El Surgimiento [Pausada] Follow story

En la oscuridad de la noche una figura observa taciturna la infinitud de un cielo salpicado de estrellas, junto a él, una pequeña pero resiliente fogata luchaba contra los vientos del lugar, ya que el campamento del joven estaba ubicado a nada menos que al borde de un risco boscoso a unos cien metros del suelo.
A pesar del peligro que conllevaba acceder a ese lugar el joven conocía perfectamente como llegar sin hacerse ningún daño, experiencia ganada a base de una vida de caídas, golpes y roturas de huesos en sus diversas expediciones, tanto de niño, como de no tan niño.
El joven es un Kantral, una raza incomprendida y azotada por una historia cruel y sangrienta. Seres antropomorfos similares a diversas razas comunes de caninos y felinos, pero con la diferencia que ellos se paraban sobre dos patas, sintiendo, y viendo el mundo como cualquier otra raza consciente de su existencia. La mayoría de ellos son más altos, con más fuerza y sentidos afinados que un hombre humano adulto. Su origen es incierto y lleno de supersticiones, muchos humanos creen que siempre existieron, pero que llegaron a sus territorios huyendo de tierras lejanas en la época anterior del Gran Colapso, otros, creen que surgieron de los espíritus de los antiquísimos Bosques Iridiscentes y los cuales anhelaban un cuerpo físico; por lo que deformaron a los animales en aquel nuevo ser que poseía la apariencia y cualidades heredadas de su pasado animal, pero la verdad, es que nadie sabe con certeza. Ni siquiera ellos mismos, quienes a lo largo del tiempo habían perdido hasta su propia historia.

Durante mucho tiempo los humanos los cazaron sin piedad, temerosos de aquellas criaturas nuevas y de apariencia tan distinta a lo que estaban acostumbrados, hubieron muchos enfrentamientos entre ambas razas, sangrientas y pavorosas que quedaron grabadas a fuego en la mente de los partícipes. La gran mayoría de ellas, terminaron en graves pérdidas para los Kantral quienes a pesar de ser superiores físicamente a los humanos, no disponían del equipamiento y entrenamiento que sus oponentes. Provocando que con el pasar de los siglos el tamaño de sus clanes fuese disminuyendo y convertidos en nómadas, y una minoría, para así evitar a los humanos.
Hoy en día las enormes ciudades humanas casi no se molestan en mirar siquiera a aquellas criaturas, ya que los conflictos del pasado habían quedado atrás, pero no para todos los humanos; hoy día los que los deseaban eran la clase más alta y rica de los humanos, nobles que en su afán de la exclusividad y con un exorbitante capital para malgastar, compiten entre si para ver quien se destaca más entre los suyos demostrando su estatus y riqueza. Una búsqueda que causaría que el foco pronto caiga sobre las "salvajes" criaturas de los bosques. Así empezó una era de esclavismo que volvería a desencadenar pequeñas guerras entre los mercenarios, esclavistas y los pequeños poblados Kantral. Acero contra cuero, espadas contra arcos y flechas, no es difícil imaginar quien terminaría perdiendo. Por ello, los clanes Kantral buscaron lugares recónditos entre sus interminables bosques para establecer sus poblados improvisados y temporales. Esto nos lleva a un clan en particular donde reside el joven protagonista.

Nirekei y Tairan. Nirekei, el menor era un apasionado desde niño por lo desconocido, la aventura y la exploración, alegre, pero taciturno. El segundo y el mayor era extrovertido, divertido y bromista y a quien nunca se lo veía sin una característica sonrisa por la que se le conocía. Tal como los del poblado aclaraban eran los hermanos más opuestos que podían haber, uno ordenado e introvertido mientras el otro era un huracán de ruido e intensa personalidad que llevaba desorden y alegría a donde pisase, ambos brillantes a su modo.

La luna nueva y la luna llena decían.

Su padre, es el Nigma del poblado. El Nigma de cada clan era el líder, el sabio, normalmente un rango alcanzado solamente por el más anciano del poblado quien con sus años de experiencia trataba de guiar a los más jóvenes a un futuro mejor. Pero en este caso se trata de un adulto de mediana edad quien en su juventud destacó entre los suyos por ser un viajero e historiador errante que se estableció en el clan cuando conoció a su esposa. Con el tiempo haría gala de un liderazgo y capacidad de decisión que lo llevaría rápidamente a ser el sucesor del anterior Nigma. El nigma del clan Isaai es Keiran, padre de Nirekei y Tairan, los tres pertenecientes a la raza ancestral de los lobos, un espeso pelaje negro característico los cubría e identificaba. Ser el más joven entre todos los Nigmas de los clanes no era sin razón, ya que sin duda es uno de los más brillantes entre los suyos, bendecido con una mente brillante y lógica, sumamente ética y preocupada por su gente. Sin duda la afición y obsesión de Keiran era la historia de su raza, cada migaja, cada resto de historia o leyenda, cada ruina eran objetivo de análisis exhaustivos y de su consecuente documentación. Tal curiosidad por lo desconocido lo heredaría su hijo menor, quien se lanzaba cada vez más a la aventura por este hecho, en sus excursiones se encontraba con restos antiguos o algún que otro objeto extraño y los llevaba a su padre quien lo recibía con alegría y curiosidad. Pero lo que él ni nadie sabía, es que el tiempo oculta muchas cosas, tanto buenas... como malas.