A veces es solo mejor comenzar por el momento en el que ella llego a mi vida.
Me encontraba sentado a la espera de que me llamasen para entrar a la entrevista de lo que en un futuro esperaba que fuera mi universidad, el lugar donde conocería nuevas personas, aprendería nuevos saberes y me formaría para mi futuro; pero de un momento la vi a la chica que se paró frente a mí, me sonrió e hizo que mi mundo se detuviese por completo.
-Hola será que me puedes decir dónde está el salón B por favor.
Me quede en blanco no pensaba que esa chica fuese a la misma entrevista mía.
-¿No sabes dónde es?
-Si claro, es aquí.
Me quede mirándola como un imbécil sin poder decirle nada hasta que ella me empezó hablar.
-Me llamo Valeria y ¿tu? –Con tono de ansiedad.-
-Me llamo Juan, mucho gusto.
Mis manos sudaban y mi corazón latía a mil por hora, no sabía que me estaba sucediendo, nunca había sentido esto antes. Hablamos por un rato hasta que me llamaron para entrar y tuve que despedirme.
-Espero que te vaya bien en la entrevista Valeria.
-Gracias, tú también lo harás bien.
Al cabo de media hora había salido de mi entrevista con alegría de contarle a Valeria lo bien que me había ido, pero al parecer no estaba.
-Hola, si estás buscando a la chica de hace rato, se fue hace como cinco minutos.
-Dale, gracias
Al parecer ella había salido antes que yo, en ese momento recordé que no sabía su apellido ni le había pedido el número de teléfono; tiempo después ya de camino a mi casa.
-Hola hijo ¿cómo te fue?
-Bien mamá, me fue bien en la entrevista y conocí a una gran chica
-Me alegro mucho, ¿es hermosa?
-Aun no la conozco bien mamá, pero hizo que todo a mí alrededor me dejara de importar
-Bueno hijo, ve y cámbiate para ir a celebrar
-Está bien mamá
Al día siguiente entrando al gimnasio me encuentro con
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