Transportado al séptimo cielo
me sentí.
El odio y las guerras
habían terminado
La hermandad
universal era
verdad para mí.
Toda la gente
era bella,
solo palabras
dulces brotaban de
sus bocas,
y las manos solo se alzaban
para acariciar.
El éxtasis,
interminable del Nirvana
emocional invadía
las aterías de mi alma.
Y eramos el Ser
tu y yo
para siempre.
Caminando sobre
las nubes de tu esplendor,
la dicha intensa
de tu corazón
sentí aquella noche
en que te di
tu primer beso de amor.
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