elunehunter David Blanco

He estado nadando demasiado tiempo en la ilusión, ahora la vigiá ronda en mis sueños y viene por mi. Cuento inspirado en el universo de H.P. Lovecraft.


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El tren subterraneo

Despertar semidormido en una mañana de otoño no es reconfortante como suele serlo en verano, aquí donde vivo el frio matutino te perfora los huesos como un alfiler oxidado. Me he propuesto hacer mi vida diaria una simple monotonía cotidiana como el de los demás, sin aflicciones innecesarias, pensamientos arduos que me insisten a pensar negativamente como los solía hacer desde pequeño.


El tren subterráneo de la ciudad es parecido a un gran agujero del gusano, esos que al tomar la dirección correcta te guía a otro mundo diferente, a otro lado de la ciudad que quizás por el apuro de los problemas diarios no te percatas en observar; En cambio si tomas el camino incorrecto te puede llevar a lugares tenebrosos y lejanos, donde la tranquilidad y falsa seguridad que te da tu lugar donde habitas es mas que una luz lejana dentro de mucha densidad de un bosque negro y vacío.


Era un día cualquiera de la semana, en el que realmente nunca me percato en que momento estoy viviendo, recorrí el camino habitual donde mis ojos juegan con el pavimento quebradizo haciendo figuras y alucinaciones con mi mente de una vida inexistente. Seguía caminando por mi rutina diaria, baje al tren subterráneo como era habitual, a la hora estimada con los mismos guardias postrados con ojos cansados de tanto madrugar o quizás trasnochar; Todo era normal, pague mi pasaje rebajado ya que por ser estudiante se me abarata el costo del transporte. Una vez en el tren en una fuga de mis pensamientos internos me percate de las pocas personas que se encontraban conmigo en la vagón, usualmente tengo que luchar con otros para poder subirme a una esquina. El tren era el equivocado, y cuando estaba por bajarme para tomar el tren correcto un hombre alto de abrigo oscuro y sombrero antiguo me detuvo a mitad de mi movimiento diciendo, "No te haz equivocado joven, este tren es el correcto". Casi un poco atónito por la respuesta del hombre me quede paralizado sin poder gestionar ningún movimiento oportuno para poder huir de aquel lugar; Esperando que el tren se detuviera en la próxima parada el hombre permanecía quieto y tan serio como lo había escuchado, algo no andaba bien me sentía presionado a quedarme junto a el esperando algo, la próxima parada había llegado pero como antes no pude moverme ni siquiera para poder lanzarme afuera con todas mis fuerzas, ya la vergüenza se había ido para hacer el ridículo, solo quería huir de aquel vagón y seguir mi vida normal como era siempre.


Recuerdo haber viajado tres o cuatro estaciones mas junto aquel hombre hasta que en una parada el sujeto se insto a moverse para salir del vagón si no antes posarse al lado mio susurrando casi de una forma que solo yo podía escuchar levemente, fue un sonido rápido e inentendible que solo logre descifrar:

"Cthya... nahf... laj rak..."


O algo de esa forma pude comprender. Después de la ida del misterioso hombre, me sentí aliviado de poder ser yo mismo otra vez, el de poder moverme a voluntad; Espere la siguiente estación para poder bajarme y tomar el rumbo correcto. Así fue, me baje tan rápido como pude sin mirar atrás ni donde me dirigía solo seguí mi instinto para poder guiarme entre la multitud hacia la dirección correcta.

Recorrí la estación por mas de dos horas, sin poder encontrar el camino hacia la dirección contraria, estaba confundido y las personas que lograba preguntar por eran reacias a responderme e inclusos los guardias del lugar que están para el servicio de uno, no se dignaban a responder mi inquietud. Ya exhausto me senté en una banca que estaba en el pasillo donde me encontraba, intente comunicarme con alguien tomando mi celular pero para mi pesar y terror se había descargado por completo de manera extraña ya no funcionaba, recordaba bien haberlo cargado durante toda la noche junto a mi cama en un pequeño mueble donde tengo mis cosas usuales, observe mi reloj y se había detenido de igual manera que el celular, la hora quedo marcada a las 7:36 am. De todo modos ya estaba atrasado y decidí quedare sentando en el lugar por un tiempo, para poder relajar mi mente y tomar una buena decisión.


Quizás pasaron una o dos horas pero al volver en si y abrir mis ojos descansados me percate que la estación no era como las demás suelen ser, el pasillo donde me encontraba estaba sucio y desgastado, las murallas que me rodeaban poseían moho verdoso claro con signos de años sin una mantención, era como si la humedad del lugar estuviese carcomiendo el concreto que cubría toda la zona. Pero eso no fue lo mas extraño, las personas que deambulaban a mi alrededor era altas, delgadas y reacias a mostrar su rostro tal como el hombre del vagón. No se si fue tal espectáculo lo que me incito a levantarme del asiento, pero creo que logre tomar la atención de aquellos individuos, que al caminar buscando la salida de aquel horrible lugar me quedaban observando fijamente, moviendo sus cabezas hacia la dirección que yo estaba al pasar frente a ellos, solo logre visualizar dentro del caos que estaba en mi mente que sus ojos eran brillantes como una luz de una ampolleta en la oscuridad, de un color amarillento forzadamente oscuro sin profundidad.


Esto me inquieto bastante y comencé a desesperar casi corriendo por el pasillo buscando la salida, era enorme y extenso lo cual no recordaba como tal al llegar allí. Creí caminar bastante mientras estas personas me observaban al pasar junto a ellos, mientras evitaba tener contacto físico y visual con ellos logre divisar a un costado del pasillo una salida, una escalera al cielo por así decirlo. Al llegar no había nadie subiendo o bajando de el, así que no pensé ningún segundo y corrí hacia arriba con todas mis fuerzas, no fue muy larga la subida ya con mas tranquilidad y esperanza de poder salir de ahí me fui calmando a medida que ponía pie tras pie en cada peldaño de aquella escalera. Justo terminando mi ascensión de paz, el terror vino a mi como un balde de agua fría como grandes hielos que enfrían la piel desnuda, el lugar que estaba frente a mi era ajeno, no se parecía a ningún lugar conocido por mi de aquella gran ciudad que vivía.


La salida estaba cubierta de una vegetación pastosa y humedad, alrededor de ella había edificios tan antiguos como una ciudad gótica de la antigua Europa abandonada, el día era oscuro cegado por las nubes densas que daban la impresión que iban a dejar caer una lluvia torrentosa, las luces de la calle opacaban ligeramente a la oscuridad circundante casi por un esfuerzo de mantenerse vivas alumbrando la calle. Mi nerviosismo incremento al percatarme que las personas que estaban alrededor era como las del pasillo subterráneo, todos de negro ocultando su rostro con la oscuridad que daba los sombreros que ocupaban, pero estaba vez ninguno me observaba o quizás aun no se percataban de mi presencia en aquel lugar, intente no desesperarme buscando la calma ausente dentro de mi para encontrar alguna solución a este horrible problema.


Esquivando a toda persona que pudiese atravesarse en mi camino decidí ir a otra estación cercana, siguiendo la señaletica desgastada que se encontraba en la calle como si fuesen años sin ser limpiadas, el color de las letras era casi imperceptible a la vista, tenia que hacer un esfuerzo para acercame lo mas posible y leerlas con dificultad. Ya había recorrido tres cuadras y media del aquel tenebroso lugar, todo era igual como los edificios, luces y cielo gris de la salida del subterráneo. A lo lejos cuando ya toda mi esperanza se estaba desvaneciendo, logre divisar el gran letrero de "Metro" como suelen llamar al tren subterráneo, prácticamente corrí hacia aquel lugar pero cuando estaba casi a diez pasos de allí algo distrajo mi atención, una gran y vieja iglesia oscura, como de esas antiguas de la época oscura de Europa renacentista, poseía esos característicos vidriares con diseños religiosos y aquella gran puerta de madera que se presenta en la entrada del lugar.

Me acerque casi por instinto como si fuera hipnotizado por algo dentro de ella, al llegar frente a frente me di cuenta que los vidriares no relataban alguna historia bíblica, sino era imágenes grotescas de sacrificios humanos y rituales paganos a seres abominables, llenos de sangre y excitación por aquel ser invocado. Al acercarme a la gran puerta pude observar una extraña escritura y símbolos esotéricos plasmado como si fuera una bienvenida a los sectarios que vienen aquel lugar.


Cuando había decidido irme de aquel lugar sentí una mano grande y huesuda en mi hombro izquierdo y escuche una voz grave pero ligera, "Tu que haces aquí, no deberías haber venido a este lugar... Tienes suerte que aun no se han percatado de tu presencia pequeño joven puro". Mi sangre se congelo al sentir aquellas palabras detrás mio, no tenia la intención de observar quien era mi interceptor ni mucho menos saber que significaban aquellas palabras, pero era demasiado tarde el hombre se poso frente a mi dándome la espalda observando la gran puerta de madera de aquella iglesia, recito una frase alargada que no comprendí pero que aun recuerdo.


"Abre ante mi el camino a través del angulo del tiempo y el espacio maldito,

que el pasaje sea libre hasta que el caos se arrastre"


Una vez terminado de recitar aquellas profanas palabras se dio vuelta y se dirijo hacia mi, su rostro oculto era como de los demás con aquellos ojos brillantes apuntándome fijamente, sentí como el miedo recorría cada parte de mi cuerpo sin compasión. Cuando el hombre misterioso se poso frente a mi me observo detenidamente y por unos largos minutos sin decir nada, me tomo del hombro nuevamente y me dijo casi inaudible mente.


"Tienes suerte de que te allá encontrado yo, te dije en el vagón que era tu camino correcto pero me he equivocado contigo aun no estas listo para el siguiente paso".


Casi atónito por las palabras que me decía aquel sujeto prosiguió a terminar la frase que con gran alivio me calmo ligeramente mis miedos de aquel momento.


"No te preocupes yo te guiare a la salida de este lugar, no demuestres miedo ellos puedes olerte y sentirte si estas asustado, como yo lo estoy haciendo ahora".


Me tomo bruscamente de mi brazo sin que se notara un esfuerzo extraño, y caminamos juntos hacia la estación de metro que ya había visto antes, bajamos por la escalera evitando a todo sujeto igual a el que pudiese interponerse entre nosotros, pase por un pasillo similar como el anterior invadido por la humedad y la suciedad hasta la parada del tren. Una vez allí nos paramos junto a la vía a esperar al tren que no aparecía; Pasaron unos largo diez minutos hasta que a lo lejos se podía vislumbrar una luces acercándose con rapidez hacia la estación, y fue allí cuando el extraño hombre me soltó y me dijo una palabras que tampoco pude comprender como las que había dicho frente la iglesia, pero esta vez agrego para al final un extraño nombre que nunca había escuchado pero que en aquel momento se me hacia tan común era algo así...


"... Nyarlathotep el de los rostros infinitos, Grah laj pertf ngoh thot".


Una vez terminado aquella oscura frase, el tren se detuvo frente a mi; Me subí casi desesperado al vagón sin que nadie mas lo hiciese, justo antes de que las puertas se cerrasen completamente el aquel hombre me dijo "Intenta calmarte y estudia el sello, pronto volverás aquí y seras uno mas de nosotros, que tengas un buen viaje al mundo mortal". Las puertas se terminaron de cerrar, atónito casi plasmado de terror me fui parado todo aquel viaje esperando que la siguiente estación hayan personas normales y poder huir a mi hogar para poder procesar todo esto que me había pasado.

Aquel hombre volverá por mi, y espero no estar preparado...

May 26, 2019, 2:15 a.m. 0 Report Embed Follow story
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The End

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David Blanco Cocinero profesional, amante del arte en todas sus expresiones, dibujante amateur, pintor principiante. ---> Mis obras de arte (oleo) https://www.smellslikeart.org/autor/eluneh-db

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