A estas horas, al igual que siempre estoy acostada en mi cama intentando poder lograr dormirme pero van más de tres horas en las que no puedo parar de pensar en aquello, porque por más que esté en el mismo lugar y quizás hasta posicionada de la misma manera que siempre; no es una madrugada igual que las anteriores, ésta es diferente. Porque hablamos, no mucho pero suficiente, y me hace sentir bien saber que por un momento parecía que nada se había desvanecido, incluso nuestro amor. Claro que eso sólo fue por unos instantes y tuve que volver a caer en la realidad de que ésto sólo fue algo fugaz, y pienso e intento recordar cuando fue que nos dejamos de amar con tanta intensidad, que fue lo que nos detuvo como para dejar algo tan lindo atrás y a dónde se fueron nuestras ganas de volver a intentarlo una vez más.
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