Ninguno de nosotros sabía qué hacía mi abuelo en el baño, por qué tardaba tanto. Todo el mundo pensaría que estar sentado en el inodoro, llevando a cabo la administración de sus flujos internos, pero no era normal, ya que nunca desprendía olor el baño, ni tiraba de la cadena. Estando todo despejado cuando mirábamos, no sabíamos que pensar sobre el asunto.
Posteriormente, ya una vez que murió, seguíamos viviendo en esa casa. Descubrimos que una de las paredes había una pequeña puerta, con un pomo bastante grande y una cerradura, alto. Tontos de nosotros que colgábamos las toallas allí y no nos dábamos cuenta. La puerta daba a una habitación secreta, donde mi abuelo, pasaba horas y horas tallando bastones.
Las palabras al azar de este relato son: Inodoro, administración, despejado, abuelo y ninguno.
Thank you for reading!
We can keep Inkspired for free by displaying Ads to our visitors. Please, support us by whitelisting or deactivating the AdBlocker.
After doing it, please reload the website to continue using Inkspired normally.