neus85 Neus Garcia

cuento/relato paranormal. ¿Parálisis del sueño o realidad?


Short Story Not for children under 13.

#relatoparanormal #cuentoparanormal #leer #escribir #españa
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PARALIZADO

Ya no recuerdo cuantas noches estuve sin poder dormir en condiciones antes de llegar aquí.

Al principio, simplemente me estuve despertando durante unos 4 - 5 días siempre a la misma hora, las 03:33 de la madrugada. Me despertaba con una sensación extraña… como si estuviera alerta, con una sensación de inquietud, miedo... pero me dormía de nuevo con facilidad. Así era al principio, volvía a conciliar el sueño sin ningún problema. Sin embargo, cada día que pasaba me costaba más. Y a la mañana siguiente, al sonar el despertador, me levantaba muy cansado, como si no hubiese dormido nada. Empecé a hacer cenas más tempranas y ligeras, ya que cada vez me costaba más conseguir dormir y había leído, en algún sitio de Internet, que era importante la cantidad y calidad de la cena antes de dormir.

También me apunté al gimnasio. Aura, mi compañera de trabajo y, sobre todo amiga, me aconsejó que lo hiciera, puesto que el ejercicio es fundamental, no solamente por encontrarse mejor físicamente, si no, que mentalmente también te ayuda a evadirte del día a día, incluso a enfocar las cosas desde otro punto de vista. No dejé de ir al gimnasio una vez que empecé, porque descubrí que me gustaba, pero en mi situación no cambió nada. Me seguía despertando a las 03:33 y cada vez me costaba más conciliar el sueño. Además de que las sensaciones de miedo e inseguridad iban aumentando.


Una de esas noches, cuando me desperté a la misma hora de siempre, me pareció ver una silueta, una sombra en la puerta de mi habitación. No estaba dentro, sino a unos pasos de la entrada. Me incorporé sobresaltado. Seguía ahí, la sombra, y no podía ver a través de ella. Inmediatamente encendí la luz y no había nada. Me levanté de la cama, fuí al baño, eché agua fría en la cara varias veces y mirando mi reflejo en el espejo pude ver la cara de cansado que tenía, así que no le dí mayor importancia, pensé que simplemente era cansancio. Volví a la cama y después de no sé cuánto tiempo, volví a dormir. Al poco tiempo de conseguirlo, sonó el despertador...

Durante un par de días se repitió la misma escena y en cada ocasión la sombra estaba cada vez un paso más cerca de mí e incluso me daba la sensación de que era más espesa, de que cada vez podía ver todavía menos a través de ella. Una vez despierto dudaba en dejar la luz encendida o no. Quería seguir creyendo que era a razón del cansancio, no obstante, algo dentro de mí decía que algo raro me estaba sucediendo. Después de ello no conseguía volver a dormir y, creo, que tampoco quería hacerlo.

La tercera noche, después de la primera aparición de la sombra, estaba dormido, soñando que una sombra entraba desde el pasillo a mi habitación hasta mi lado de la cama, y me observaba, me miraba desde un modo burlón hasta incluso deseoso, algo muy extraño. Tenía una forma humanoide, pero seguía sin definirse, aún así me resultaba inquietante y aterrador. Sabía que era un sueño porqué esa noche antes de irme a la cama cerré la puerta de mi habitación, pensé que así, cuando me despertara a las 03:33 no vería esa… alucinación…

Mi sorpresa fue cuando quise despertar de la pesadilla. Abrí los ojos y la sombra seguía ahí, ¡¡mirándome!! Pude verla mejor. Donde deberían estar los ojos solo había oscuridad. Quise gritar y no pude. No me salía ningún sonido de la garganta. No podía mover ninguna de mis extremidades. Me pareció ver que la sombra sonreía de un modo tenebroso. Intentaba moverme, gritar, ¿despertarme? No, despertar no. Ya estaba despierto!! Y la puerta de mi habitación, ¡¡estaba abierta!!

No sé cuánto tiempo pasó, si minutos o segundos, hasta que por fin me incorpore, de forma violenta, hasta quedar sentado y gritar desde lo más profundo de mi garganta. Tenía sudor frío por todo el cuerpo y al mismo tiempo mi piel estaba caliente… era una sensación muy extraña e incómoda. Encendí la luz de mi habitación y todo parecía estar en una extraña calma. Y la puerta de mi habitación seguía abierta, pero yo la cerré. ¡¡Sé que la cerré!!!


No sabía que me estaba pasando.

La siguiente noche me tomé una infusión de melisa junto con dos cápsulas de valeriana. Aura me dijo que me sentaría bien, ayudaría a relajar mi cuerpo y mi mente y podría descansar mejor. Realmente deseaba que tuviera razón, necesitaba dormir… Esta vez me aseguré de que la puerta de mi habitación estuviera cerrada. Tal vez pensé en cerrar la puerta la noche anterior y realmente no fué así. Eso me decía Aura. Intenté abrirla desde fuera y desde dentro sin tocar el pomo y no se abría. Bien. Aún así, parece ser que no fué suficiente. Volví a tener la misma pesadilla. Ésta vez la sombra estaba encima de mí. Arrodillada sobre mi pecho, con las cuencas vacías y llenas de oscuridad y una sonrisa diabólica y llena de ira. Intenté despertar y ya no veía la sombra, sin embargo podía sentir su peso y su presencia sobre mi. Igual que la noche pasada, no podía moverme, ni gritar y la puerta de mi habitación estaba de nuevo abierta. Pasados unos minutos o segundos (no tenía orientación del tiempo en esos momentos), pude gritar e incorporarme. Salí corriendo de la habitación encendiendo todas las luces a mi paso. Llegué al baño y ví mi cara en el espejo. Mi cara era de miedo, sorpresa, inquietud... Decidí darme una ducha e intentar descansar un poco en el sofá. Volví a tomar la infusión de melisa y las valerianas. Por suerte pude descansar un poco.


Curiosamente, la noche siguiente dormí como un bebé. Nada de despertarme a las 03:33. Nada de pesadillas. ¡Nada de nada! ¡¡Qué bien!! Aura se dió cuenta de ello nada más entré por la puerta de la fábrica de cerveza en la que trabajamos. Seguro que ella tenía razón, sería un episodio de estrés...


...Canté victoria muy rápido...


Esa misma noche volví a ver y sentir a la sombra encima de mí. No podía moverme, sentía que me sujetaba los brazos a los laterales de mi cuerpo. Miré a mi alrededor y no solo estaba la puerta de mi habitación abierta, ¡había otra! ¡otra sombra! Ésta era diferente, más definida, parecía la silueta de una mujer, aún así era igual de siniestra. No me rendí. Me agitaba e intentaba deshacerme de lo que fuera que estaba torturándome. Al fín lo conseguí, no sé cuánto tiempo estuve luchando, pero lo logré. Encendí la luz, me levanté y decidí vestirme e irme a un bar del polígono, cerca de la gasolinera, que abría las 24 horas y poder tomar un trago. No bebía alcohol habitualmente, aún así, en ese momento, necesitaba una copa y, especialmente, necesitaba que mi mente dejara de pensar...

En cuanto entré en el bar y me senté en la barra, le pedí al camarero un whisky doble, saqué mi móvil del bolsillo y me dispuse a buscar en Internet algo que me ayudara a entender que me estaba sucediendo. Necesitaba saber que me pasaba. Me estaba volviendo loco, o quizás es que ya lo estaba…

Terminé mi primera copa en dos tragos y pedí otra ronda. Mientras esperaba que me sirviera, ví una marca rojiza circular entre el hombro y el codo del brazo izquierdo, algo similar a una rozadura. Salí tan rápido de casa y estaba tan absorto en mis pensamientos que ni me dí cuenta de esto. La toqué con los dedos y me escocía, era más bien como una quemadura que ya estaba en proceso de curación. Miré mi otro brazo y también tenía una marca de las mismas características... Era ahí donde me estaba sujetando la sombra. ¡No podía creerlo! Era, era.... ¡¡No sabía que era!! Sin embargo, tenía claro solucionarlo como fuera y cuanto antes.

Sentí pánico. Si se suponía que dormía, ¿cómo podía ser que estuviera marcado?

Llegó el camarero con mi copa y con cara de preocupación, seguidamente me preguntó si estaba bien, cogí la copa, me la bebí de un trago y le pedí más. Antes de volver a servirme, se quedó mirándome esperando una respuesta, así que le fuí medio sincero, le dije que no estaba bien omitiendo los motivos de mi perturbación. Nos miramos fijamente unos segundos y con un gesto de rendición, me sirvió otra copa.


Sabía que no eran del todo sueños, pero de ahí a estar marcado...


Entre trago y trago encontré algo en el móvil que podría explicar que me estaba sucediendo. Leí algo sobre unos demonios nocturnos, Súcubos e Íncubos. Por lo visto son demonios que aparecen mientras dormimos y se ponen encima nuestro con tal de paralizarnos y no dejarnos mover con el fin de asustarnos o incluso mantener relaciones sexuales con la persona paralizada. El Íncubus es una variante del demonio masculino, aparece a mujeres con el fin de mantener relaciones sexuales y a los hombres con el fin de asustarlos. Siempre mientras se duerme. El Súcubus es la variante femenina del demonio. Incluso encontré una explicación a la hora en la que me despertaba, las 03:33. Esa hora es un simbolismo satánico, ya que es la mitad del 666, el número de la Bestia. Las 03:33 es el momento en que se desarrolla el velo de lo sobrenatural en su verdadera esencia, para unir el mundo de los vivos en lo que habita en el más allá...

Ahora todo encajaba, la hora de cada noche, el sentimiento de miedo, la sensación de presencias al despertar, las dos sombras en momentos distintos... Pero, ¿por qué los dos demonios? ¿no tenían suficiente con uno? ¿Por qué Íncubos me dió una noche de tregua y luego vino con Súcubos? Estaba claro que se estaban alimentando de mi miedo, pero no sabía qué más querían de mí. Continué buscando y ví que la única manera de deshacerme de estos demonios, era enfrentarme a ellos y, sobre todo, no mostrar miedo.


Por los ventanales del bar ví como empezaba a amanecer y después de toda la información que había encontrado y de las copas de whisky que llevaba en el cuerpo decidí que era el momento de largarme y prepararse para solucionar esto. Sin embargo no quería ir a casa, así que dejé el coche en el aparcamiento y fuí directamente a casa de Aura. Necesitaba contárselo y ella vivía muy cerca de donde me encontraba.

Cuando llamé al timbre de su casa noté que la había despertado o hacía muy poco que le había sonado el despertador. Subí por el ascensor, sólo era un primer piso, pero no tenía el cuerpo para subir escaleras. Le conté todo lo sucedido sin dejarme ningún detalle, le mostré toda la información que había conseguido. Aún así ella me miró con esa cara tan dulce que solamente ella puede mostrar y con su mano en mi mejilla me dijo que había bebido mucho y que llevaba mucho tiempo sin descansar en condiciones, incluso dijo que las marcas de los brazos me las pude hacer yo mismo inconscientemente. Preparó café para los dos, aunque ya estaba medio dormido en su sofá. Me dijo que descansara tranquilamente, diría en el trabajo que estaba enfermo y en cuanto terminara su jornada vendría directa a casa para ayudarme con todo este lío. Sentí un beso en la frente y ya no recuerdo nada más hasta que Aura llegó a casa. Me había quedado plácidamente dormido, por fin.

Aura me preparó una sopa mientras yo me daba una ducha, es tan buena que aprovechando que tenía las llaves de mi casa pasó por allí antes de ir a la suya y me trajo ropa limpia. Mientras terminaba la sopa me dijo que ella también estaba buscando información. Con una sonrisa radiante me dijo creer tener la solución, era algo muy sencillo, nada de demonios burlones ni salidos, era un trastorno del sueño llamado "parálisis del sueño". Los síntomas eran exactamente los mismos: alucinaciones, la sensación de tener cerca presencias extrañas, ansiedad, no poder realizar ninguna función física voluntaria… ocurre por no sé qué proceso de la fase REM del sueño y que por tanto el sistema nervioso todavía no estaba "conectado"... Sí, tenía sentido, sin embargo eso no explicaba las marcas de mis brazos, ni el motivo de abrirse sola la puerta de mi habitación. Mientras Aura intentaba encontrar explicaciones lógicas a estas cosas yo solamente le pedía que por favor me creyera, solo necesitaba esa confianza por su parte. No estaba loco. Por fín sabía que me estaba sucediendo y cómo solucionarlo, pero necesitaba su apoyo, necesitaba que creyera en mí. Su fé en mí era mi fuerza para enfrentarme a los demonios.


Era viernes por la tarde y como al día siguiente no teníamos que trabajar, Aura decidió pasar la noche en mi casa con el fin de ayudarme si volvía a suceder, aunque yo sé que por mucho que me dijera que me creía, en realidad lo que quería era desmontar mi teoría. No la culpo. Parecía una historia de locos. Aún así sabía que lo hacía por mi y con eso era suficiente.



Fué una tarde/noche estupenda. Por unas horas olvidé todo lo que llevaba un tiempo viviendo. Paseamos por el parque, comimos chocolate con churros y en casa vimos un par de pelis con los refrescos y palomitas correspondientes. Reímos muchísimo. La risa de Aura eran dulces campanillas en mis oídos, tenía una sonrisa que iluminaba mis días, sus enormes ojos verdes, su pelo largo, liso y oscuro cayéndole por los hombros, la nariz pequeña respingada y ese hoyuelo que le salía al sonreír cerca de su boca... Algo me decía que ahora era el momento de decirle lo que sentía por ella, pero no quería estropear éste momento, no quería que se sintiera incómoda y se fuera corriendo y… me dejara sólo...



Llegó el momento de acostarse, intenté alargarlo lo máximo posible, no quería que terminara este momento.



Aura se acostó conmigo, en mi cama, decía que quería estar cerca ya que cuando me pasaba no podía gritar ni moverme. Realmente era una pena que fuera en éstas circunstancias la primera vez que Aura se acostara en mi cama... en fin...



Extrañamente me dormí muy rápido, sin embargo no tardé en sentir una presencia. Cuando abrí los ojos solamente estaban ellas, Aura dormida a mi lado y el Súcubos, el demonio femenino, de pié en los pies de mi cama mirándome fijamente. No era una sombra en absoluto, era de carne y hueso, tenía una figura esbelta, muy bonita, piel muy blanca, tanto que se veían líneas negras indefinidas que supuse que serían las venas, pelo muy largo, rizado y rojo, llevaba un vestido muy corto de cuero negro el cual hacía resaltar su figura y sus firmes y voluminosos pechos. Su cara fina y triangular, con pómulos definidos, labios carnosos rojos y unos ojos que resaltan en la oscuridad, el iris era de un color naranja fuego, llameantes con las pupilas negras y en vertical. A pesar de su increíble belleza a mi me resultó aterradora. Estaba paralizado pero no como las noches anteriores, mi parálisis era a causa del miedo, mucho miedo, más que por mí, por Aura, no quería que a ella le sucediera nada y mucho menos por mi culpa.



<Súccubus> pensé. <Puedes llamarme Lilit si lo prefieres. Yo lo prefiero> Me dijo con una sonrisa siniestra, como si hubiese escuchado mis pensamientos. Me incorporé sin ningún problema, no estaba paralizado, y le pregunté qué quería de mí, no le tenía miedo, solo quería que se fuera y no volverla a ver jamás. Volvió a sonreír y se acercó hacía mí a gatas desde los pies de la cama hasta acercarse tanto a mi cara que casi se rozaban nuestras narices, el iris de sus ojos parecía que tuviera vida propia, se movían como bolas de fuego. Sacó una lengua larga, negra, bífida y lamió lentamente todo un lado de mi cara con ella. Después de exhalar un gemido de placer, dijo que me quería a mi, me deseaba, tenía que ser suyo, no se conformaría con un par de noches o semanas, me quería para toda la eternidad. Decía que me llevaría con ella y jugaría con mi alma para siempre, algo más que un esclavo, que una mascota. Miré a Aura, seguía dormida. Lilit rió, era una carcajada gutural, y dijo mirando a Aura con desprecio, que ella era el motivo por el que mi alma le daría muchos siglos de juegos y torturas, el amor que sentía por ella era tan grande que me hacía vulnerable. De repente levitó por encima de mí, su vestido se abrió por la mitad transformándose en dos enormes alas negras, como las de un murciélago gigante, las venas negras de su cuerpo se marcaron todavía más, incluso sobresalen del cuerpo y palpitaban en algunas zonas, la piel se veía más fina dando la sensación de desgarrarse, sus pies y sus manos se transformaron en garras con uñas largas y negras, los ojos se hicieron más grandes y diabólicos y su boca se amplió mostrando dos hileras de dientes afilados chorreantes de una baba espesa que se iba limpiando con su enorme lengua bífida. <Llegó la hora, Uriel> Me dijo. Puso una de sus garras sobre mi pecho y clavó sus uñas en él. A parte del dolor y la sangre que salía de mi pecho sentí que algo se desprendía de mi cuerpo. ¡Era mi alma! No podía permitirlo. Grité y cogí el brazo de Lilit para sacarme la garra de mi interior pero su piel me quemó las manos. En ese momento escuché los gritos de Aura. Lloraba y gritaba mi nombre. Nos cogimos de la mano, aún así yo la sentía muy lejos a pesar de tenerla a unos centímetros de mí. Lilit la miró y rió de nuevo, en esta ocasión era una risa tan aguda que hizo que Aura se tapara las orejas con ambas manos. Lilit seguía tirando de mi alma y sentía como se desprendía de mi cuerpo sin poder hacer nada para evitarlo. Aura puso mi cuerpo sobre sus rodillas, me pedía que me quedara con ella, que no me fuera, que me necesitaba. Con una mano me sacudía del hombro mientras con la otra intentaba taponar mi herida. Pude mirarla a los ojos y decirle que la amaba antes de ver mi habitación desde arriba, ver como Aura lloraba desconsolada sobre mi cuerpo muerto y sentir como mi alma estaba siendo empujada a la oscuridad eterna.



Durante mis primeros años en el reino de Lilit, ella disfrutaba mostrandome la vida que había tenido Aura en ese psiquiátrico, con las muñecas y tobillos atados a la cama, cayendole la baba a causa de los medicamentos y murmurando mi nombre cuando parecía recobrar el sentido.

Todavía no he descubierto la manera de liberar mi alma de ésta demonio, pero sé que algún día lo lograré. Acabaré con ella. Lentamente.






June 17, 2019, 12:07 p.m. 0 Report Embed Follow story
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The End

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