Meara una chica de unos 15 años, estaba algo traumatizada por su cuerpo, era muy bajita, no tenía pechos y tenía el culo bastante pequeño, no era muy alta y parecía un niño por sus pocas curvas. La chica llego a clase y se sentó a su mesa, miro a sus compañeros y como estaban los chicos con sus compañeras más exuberantes, que ya habían entrado en la adolescencia creciéndole los pechos, el culo. Que en poco tiempo tendrían cuerpos perfectos. Ella miro a su amiga Cattee que se sentaba a su lado, una chica muy alta, rostro pecoso y con pinta de nerd con esas gafas, también tenía un cuerpo con ninguna curva. Las dos se saludaron y la chica suspiro ante de comenzar la clase. Sintió algo extraño en su cuerpo, ya que comenzó a crecer poco a poco, lo notaba en sus piernas, en sus brazos, en su torso, sentía como crujían sus huesos y sus columna vertebral. Sus dedos también se alargaban poco a poco, se asustó y miro a su amiga, sintió como su mandíbula comenzó a alargarse, como su nariz, su pelo comenzó a crecer. Ella estaba asustada y nadie se fijaba en ella:
-Socorro mi cuerpo…
Al terminar de crecer, ella se miró los pechos que comenzaron a hincharse sin cesar, se intentó mover pero el peso de sus senos era casi incomodo, con sus manos se cogió esos pechos que crecían sin cesar, su culo también comenzó a crecer sin cesar. Haciendo que entre su culo y sus pechos se quedara atrapada en su silla. Negó con la cabeza ya que sintió como sus muslos también comenzaron a hincharse.
-¡¡¡¡NOOOOOO!!!
Se escuchó una explosión y Meara se despertó en su cama, había sido un sueño muy raro, se levantó poco a poco y cogió la cinta métrica como cada mañana, se lo paso a su plano pecho, por sus caderas, por su culo, por sus muslos y lo apunto en una libreta, como siempre se dio cuenta que no había cambiado nada. Seguía con un cuerpo de cría. Se acercó al marco de la puerta y se medió su altura, seguía igual de alta. Al salir de su cuarto fue a la cocina que estaba su madre con el desayuno preparado, como siempre vio Murel su cariñosa madre como su hija se hinchaba a comer, sabia porque lo hacía:
-No crecerás como tú crees cariño, si sigues así…
La adolescente miro a su madre:
-Pues tampoco engordo, ni un gramo quiero un cambio, quiero llenar un sujetador normal…
Picaron a la puerta y la adolescente salió de la casa para reunirse con Cattee, que como siempre le iba a buscar para ir al colegio, las dos chicas se saludaron y comenzaron andar por la calle. La nerd vio que su mejor amiga estaba muy callada, sabía porque:
-Estas preocupada por tu cuerpo?
Meara miro a su amiga y suspiro:
-Sí y no entiendo por qué no cambio joder…
Al andar por la calle un camión que iba a toda velocidad por la calle dio un fuerte frenazo y dejo caer una caja, cuando escucho el sonido de unas sirenas de policía acelero y escapo. Las dos chicas pasaron por la zona y vieron esa caja, se acercaron con curiosidad y Meara cogió la caja, miro a su amiga y sonrió:
-Fíjate que cosa más rara ¿Qué será?
Cattee negó con la cabeza:
-No la abras…
La abrió y un estaño objeto metálico les hecho un extraño gas a las dos chicas.
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