a buscarle, a rogarle por su toque, a derretirse en su piel, aún sabiendo que era casado no pudo evitar enamorarse de él y eso estaba mal. Lo sabía y a pesar de eso no le importaba. Zenitsu era feliz a su lado.

Luego ahí estaba, esperándolo en el estacionamiento de su trabajo apoyando su peso en el auto. Miraba hacia abajo, exactamente su par de zapatos pulidos y negros, entre sus dedos jugueteaba la correa de su mochila vieja, relamiendo sus labios secos y sintiendo la falta de aire entre más se acercaba la hora de su salida.


La oscuridad terminó cubriendo su alrededor, las lamparas terminaron iluminando la acera llena de autos estacionados. Levantó la vista hacia la puerta trasera. Algunas personas comenzaban a salir, pero no pudo observar al hombre que esperaba. Se comenzaba a poner nervioso.

Mantuvo ambos ojos ambar centrados en el mismo punto con inquietud hasta que esos cabellos plateados hicieron su aparición. Una sonrisa salió en su rostro, la cual se hizo más grande cuando esos ojos purpuras le miraron con detenimiento. Uzui en silencio se acercó a él.

Ninguno se movió cuando estuvieron cara a cara, solo esperaron que el lugar se vaciara para llenar el espacio que los separaba.


Zenitsu tuvo que ponerse de puntas para llegar a su boca. Sus labios no estuvieron secos después de sentir su lengua. Apretó la tela del chaleco del más alto, cerrando fuertemente sus ojos al sentir como exploraban su cuerpo con las manos. El cosquilleo en su estómago era voraz y estimulante, era esa la experiencia que amaba cuando estaba cerca de Uzui.


—No debiste venir —Le dijeron una vez que se separaron.


El rubio elevó los hombros volviendo a apoyarse sobre el auto blanco y desvió la mirada.


—Te extrañaba.


El albino sonrió al mirarle cruzarse de brazos, como si eso fuera a protegerlo de lo que sucedía en cada uno de sus encuentros.


—Sabes que alguien pudo vernos, ¿verdad? —continuó hablando.


Zenitsu frunció el entrecejo, como siempre lo hacía cada vez que le decían lo mismo.


—¿Y qué? No me importa...


—Pero a mi sí. Te dije que si quieres verme, un mensaje de texto era suficiente, yo correría a ti. —El más joven no le contestó, Uzui lo miró de arriba a abajo— ¿Dónde estuviste todo el día?


—¿Ah? —Con eso, Zenitsu lo miró.


—Sé que no has ido a tu casa en todo el día, sigues con el uniforme.


El mejor bajó la mirada sin contestar, y en cambio acarició sus brazos debido a que al anochecer la temperatura bajaba. ¿Por qué tendría que contarle todo lo que hace a Uzui? Él nunca le dice nada, todo se mantiene en secreto. A veces siente que solamente él está aportando en la relación, si dejara de hacer todos sus esfuerzos, temía que no lo buscaran de vuelta.

Y cuando tenía los ojos afilados de Uzui encima, se sentía tan expuesto que comenzaba a temblar. Era como si todo fuera revelado y nada pudiera mantenerse oculto, era esa presencia tan oprimiente y dominante lo que aún lo mantenía cautivo y suspirando de encanto. Pero en ese momento no lo admitiría, no tenía por qué hacerlo, él también podía conservarse sus secretos para torturar a Uzui.

Parecía funcionar, el albino suspiró agotado acercándose para tomarle con una mano de la cintura con fiereza y con la otra su cara, manteniéndolo inmóvil frente a él.

Zenitsu fue el primero en reaccionar al volver a unir sus bocas en una coreografía incauta, con dientes chocando y el sonido húmedo de las lenguas separándose.

Mantenía en el borde su cordura, al momento en que ambos volvían a mirarse después de abrir sus ojos, el rubio temblaba por ese melódico sonido de los suspiros extasiados que su compañero dejaba escapar.


—Cariño, ¿A dónde quieres ir ahora? —Uzui volvió a besarle.


—A donde sea, llévame a dónde quieras.


El mayor sonrió contra sus labios, presionando suavemente su cintura y descendiendo sus manos hasta los glúteos.


—Entra, te llevaré a un lugar especial rápido.


Zenitsu asintió ante sus palabras y abrió la puerta que quedaba detrás de él. Se sentó poniéndose el cinturón y de quedó observando como su amante entraba al auto.


Ver a Tengen bajo los rayos de la luna iluminando su rostro y profundizando sus ojos era el mejor paisaje en el mundo, la nariz perfilada chocando contra la suya y sus cabellos acariciando sus mejillas era el gesto más romántico que pudo esperar obtener. Pero cuando ambos llegaron al destino y estuvieron solos en la oscuridad de la intimidad, el tacto de sus cuerpos fue la sensación más gloriosa que pudo experimentar en la noche.


Cuando esos dedos tocaban con suavidad su pelvis, su espalda se arqueaba por reflejo, sus besos mojados recorrer todo su cuerpo y su mirada encendida en deseo que recibía lo motivaba a poseerlo.

Primero recorría con su lengua desde su barbilla hasta el ombligo, para dejar besos fugaces en la pelvis y así comenzar tímidamente a lamer el falo de su erección. Sentía sus piernas temblar con ese melódico sonido de los gemidos salir de sus labios.

Lo rodeaba por completo con la lengua, sentía como acariciaba su paladar y golpeaba lo profundo de su boca, mientras intentaba mantener el ritmo con la menor cantidad de arcadas posibles.

Le sostenían del cabello cuando la lujuria llegaba al punto máximo de la noche, y dejaban que sus cuerpos se consumieran entre ellos, olvidando por esos momentos la diferencia que poseían y lo peligroso que significaba que estén juntos.


Uzui le llevaba siete años, era un hombre casado trabajando en el mundo laboral y tenía un lado oculto y prohibido que consistía en esa mirada infantil del estudiante de dieciséis años que lo buscaba con desesperación. Y para él no estaba mal, disfrutaba estar con ese chico.

Cuando estaban juntos, se terminaban olvidando de lo incorrecto que era su relación.

Pero a Zenitsu no le importaba, él era feliz cuando estaba a su lado.


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Estoy en la etapa de emparejar a Zenitsu con todos aaahhjdkfk

Espero les haya gustado, gracias por leer ♥

Jan. 6, 2020, 7:57 p.m. 1 Report Embed Follow story
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haruka chikuchi haruka chikuchi
:0 que intenso, me gusta
May 30, 2021, 05:47
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