Cuan grande es el egocentrismo del hombre al creer que su sola existencia representa en si la más grande de las obras de un mundo anárquico y caótico.
¿Acaso el ser humano es un ser tan minucioso y enfermizo que cree que todo el mundo ha puesto sus ojos en el para juzgarlo y hasta recompensarlo por sus errores y virtudes?
El ser humano como criatura evolucionada y maldecida a su vez con un egocentrismo elevado ha llegado a un callejón sin salida que ha sido potenciado por las religiones monoteístas.
Dichas religiones en mi humilde opinión han tenido gran cabida en este mundo y hasta obediencia perpetua debido a la gran manipulación sobre el ego del hombre y su miedo más primigenio y atávico , el miedo a lo desconocido.
Si bien el ser humano siente un gran pavor hacia la muerte, esta no es más que la expresión del miedo a lo desconocido, el miedo a aquello que no puede ver ni controlar, de ahí vienen las diversas religiones, no solo las monoteístas sino que toda aquella dispuesta a darle al ser humano una humilde esperanza de comprender o imaginar lo que hay más allá del velo de la muerte.
El ser humano busca incesantemente responder las 3 preguntas que lo han torturado hace siglos, ¿Quién soy? ¿de donde vengo? ¿Hacia dónde voy?, pero cuando en su desesperada búsqueda de la verdad encuentra blasfemias hacia su propio ego, tiende a desviar la vista hacia una mentira o aberración que pueda cubrir su mirada ante la tortuosa realidad, cual niño se cubre la cabeza durante la noche al escuchar un ruido aterrador.
Nuestra especie nunca dejara de buscar las respuestas a esas 3 preguntas, y solo algunos tendrán el valor de sacar la cabeza de su propia caverna y mirar hacia la enceguecedora luz de la verdad, luz que podría cegarlos y maldecirlos a la vez, pareciendo locos ante un mundo que por miedo a librarse de las cadenas prefieren quedarse mirando las siluetas del otro lado de la fogata primigenia.
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